Este majestuoso árbol pertenece a una especie endémica de Canarias, faltando sólo en Lanzarote y La Graciosa, aunque en las demás islas es relativamente raro. Puede llegar a superar los 10 m de altura, con ramas de crecimiento erecto y, al igual que otras especies arbóreas, tiende a brotar de raíz generando réplicas. Sus hojas son de gran tamaño, enteras, pecioladas, oblongo-lanceoladas, creciendo en las partes terminales de las ramas jóvenes. Sus flores son de pequeño tamaño, de color blanco y están agrupadas en las zonas terminales de las ramas.