Marianne North, ilustradora botánica inglesa (1830 – 1890).
Aunque tuvo poca educación formal, su familia era culta y ella mantuvo contacto con artistas y botánicos de renombre. Tomó lecciones de canto, pintura de flores, botánica y música.
Viajó dos veces alrededor del mundo, bajo duras condiciones, buscando plantas raras para ilustrarlas en su hábitat natural. En 1875, permaneció en Tenerife dos meses durante los que pintó 26 cuadros de paisajes y flora de la isla. Una exposición de sus obras tuvo tanto éxito que acordó con Sir Joseph Hooker, director de los Reales Jardines Botánicos de Kew, la construcción de una sala para mostrar su arte de forma permanente, encargándose ella de los gastos derivados de dicha construcción.
Alice Carter Cook, botánica estadounidense (1868 – 1943)
Fue la primera mujer de Estados Unidos en obtener un doctorado en Botánica en 1888.
Desarrolló un gran interés por la arqueología, la etnografía y la flora del archipiélago canario. Tras dos expediciones a Gran Canaria y Tenerife entre 1893 y 1897, recolectó e identificó a nivel taxonómico una gran cantidad de especímenes de herbario en Canarias, incluyendo fanerógamas, helechos y líquenes. Su legado botánico enriqueció las colecciones de herbario en diferentes museos de historia natural.
A su regreso a América, escribió dos trabajos sobre la flora canaria. El primero se publicó en la revista de investigación botánica más antigua de Estados Unidos, el Bulletin of the Torrey Botanical Club, en el año 1898. En este trabajo, Alice Cook incluyó varias familias con endemismos vegetales canarios y describió los principales pisos de vegetación que caracterizan los ecosistemas de las islas.
Su segundo trabajo fue más divulgativo, y en él resaltó la belleza del paisaje de los pinares, la laurisilva y los barrancos del archipiélago.
En definitiva, su trabajo enriqueció significativamente el conocimiento botánico de Canarias, lo que nos permite comprender mejor la riqueza natural de nuestras islas.