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Como tienen en la documentación de este consejo información sobre el currículum de esta escritora, paso directamente a comentarles algunos aspectos de su biografía.

Ken Bugul, pseudónimo wolof de Mariétou Mbaye Biléoma nació en 1947 en el Ndoucoumane, antigua región del oeste de Senegal. En 1982, con su autobiografía novelada Le baobab fou, hizo su entrada en la literatura.

Como autora, Ken Bugul ha publicado once novelas, la mayoría de ellas traducidas a varios idiomas. Hija de un morabito polígamo de 85 años, y de una joven senegalesa, fue criada en el seno de una familia polígama en la que sus hermanos eran bastante mayores que ella. A los 5 años fue separada de su madre, y la incomprensión de ese abandono y desconexión familiar la persiguió durante su infancia, adolescencia y edad adulta, momento en que comenzó a escribir. 

Tras cursar la primaria en su aldea, continuó sus estudios en el liceo Malick-Sy de Thiès, tras el que accedió a la hoy conocida como Université Cheikh Anta Diop de Dakar. Su brillantez académica le abrió las puertas y obtuvo una beca para irse a estudiar a Bélgica, periodo en el que conoció ese Occidente del que tanto había estudiado, leído y hablado. Ese lugar anhelado, que su educación colonial le presentó como suyo, como la tierra de sus ‘ancestros los galos’. La etapa belga, relatada en Le baobab fou fue tan compleja como devastadora; a esta le seguiría otra en Francia, gracias a una beca de estudios en el Instituto Nacional de lo Audiovisual de París. Sus vivencias en este país son relatadas en Cendres et braises, en la que tantas otras experiencias convirtieron su estancia en un infierno y acabaron por señalar el único camino posible para sobrevivir: volver a casa. 

A principios de los años ochenta Mère Mbaye, ‘madre Mbaye’ como la llaman sus próximos, volvió por un tiempo a Senegal. Ahí se enfrentó nuevamente al conflicto entre dos realidades. Sus vecinos y familiares la trataban como una marginada y su propia madre sentía vergüenza de ella por haber vuelto de Europa sin éxito aparente. Durante esa época, conoció a un morabito de 85 años, con quien se casó como su vigésimo octava esposa. Este matrimonio la rehabilitó socialmente y le brindó una cierta estabilidad y paz interior. Pocos meses después, su esposo falleció y más tarde, contrajo matrimonio con un médico en Benín con quien tuvo una hija.

En esta vuelta a su país natal, fue donde comenzó a escribir. Y escribió y escribió… y el manuscrito llegó a Nouvelles Éditions Africaines. Y era tan rompedor, tan irreverente, tan ‘poco adecuado’ para una mujer, una africana, una negra, que la editorial decidió publicarlo, pero bajo un pseudónimo. Así, fue el eterno sentimiento de abandono el que le llevó a tomar el pseudónimo que utiliza para firmar sus obras, Ken Bugul, que significa en lengua wolof “personne n’en veut” o “la que nadie quiere”. 

Entre 1986 y 1993, trabajó como funcionaria internacional en varios países africanos, incluyendo Kenia, Congo y Togo, gestionando programas de planificación familiar para una organización internacional no gubernamental, liderando la sección de la región africana de la organización. Viajó por el mundo participando en diversas formaciones e impartiendo conferencias sobre desarrollo, planificación familiar y los derechos de las mujeres y las jóvenes. 

Desde 1994, se ha dedicado principalmente a escribir, compartiendo su actividad de escritura con la organización de talleres en comunidades desfavorecidas, donde promueve la escritura terapéutica y la rehabilitación. También apoya la difusión de arte y artesanías locales.

Ken Bugul ha superado múltiples desafíos y ha desarrollado una visión del mundo con una libertad poco común. Transmite a quienes la rodean un profundo amor por la vida y su escritura está marcada por la separación de su madre durante su infancia. Sus opiniones sobre temas como la tradición africana, el feminismo, el desarrollo económico y las relaciones entre el Norte y el Sur han sido contundentes y, a menudo, polémicas. Su claridad sobre la condición humana y su estilo narrativo lleno de humor la han consolidado como una figura destacada en la literatura africana. En África, donde su obra ha generado desde controversia hasta respeto, Ken Bugul se ha ganado un lugar como una voz fundamental. Su vida y su obra están íntimamente conectadas, y en su internacionalmente conocida trilogía autobiográfica, compuesta por Le Baobab fou (su niñez, el abandono de su tierra y encuentro con Occidente), Cendres et braises (la experiencia adulta en Occidente) y Riwan ou le chemin de sable (la vuelta a las raíces, la sanación en casa) relata, sin tapujos y con una osadía poco común, diferentes momentos de su existencia.

Ken Bugul escribe en francés, la lengua de su educación colonial, y no ha sentido la necesidad de escribir en wolof, su lengua materna, porque, según ella, el francés es su herramienta, la que le ha permitido llegar a un público más amplio, a un público occidental a quien de alguna manera se dirige. Sin embargo, sus obras están habitadas por voces en lengua wolof, referencias a conceptos y realidades senegalesas, creencias populares africanas, o prácticas locales, entre otros.  De esta forma, la escritura de Ken Bugul es tanto un medio de catarsis personal como una herramienta para analizar y criticar las realidades africanas y occidentales.

En varias ocasiones ha descrito cómo la colonización dividió a la sociedad senegalesa en tres clases: los occidentales, los asimilados y los indígenas, a los que ella pertenecía. Los indígenas, como explica Bugul, se veían obligados a imitar la mentalidad de los colonizadores sin recibir ninguno de los privilegios de estos. Estas experiencias moldearon profundamente su sentido de identidad y la llevaron a cuestionar las desigualdades y la dominación cultural que sufrió.

Ken Bugul es una de las escritoras más importantes del continente africano, y su obra ofrece una visión fascinante de la condición humana, el exilio y la búsqueda de un lugar en el mundo y de una identidad, lo que hace de ella no solo una escritora africana, sino universal. 

Además, su enfoque humanista, con una visión crítica de las estructuras sociales y culturales, demuestra un firme compromiso con los derechos humanos, la igualdad entre hombres y mujeres y la dignidad de los marginados, así como una visión poderosa y necesaria que dialoga con las preocupaciones globales.

Este compromiso se refleja en cada aspecto de su vida y obra, y está en perfecta sintonía con los valores que defiende nuestra institución. Su lucha por la justicia social y por dar voz a las mujeres africanas, así como su análisis crítico de las estructuras de poder y las desigualdades, la convierten en una defensora incansable de los derechos fundamentales, valores que la ULL promueve de manera activa.

Por otra parte, la extensa y reconocida trayectoria literaria de Ken Bugul ha tenido un impacto significativo a nivel internacional, consolidándose como una de las grandes voces de la literatura africana contemporánea. Por todo ello, esta escritora representa una figura que no solo aportará gran prestigio a nuestra universidad, sino que también fortalecerá el compromiso de la ULL con Senegal, y por extensión con el vecino continente africano y sus diásporas. Un compromiso firme desde hace ya décadas, que se ha mantenido con éxito a través de los proyectos no sólo académicos y científicos, sino también de cooperación y desarrollo que los diferentes investigadores e investigadoras, departamentos y facultades de esta universidad han llevado a cabo y siguen llevando con el país vecino. 

Por todo ello, la incorporación al claustro de la Universidad de La Laguna de Mariètou Mbaye Biléoma, Ken Bugul, como Doctora Honoris Causa, fortalecerá los vínculos culturales y académicos entre nuestra institución y el continente africano, un territorio hermanado y de gran relevancia para Canarias y para la ULL, consolidando de esta forma nuestro papel como responsables y promotores de un diálogo cultural y social que aspira a un futuro más justo, igualitario y solidario.

Dulce María González Doreste y Alba Rodríguez García