El jardín experimental se ha consolidado como un verdadero punto de biodiversidad vegetal. En este discreto espacio se asientan más de 100 especies vegetales autóctonas de la isla.
Con las primeras lluvias del otoño muchas de ellas despiertan de su letargo estival. A medida que el ambiente se vuelve más húmedo y fresco una interesante flora micológica acompaña a la flora vascular.
En el jardín se pueden observar además diferentes especies de fauna vertebrada como la lisa de Tenerife (Chalcides viridanus), el lagarto tizón (Gallotia galloti) y bastantes aves. Es fácil avistar al cernícalo común (Falco tinnunculus canariensis) acechando a los pollos del mirlo canario (Turdus merula cabrerae), especie que nidifica en el jardín al igual que el mosquitero (Phylloscopus sp.). Tampoco es extraño ver herrerillos (Cyanistes teneriffae), alpispas (Motacilla cinerea), canarios (Serinus canarius), verdecillos (Serinus serinus), algún capirote (Sylvia atricapilla heineken) o petirrojo (Erithacus rubecula) e incluso las asustadizas perdices morunas correteando a primera o última hora del día (Alectoris barbara).
Entre los invertebrados, además de múltiples especies de insectos y arácnidos, destaca la presencia del limaco gigante de Tenerife (Drusia tenerifensis), endemismo local de La Laguna en peligro de extinción.