La fundación de la Biblioteca Universitaria data de los últimos años del siglo XVIII aunque se crea oficialmente por un acuerdo del Claustro de la Universidad Literaria de San Fernando en el año 1817.
El primer lote de libros que ingresa en nuestra institución es donado por el Obispo Tavira y Almazán y a partir de ese momento crece gracias a compras y a donaciones de particulares como las de Antonio Mª de Lugo, Cristóbal López, Pascual Moles, Juan de Villalonga, Cristóbal Salazar, Roberto Madan o Martín Antonio Bello.
La desamortización de Mendizábal, por la que se incorporaron las bibliotecas conventuales a las llamadas Bibliotecas Provinciales, supuso la mayor aportación de libros y, a partir de ese momento, adquiere esa denominación de Provincial. Al desaparecer más tarde la Universidad de San Fernando y crearse el Instituto de Canarias, pasa a denominarse Biblioteca Provincial y del Instituto de Canarias.
Se restablece el distrito universitario en 1927, y tras múltiples vicisitudes, ya en el año 1954, la Universidad logra disponer de un edificio propio y dedica un pabellón de dos plantas para uso de la Biblioteca. Se le llama Biblioteca General, de la que se separa dos años más tarde el Fondo de Canarias, al tiempo que se van configurando pequeñas bibliotecas departamentales. En la década de los ochenta las obras anteriores a 1830 se agrupan formando el Fondo Antiguo.
En 1992 se inaugura la Biblioteca General y de Humanidades en el Campus de Guajara y se destina una sala en la planta baja para albergar esta colección, a la que se dota de los instrumentos necesarios para mantener las condiciones ambientales y de seguridad adecuadas.