¿Hacia dónde vamos? Esa es la pregunta que debemos plantearnos antes de ver esta exposición que muestra las múltiples presiones a las que se ve sometido el medio marino de Tenerife, nuestra isla.
Quizá la respuesta tras ver la exposición no sea esperanzadora, pero implantar los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) en concordancia con economías respetuosas con el medio ambiente es la estrategia prioritaria para asegurar nuestra continuidad en la Tierra.
La crisis causada por la COVID-19 ha afectado profundamente a muchos sectores de nuestra sociedad y ha generado una era de incertidumbre en la que se plantea la necesidad de movernos hacia un nuevo paradigma más sostenible: la economía, la sociedad y el medio ambiente deben discurrir juntos y equitativamente.
Las Universidades, como instituciones de educación superior, juegan un importante rol en la integración y difusión de los ODS. Por ello presentamos esta exposición centrada en el ODS 14: vida submarina, conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos.
El sistema actual de economía lineal basado en usar y tirar se encuentra totalmente obsoleto y desequilibrado en relación al planeta. Es necesario un cambio con urgencia hacia la sostenibilidad, y es eso lo que en 2014 propuso el Parlamento Europeo en su comunicación: Hacia una economía circular: un programa de cero residuos para Europa.
La economía circular es un modelo económico que busca que los productos y sus materiales se mantengan en la economía el mayor tiempo posible, siendo su objetivo prioritario la disminución en la producción de residuos. Por este motivo, palabras clave como reparar o repensar se vuelven indispensables en esta economía. Pensar en el residuo que generará un producto antes de pensar en el producto nos hace repensar el objeto en sí.
La economía circular, sin duda, permitirá reducir la cantidad de residuos que se encuentran en el mar, pero es importante integrar también la economía azul en el sistema. Se trata de una estrategia de la Unión Europea que propone un crecimiento inteligente, sostenible e integrador con los sectores marino y marítimo, que reconoce a los océanos como motores de la economía.
Sin duda, la sociedad juega un papel principal en la integración de estas economías, ya que somos los principales consumidores. Priorizar la economía local, los productos respetuosos con el medio ambiente y partir del principio “el mejor residuo es aquel que no se genera” son elementos clave para disminuir nuestra huella en el planeta.