La idea de crear una cátedra dirigida al cuidado y servicio de las personas mayores surge por el incremento de la población mayor y la longevidad, pero especialmente por la necesidad de ofrecer servicios y prestaciones en un ciclo de la vida que se inicia a los sesenta años y que incluye una variedad de situaciones vitales muy diversas: empleo y orientación, vivienda, servicios de salud, y acompañamiento; pero especialmente la “ética de los cuidados” y la inclusión de la “perspectiva de género” en acciones como ayuda en la vivencia de la soledad no deseada, la construcción de amistades y compañía, la eliminación y ayuda en los casos de violencia, incluida la violencia de género.