La educación en la II República

LA EDUCACIÓN EN LA II REPÚBLICA

La Facultad de Educación dedica este año su semana cultural a la Educación en la II República, con motivo de la conmemoración de su 75 aniversario. La Facultad, en colaboración con la Biblioteca Universitaria y con el Museo de la Educación, pretende dar a conocer una de las experiencias educativas más interesantes y novedosas de la educación contemporánea y, al mismo tiempo, homenajear a quienes quisieron llevar la enseñanza y la cultura a todos los rincones del país: los maestros republicanos.

Esta conmemoración no quiere ser una mirada nostálgica a aquel pasado republicano sino, por el contrario, poner de relieve la vigencia de los discursos y prácticas pedagógicas de aquel periodo a través de una exposición de fondos documentales que contribuyan a recuperar la memoria histórica de una época que ha sido intencionadamente silenciada.

Con la proclamación de la II República se hace posible poner en práctica las aspiraciones educativas y culturales de una minoría intelectual que había venido conformando un discurso pedagógico alternativo desde la segunda mitad del siglo XIX. Los primeros intentos por construir un modelo educativo público durante el Sexenio Democrático habían quedado atrás, y de aquella experiencia frustrada por el final de la I República y el inicio de la Restauración borbónica solo pudo continuarse una experiencia pedagógica privada que desarrolló la Institución Libre de Enseñanza. De esta práctica pedagógica krausoinstitucionista, de las aportaciones realizadas por el socialismo español, del amplio conocimiento que tenía Lorenzo Luzuriaga y de las líneas programáticas aportadas por las asociaciones de maestros y primeros sindicatos del profesorado, se nutrirá el articulado educativo de la Constitución republicana de 1931.

Ni la corta duración del periodo republicano, ni la heterogeneidad de los gobiernos que estuvieron al frente del poder político, ni el silencio que la dictadura impuso sobre la verdadera intencionalidad de las medidas educativas de los gobiernos progresistas republicanos, han podido ensombrecer lo que fue el noble intento de llenar el Estado español de escuelas y dotarlas de un profesorado más numeroso y mejor formado. Fue el primer intento serio en este país por resolver la implantación de la democracia en una población mayoritariamente analfabeta. El nuevo régimen republicano, sobre todo en el primer bienio, se propuso la extensión de una idea de escuela como un instrumento básico para la formación de ciudadanos en una sociedad democrática, enlazando así con los ideales educativos y regeneracionistas de la intelectualidad española del último cuarto del siglo XIX y primer tercio del siglo XX.

Pero la II República se encontró con un régimen de uso y tenencia de la tierra todavía caciquil. Ni existía un Estado lo suficientemente estructurado para afrontar el reto que suponía un cambio de estas condiciones económicas, ni tampoco se contaba con una sociedad civil con el consenso necesario para llevar a cabo esta transformación. A pesar de estas circunstancias el nuevo gobierno republicano intentó implantar una democracia política y económico-social que ampliara la participación ciudadana y que afrontara de forma decidida la desigual distribución de la riqueza. Este cambio se concibió vinculado a la transformación de la ciudadanía. a partir de la existencia de un nuevo hombre y de una nueva mujer. Y en ello la educación , con su extenso conjunto de medidas, era el vínculo utópico con la República.  Un régimen que no tuvo el poder suficiente para hacer este gran cambio ni el tiempo necesario para conquistarlo. Pero fue una utopía y una posibilidad que movilizó a una gran parte de la sociedad en la lucha por la justicia, la igualdad y la libertad.