La educación en la II República

DEPURACIÓN DE MAESTROS REPUBLICANOS

Por su formación intelectual y por su compromiso político, muchos maestros y maestras fueron perseguidos, encarcelados y posteriormente fusilados. En el mejor de los casos otros muchos fueron sancionados, inhabilitándolos para el desempeño de la enseñanza o fueron suspendidos de empleo y sueldo, o se les jubiló forzosamente:

 

“[…] la cuarta parte de quienes fueron sometidos a expedientes de depuración esto es, entre quince y dieciséis mil personas, sobre un total de sesenta y una mil resultaron sancionados en mayor o menor medida ; en torno a 6.000 expedientados fueron forzosamente separados de la enseñanza, mientras que algo más de 3.000 resultaron suspendidos de empleo y sueldo durante periodos variables de tiempo; también alrededor de 6.000 perdieron su plaza al ser trasladados forzosamente de localidad; la inmensa mayoría de todos los anteriores fueron inhabilitados para el desempeño de cargos directivos pero, además, casi dos mil más recibieron esa sanción en exclusiva; finalmente, cerca de mil docentes sufrieron alguna de las restantes sanciones posibles (jubilaciones forzosas, expedientes de disciplina…)”

Morente Valero, F. : La Escuela y el Estado Nuevo. La depuración del Magisterio Nacional (1936-1943). Valladolid: Ámbito,1997.

Aquellos maestros que no fueron depurados tuvieron que mostrar públicamente su adhesión al régimen franquista.

Los sancionados fueron, en su inmensa mayoría, aquellos que se habían comprometido con la reforma educativa puesta en marcha por los primeros gobiernos republicanos; se trataba del sector más progresista del Magisterio, pero también del más comprometido con los movimientos de innovación educativa y con el modelo escolar republicano.

El máximo responsable político de la Comisión de Depuración del Magisterio Nacional fue José María Pemán, poeta y dramaturgo, condecorado “por los servicios prestados” en múltiples ocasiones.