Los orígenes
En la década de los 80, el reconocido profesor e investigador Eduardo Barquín y otros colaboradores embellecieron el espacio entorno al antiguo estanque de riego con numerosos endemismos.
Comenzando el segundo milenio, el conocido entonces como ‘Jardín de Anchieta’ presentaba ya un frondoso aspecto, con esbeltos ejemplares de palmera canaria y arbustos de diversas especies. Un estanque doble con cascada y chorros de agua fue uno de los trabajos realizados por los talleres ocupacionales que suelen desarrollar su labor en las instalaciones de la Escuela.
En el año 2006 se acometió la remodelación de la rotonda del Padre Anchieta. Por exigencias del nuevo trazado el jardín perdió un tercio de su superficie, viéndose también alterado el resto de la parcela. El lugar se recompuso con pequeñas intervenciones algo inconexas combinando la flora canaria con suculentas exóticas, esterlicias y otras especies comerciales. Como resultado, el jardín fue perdiendo su atractivo y entidad original.