El laurel canario es un árbol propio de la laurisilva de gran porte pudiendo alcanzar los 25 m de altura con facilidad. Su tronco suele desarrollarse en vertical ramificando en altura, aunque los ejemplares añosos pueden presentar chupones que parten de sus raíces o de la base del tronco principal. Corteza grisácea, más o menos lisa, con protuberancias blancuzcas (lenticelas). Hojas alternas, simples, lanceoladas, de borde algo ondulado y coriáceas, de color verde intenso, más tenue por el envés. Se diferencia del resto de hojas de árboles de la laurisilva por la presencia de glándulas en las axilas de los nervios secundarios y también por su olor característico. Sus frutos son grandes, con una única semilla y de color negro al madurar.