Exposición colectiva ‘Meraki’

La Sala de Arte Paraninfo Pablo González Vera inaugura el próximo 1 de marzo, a las 20:00 horas, la exposición colectiva Meraki, una propuesta artística cuyo propósito es indagar en el vacío, arrojarle piedras a la luna, disparar a las estrellas, recortar en trocitos parte de unos sueños para transformarlos en ideas, símbolos o fantasías.

Los artistas Eilyn Amores, Leonardo Izquierdo y Osvaldo Chong actúan conforme a unos valores estéticos propios, lo que no es óbice para que entre ellos se establezca una dialéctica, una reflexión, de la que se puedan obtener interesantes conclusiones.

Eilyn Amores muestra en su trabajo el reto de figuras infinitamente pequeñas que se enfrentan a realidades colosales, lo que produce vértigo, zozobra en el espectador. Sus personajes ínfimos se hallan perdidos en la inmensidad, buscan asideros donde apoyarse y encontrar cobijo. Estos personajes nos hablan de la distancia que nos separa, de la dificultad para acercarnos, incomunicados por profundos abismos, oprimidos por bloques gigantescos que flotan sobre nuestras cabezas y que en cualquier momento pueden aplastarnos, metáfora viva de nuestro vacío y del deseo de alcanzar a otros que puedan acompañarnos para no perdernos en la desolación.

En la obra de Leonardo Izquierdo distinguimos parejas que se abrazan, se funden, se enredan y desenredan, se tensan y relajan, se fuerzan y se alivian sobre fondos tenues, de colores azules oscuros, grises suaves y leves amarillos. Hay una lucha en la pasión de los cuerpos hasta alcanzar la extenuación y, al mismo tiempo, el clímax. Pero a continuación llega la paz y el sosiego, todo en unas mismas escenas, profundas, polivalentes, situadas en un espacio de equilibrio erótico entre el placer y el dolor.

A Osvaldo Chong le seduce un lugar utópico que puede ser abierto hasta el infinito, y que duplica su significado en forma de ciudad o de gato. Elabora su trabajo con técnica cubista, calculada, simétrica, e invita al espectador a asistir a un juego, una ilusión óptica, donde la percepción ha de desdoblarse para amplificar la mirada. Hay otras piezas de líneas más irracionales dentro de un marco denso, confuso, abigarrado, cruzado de venas, una especie de apocalipsis que nos habla del ir y del volver. Se mezcla la figuración con reminiscencias mitológicas que trazan la distancia y cercanía entre la juventud y la vejez para acabar fundiéndose, una síntesis del sentido del espacio y tiempo que confluyen en la esencia de la vida humana.

La muestra permanecerá abierta al público hasta el 8 de mayo de 2019. Puede visitarse de lunes a viernes de 17:00 a 20:00 horas. La entrada es gratuita.

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