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veces al grano de polvora, de que hay como digo, un granizo
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continuo alrededor de la montaña, siendo de notar que
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no solo lleva el viento diariamente este polvo ó arena á ocho
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y diez leguas de allí, sino que lo ha llevado frequentemente
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hasta las yslas inmediatas del Hierro y de La Gomera
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y aun hasta Canaria.
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Despues de examinado el volcan, han cesado los
sus
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tos que causó en sus principios respecto á la direccion que
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tomaria, pues aunque tiene alrededor terreno bastante
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en que echar su incendio, está todo el cerrado de riscos
es
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carpados que además de servir de trinchera á los
luga
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res inmediatos, aumentan y ahondan el seno que recibe
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la laba, y dan tregua á todo temór mientras no se
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llena y rebosa todo aquel centro. Dado este caso, Guía
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parece el pueblo mas expuesto á sus estragos; pero aun
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quando se extendiese son tantos los barrancos, quiebras
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eminencias, en fin tropiesos de esta naturaleza que
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encontraria en su curso, que quasi se puede presumir
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lo atajarían.
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Es cierto que en un suelo tan volcanico como es toda
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aquella parte de la isla (pues alrededor del Pico se
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hallan á cada paso vestigios de semejantes fuegos) y
fue
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ra muy dable que se abriese alguna otra boca; pero ademas
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de no tener por ahora indicios por donde poder formar
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tan azarosa conjetura, es de suponer (y debemos esperar)
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que en ese caso se abriria en aquel recinto, el que tanto por su
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desnudez y soledad como por lo arido y horrendo de su
si
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tuacion parece la naturaleza haber destinado para
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lecho de tan tristes partos.
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