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Al asumir el honor de presentar los muchos méritos de la Dra Schiebinger ante ustedes, he pensado que lo mejor sería empezar por solo resumir solo los rasgos más esenciales de la Dra. Londa Schiebinger. 

Londa Schiebinger es catedrática de Historia de la Ciencia de la Universidad de Stanford. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Harvard, en 1984. Es miembro electo de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias. Ha recibido ya varios doctorados 5 honoris causa (de la Universidad Libre de Bruselas, en 2013, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lund, Suecia, en 2017 y la Universidad de Valencia en 2018). 

Es una eminencia internacional en materia de género y ciencia. Fue la primera mujer en lograr el premio Alexander Humboldt de investigación, entre otros prestigiosos reconocimientos. Es una destacada investigadora en los Estudios de Ciencia, Tecnología y Género, dirige el programa Gendered Innovations in Science, Health & Medicine, Engineering and Environment, financiado por la Unión Europea y los Estados Unidos. 

Su investigación se ha centrado en la historia de la participación de la mujer en la ciencia, el género en la estructura de las investigaciones científicas y el género del conocimiento humano, siendo una autoridad internacional reconocida en género y ciencia. 

Con una formación académica sólida y una carrera prolífica, la Dra. Schiebinger ha contribuido significativamente a la comprensión y mejora de la inclusión de género en la ciencia y la tecnología.

Como Ingeniera Informática e investigadora destacaré la contribución de la Dra. Schiebinger con su proyecto “Gendered Innovations”, término también acuñado por ella en 2005, para desarrollar métodos prácticos de análisis de sexo, género e interseccionalidad en la ciencia e ingeniería y proporcionar estudios de caso que ilustran cómo el análisis de sexo, género e interseccionalidad conducen a la innovación.  Este proyecto comenzó en la Universidad de Stanford en julio de 2009 y se expandió con financiamiento de la Comisión Europea y la Fundación Nacional de Ciencias de EEUU (NSF).

Desde 2011, más de 225 expertos de Europa, EEUU, Canadá y Asia han colaborado en talleres interdisciplinarios para desarrollar estudios de caso revisados por pares y métodos aplicables en distintas disciplinas, ha colaborado e influido en instituciones como el Parlamento Europeo, la ONU y la Cumbre de Género en Asia-Pacífico. Ha demostrado como el análisis de sexo, género e interseccionalidad puede fomentar la innovación y que considerar estas perspectivas puede añadir dimensiones valiosas a la investigación y abrir nuevas direcciones en el ámbito científico. Para un resumen sobre este enfoque se puede consultar en “Sex and Gender Analysis Improves Science and Engineering”, publicado en Nature (2019).

En el portal Gendered Innovations nos muestra diferentes ejemplos de como el hacer investigaciones de forma incorrecta cuesta vidas y dinero. Por ejemplo, entre 1997 y 2000, 10 medicamentos fueron retirados del mercado en EEUU debido a efectos perjudiciales para la salud. Ocho de estos medicamentos representaban mayores riesgos para las mujeres que para los hombres. Además de los costos multimillonarios asociados al desarrollo de fármacos, los fracasos causaron sufrimiento humano y muertes. En ingeniería, por ejemplo, ignorar a personas de baja estatura (muchas mujeres y también hombres) como conductores «fuera de posición» aumenta el riesgo de lesiones en accidentes automovilísticos. En la visión por ordenador, los sistemas de reconocimiento facial entrenados con conjuntos de datos sesgados pueden no reconocer a mujeres, personas de piel más oscura o personas transgénero, especialmente durante períodos de transición. En investigación básica, no usar muestras adecuadas de células, tejidos y animales masculinos y femeninos genera resultados defectuosos. En medicina, no reconocer la osteoporosis como una enfermedad masculina retrasa el diagnóstico y tratamiento en hombres. En planificación urbana, no recopilar datos sobre el trabajo de cuidado genera sistemas de transporte ineficientes. Estos errores en investigación pueden evitarse gracias a su enfoque, y realizar investigaciones correctamente puede salvar vidas y reducir costes. Las innovaciones con Perspectiva de Género ofrecen métodos de análisis de sexo, género e interseccionalidad y el integrar estos métodos en la investigación básica y aplicada mejora la excelencia en la ciencia, la medicina y la ingeniería, así como en políticas y prácticas.

Asimismo, en la era de la IA, la Dra. Schiebinger indaga cómo las tecnologías de aprendizaje automático (ML, por sus siglas en inglés), como la puntuación de riesgos, los sistemas de recomendación, el reconocimiento de voz y el reconocimiento facial, operan en sociedades marcadas por discriminaciones estructurales como las de género, raza y otras formas. Los sistemas de ML pueden reforzar estas estructuras de varias maneras, desde los sesgos humanos integrados en los datos de entrenamiento hasta decisiones conscientes o inconscientes en el diseño de algoritmos. Comprender cómo operan el género, el sexo, la etnia y otros factores sociales en los algoritmos en contextos específicos puede ayudar a los y las  investigadoras a tomar decisiones conscientes e informadas sobre cómo su trabajo impacta a la sociedad. La Dra. Schiebinger recomienda prestar atención a la interseccionalidad al evaluar modelos de ML potencialmente discriminatorios ya que algunas medidas de equidad pueden pasar por alto formas interseccionales de discriminación (por ejemplo, “mujeres negras”, “hombres asiáticos ancianos”). Este análisis es esencial para crear sistemas de ML más equitativos, que mitiguen los sesgos sociales en lugar de reforzarlos.

Vemos como los gobiernos y universidades han adoptado tres enfoques estratégicos hacia la igualdad de género, por un lado, hay que corregir los números, esto es, incrementar la participación de mujeres y grupos subrepresentados, corregir las instituciones, lo que significa promover igualdad inclusiva en las carreras mediante cambios estructurales en las organizaciones de investigación, y por último, y no menos importante, corregir el conocimiento, que significa, integrar el análisis de sexo, género e interseccionalidad en la investigación para la promover la excelencia en ciencia y tecnología. Ella se centra principalmente allí, en corregir el conocimiento, añadiendo valor a la sociedad haciendo la investigación más sensible a las necesidades sociales y creando una ciencia y tecnología responsable.

Su contribución al análisis de los sesgos de género en las publicaciones científicas también es notable. Como ejemplo, podemos citar la realización de un meta-análisis de más de un millón y medio de artículos con el objeto de estudiar la autoría y primera autoría de los mismos. Este trabajo ha llevado a las editoriales científicas hacer propuestas de políticas de género en sus revistas. Estas propuestas se concretan en la publicación en The Lancet, en 2016, de su artículo “Políticas editoriales para el análisis de sexo y género”. 

La Dra. Londa Schiebinger ha dedicado su vida a demostrar que una ciencia bien hecha es inclusiva, innovadora y profundamente humana. Sus contribuciones no solo han enriquecido el conocimiento académico, sino que también han transformado la práctica científica al colocar la justicia social en el centro del progreso tecnológico y científico. Su visión y liderazgo nos desafían a repensar nuestras propias prácticas y a comprometernos con una ciencia responsable.

Proponer su nombramiento como Doctora Honoris Causa no es solo un reconocimiento a sus méritos excepcionales, sino también un acto de afirmación de los valores que ella representa. La Dra. Schiebinger nos invita a imaginar un futuro en el que la ciencia y la tecnología no solo respondan a las preguntas del presente, sino que también reflejen las esperanzas de un mundo más justo. Con admiración, presento esta propuesta de DHC como un homenaje a una académica cuya vida y obra son un faro de inspiración para todos.

Carina Soledad González González