En la primera etapa se propagaron diferentes especies en el marco de proyectos de embellecimiento de carreteras y miradores.
Ya en años posteriores fue el vivero La Tahonilla, del Cabildo Insular, el que proporcionó los planteles. En 2016 se inició la producción para el autoabastecimiento, utilizando material reproductivo procedente del propio jardín, de la finca agrícola de la Escuela y de otros espacios ajardinados.