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Durante la Edad Media y el Renacimiento, la música tuvo un papel muy importante para la transmisión de valores espirituales y culturales, sobre todo, en el contexto del cristianismo. En el Medievo, la música litúrgica era fundamental en la vida religiosa, pues ayudaba a crear una atmósfera de recogimiento en las ceremonias. En este tiempo, el canto gregoriano dominó el panorama musical como la principal forma de expresión religiosa, caracterizado por ser monofónico, es decir, con una sola línea melódica. Con el tiempo, surgieron nuevas formas musicales, como el organum, en el que se añadían voces adicionales al canto gregoriano. Este es el inicio de la polifonía. De forma paralela, en el ámbito secular, trovadores y juglares enriquecieron el repertorio con canciones que narraban historias de amor, aventuras y eventos sociales.
En el Renacimiento, la música evolucionó hacia formas más polifónicas que enriquecieron la experiencia litúrgica y permitieron una expresión más compleja de la fe. Además, se experimentó una transformación significativa gracias a los avances en la notación musical y el auge del humanismo. Este movimiento intelectual influyó en la creación musical al priorizar la belleza, el equilibrio y la expresión emocional. La polifonía alcanzó un nivel de complejidad y refinamiento sin precedentes, con compositores como Josquin des Prez, Tomás Luis de Victoria o Giovanni Pierluigi da Palestrina. La música secular también ganó protagonismo, con géneros como el madrigal y las chansons que se interpretaban en la corte y entre la burguesía.
Tanto la música medieval como la renacentista sentaron las bases para el desarrollo de la música occidental. En la Edad Media, se establecieron las primeras formas y estructuras musicales, mientras que en el Renacimiento se perfeccionaron y expandieron. Comparten un profundo vínculo con la espiritualidad, pero también reflejan los cambios culturales y sociales de sus respectivos contextos. Hoy en día, su legado perdura en la música coral, en los repertorios históricos y en el interés continuo por la interpretación de estas obras. Ejemplo de ello lo tenemos en el Seminario que se celebrará el 29 de enero de 2025, que lleva por título “Echo temporum: un paseo por música medieval y renacentista”, en el que podremos acercarnos a la música de estos períodos a través de dos conferencias y la actuación en directo de un coro que interpretará ocho temas.