Esta formación vegetal solamente se encuentra en La Palma y Tenerife, las dos islas de mayor altitud del archipiélago canario, entre los 2000 m (orientación norte) o 2200 m (orientación sur) y los 2900 m (orientación norte) o 3100 m (orientación sur), donde las condiciones ambientales son extremas. La aridez es elevada y las escasas precipitaciones (entre 350 y 500 mm anuales) se dan mayoritariamente en forma de nieve. Las temperaturas medias anuales oscilan entre los 6 y 11º C presentando variaciones estacionales y diarias muy elevadas.
Matorral de cumbre
El representante arbóreo por excelencia de este ecosistema, es el cedro canario que debido a su localización y los fuertes vientos reinantes adquiere formas extremadamente retorcidas.
En las zonas llanas y más protegidas se desarrolla un matorral donde dominan las leguminosas (retamas y codesos), que en las laderas, fisuras y escarpes rocosos, domina la vegetación rupícola, y en la base de las laderas, donde se acumulan las rocas que se desprenden por gelifracción de la roca, se instala una vegetación rupícola especializada en este tipo de sustratos altamente dinámicos, la vegetación glerícola, donde destaca, entre otras plantas, el tajinaste rojo, planta que recuerda a otras de alta montaña de lugares tan remotos como América (ejemplo, por tanto, de convergencia evolutiva).
En el límite inferior de distribución de esta comunidad arbustiva, se pueden encontrar pinos más o menos aislados conviviendo con codesos y retamas.