Este arbusto de porte redondeado y muy ramificado, es dioico con ejemplares masculinos y femeninos. En Tenerife en naturaleza prácticamente no se encuentra siendo esto un detalle extraño, más aun por su capacidad de rebrote cuando se corta. Sus hojas son alternas con pecíolo glabro, raquis manifiestamente alado y limbo paripinnado, de folíolos mucronados, coriáceos, de color verde oscuro. Desprende un fuerte olor a resina muy característico. Sus flores son diminutas y las hembras dan lugar a un fruto carnoso de color rojo que en la madurez torna a negro.