Un excéntrico propietario

lunes 26 de junio de 2023 - 11:09 CEST

Zola, Emile. La bête humaine. Paris : G. Charpentier et Cie., Éditeurs, 1890.
S.XIX 3359

En 1890 Emile Zola publica la primera edición de su novela La Bête Humaine. El ejemplar de esta fecha, que conserva la Biblioteca, contiene un delicado dibujo y un ex libris manuscrito.

La ilustración, realizada a lápiz de color sepia en la anteportada, representa a un caballero con cara de lobo, que sostiene en su mano izquierda un sombrero, y en la derecha sostiene enmarcado el título impreso de la obra; al fondo aparece un calvario dibujado en azul.

En la portada consta la firma escrita en tinta negra de Alexander Ver Huell. Estos datos nos animaron a descubrir a su dueño.

Nacido en la ciudad de Doesburg (Países Bajos) en 1822 nuestro propietario perteneció a una familia de alto poder económico. De sus padres heredó el talento para dibujar, su madre se especializó en pintar flores y su padre era un excelente paisajista. Desde su infancia se dedicó a este arte, llegando a destacar muy joven en la caricatura y el retrato literario humorístico.

En 1840 se matriculó en Derecho, cumpliendo los deseos de su progenitor, que auguraba para él una brillante carrera diplomática; pero durante la carrera elaboró una serie de dibujos sobre estudiantes, bajo el título Zoo zijn er,  que le hicieron sobresalir como un gran ilustrador.

Animado por su éxito, finalmente se retiró en 1849 a Arnhem, localidad bañada por el Rhin, en donde se dedicó plenamente a la pintura y la literatura. Publicó numerosas ilustraciones en varios periódicos y en la revista francesa l ‘Illustration, con las que adquirió fama internacional.

Según sus biógrafos, su difícil personalidad le causó numerosos conflictos. Consideraba que el arte y el comercio eran incompatibles porque convertían al artista en un mero trabajador por contrato. Este pensamiento elitista y sus múltiples obsesiones, le abocaron a una vida en soledad con numerosos enfrentamientos, polémicas periodísticas y enemistades.

Su carácter obsesivo se refleja en nuestro ejemplar, en cuyas guardas posteriores aparecen pegados numerosos recortes de periódicos holandeses que hacen referencias a asesinatos en distintos países. En tinta roja destaca una sentencia manuscrita en holandés: La realidad supera la sangrienta fantasía.</i

Alexander Ver Huell murió de Parkinson en 1897 y donó su rica colección de dibujos a distintas instituciones de Arnhem y Brielle.

 

Bibliografía

Chamuleau, Rody. Alexandre Voir Huell 1822-1897, Tekenaar, Kunstverzamelaar à Zonderling. [en línea] [fecha de la consulta: 20 de junio de 2023]

Stichting Asyl voor Oude en Gebrekkige Zeelieden [en línea] [fecha de la consulta: 20 de junio 2023]