El movimiento feminista surge en un contexto de creciente malestar de las mujeres con la represión y las discriminaciones heredadas del franquismo, contribuyendo a impulsar cambios socioculturales que atravesaran las condiciones de vida de mujeres y hombres en Canarias. Durante la Transición, el feminismo estuvo presente de muy diversas maneras en la sociedad y en las reformas que se fueron desplegando institucionalmente.
Desde inicios de los 70 se habían ido generando espacios de encuentro de mujeres en torno al feminismo y a finales de 1975 surgen colectivos (Asociación de Mujeres de Canarias, Organización Democrática de Mujeres, Frente de Liberación de la Mujer de Canarias) que darían inicio a la lucha feminista en Canarias.
En 1980 se integran en la Coordinadora Feminista de Canarias, y posteriormente, a su vez, en la Coordinadora Estatal de Organizaciones Feministas. Se trataba de organizaciones de mujeres de carácter asambleario, sin jerarquías ni cargos, independientes de los partidos y de las instituciones, que fueron impulsadas por mujeres organizadas en partidos de izquierdas.
El feminismo participó como movimiento de denuncia y reivindicación de las demandas de las mujeres frente a las herencias del franquismo: participación política de las mujeres (Constitución, elecciones), reformas del Código Penal (despenalización del aborto, del adulterio y de los anticonceptivos), igualdad de derechos en el matrimonio, divorcio, aborto libre y gratuito, igualdad laboral, coeducación, educación sexual, libertades y derechos afectivos y sexuales (anticoncepción, planificación familiar, lesbianismo) y denuncia de la violencia contra las mujeres.
En los años 80, el movimiento feminista amplía su presencia en todo el archipiélago y se diversifica en una serie de organizaciones dedicadas a temas y sectores específicos: Solidaridad Democrática, Isadora Duncan, Colectivo de educación afectivo-sexual Harimaguada, que había iniciado su andadura como Colectivo Mujer y Educación en 1978, Asociación de Madres Solteras, Colectivo de Mujeres por la Paz y el Desarme, Mararía, colectivos de mujeres en La Palma, Lanzarote…
Estas organizaciones, que realizan encuentros para la formación, la reflexión y la coordinación, confluyen con otros movimientos sociales: pacifismo, ecología, solidaridad internacional, universidad, trabajo sindical, y con la creación de las “Secretarías de la Mujer” en los principales sindicatos. A partir los años 90 se generan nuevas organizaciones (Asociación Mercedes Machado, entre otras) y formas de organización y trabajo en red: Plataforma Feminista 8 de Marzo de Tenerife, Foro contra la Violencia de Género de Tenerife o la Red Feminista de Gran Canaria.
En el año 1978 comienzan las movilizaciones en torno al “Día del Orgullo Gay”, demandando la amnistía de los presos homosexuales, la abolición de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social y la despenalización de las disidencias sexuales (homosexuales y personas trans).
Se crea en esos años el “Colectivo Canario de Hombres y Mujeres Homosexuales”, cuya actividad, centrada en el activismo público, llegará hasta la década de los 80, si bien el trabajo sobre el lesbianismo se articularía a través del movimiento feminista.
El activismo LGTBI sufriría un declive en los 80, hasta la aparición del VIH-Sida, que daría paso a un nuevo marco de movilizaciones y organizaciones de estos colectivos en Canarias en los 90 (Gamá, Algarabía…).