Oigo y olvido, veo y recuerdo, hago y entiendo”, el principio que seguir en el aula invertida
Un método en el que el alumnado es partícipe del proceso formativo
Un método en el que el alumnado es partícipe del proceso formativo
El avance tecnológico, especialmente en todo lo relacionado con la información y la comunicación, trae consigo un cambio en los hábitos de consumo en la sociedad, y con el paso de los años, las nuevas generaciones crecerán adaptadas a ciertos modelos, y demandarán nuevas vías de para obtener esta información y para aprender. El estudiantado universitarios actuales son, en su gran mayoría, nativos digitales que no conciben la vida diaria sin el acceso directo a la información digitalizada, al flujo instantáneo y constante de información en tiempo real. Por otra parte, estos avances tecnológicos no han cambiado solo los hábitos de la sociedad, sino el funcionamiento general de esta, en términos laborales, académicos, etc. Debido a esto se hace necesaria una innovación constante cada vez más demandada en los métodos docentes. El alumnado universitario señala la necesidad de que las instituciones docentes se renueven y actualicen en estos aspectos. Se demanda que se dé un soplo de aire fresco a la metodología docente.
En este contexto, un grupo de docentes e investigadores de la Universidad de la Laguna, relacionados con distintas especialidades como química o medicina, han planteado un proyecto para acercar el modelo docente a los gustos y preferencias del estudiantado, y así lograr un mayor interés por parte de estos, y una mayor eficacia en la docencia. Dirige el proyecto la Doctora en Ciencias Ambientales Cintia Hernández Sánchez, docente en las áreas de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad de La Laguna, y lo codirige Javier Hernández Borges, doctor en Química por la Universidad de La Laguna, donde imparte docencia en los grados de Química, Ciencias Ambientales y Farmacia.
El proyecto propuesto por este equipo gira en torno al concepto de flipped learning, o aula invertida, y se inspira en el siguiente proverbio de Confucio: “Oigo y olvido, veo y recuerdo, hago y entiendo”. Tomando esta filosofía como base la adaptan a la realidad actual, y la reformulan como eslogan del proyecto de la siguiente forma: “Ver y aprender, hacer y entender”. La razón de estas palabras es la idea central del proyecto, que consiste en adaptar el material docente a la cultura eminentemente audiovisual entre el estudiantado jóvenes, mediante la elaboración de material educativo en forma de vídeo-prácticas y vídeo-píldoras. Estas piezas audiovisuales encapsularían el contenido de las guías docentes de las distintas asignaturas de las áreas de Medicina Preventiva y Salud Pública, y Química Analítica. Según plantean los encargados del proyecto, pretenden que el consumo de estos vídeos, en un formato adecuado a los gustos del estudiantado, les permita aprender desde fuera del aula, y mediante los ejercicios prácticos que hacen dentro del aula entenderán el objeto del aprendizaje que persiguen, así como los conocimientos que se les imparten.
Adaptándose a los formatos populares
Dan especial importancia a adaptar el formato del material educativo a las necesidades o expectativas de los jóvenes en el entorno digital, y una de ellas es la brevedad del contenido. El técnico del servicio ULL Media, Eduardo Negrín, destacó la importancia de que los guiones de las píldoras audiovisuales no excedieran nunca los cinco 5 minutos de duración, ya que otro de los rasgos del consumo actual de información digital es la brevedad de esta. Por otro lado, también se destaca la importancia de que el contenido de estas piezas fuera principalmente gráfico, para fomentar el interés y romper la monotonía de los textos. La naturalidad de los vídeos también es esencial, para mostrar el desarrollo real de una práctica universitaria. El equipo considera esencial el grado de conocimiento de la materia a impartir, así como la coordinación efectiva entre los distintos docentes. Afirman que se trata de “plantearse qué saber para poder hacer”, es decir, establecer qué deben saber para ser capaces de trasladar el conocimiento práctico al alumnado de manera efectiva. Con estas bases asentadas, afirman que solo se necesita dotar al vídeo de un hilo conductor cohesionado, y marcar unos puntos de inflexión claves en el contenido de este, orientados hacia aquellas dudas más comunes entre el alumnado con respecto a la materia en cuestión.
Para este equipo, el formato de aula invertida tiene un beneficio evidente, y es que “el alumnado es dueño de su aprendizaje”, ya que pueden acceder al material educativo siempre que lo necesiten, repetir los vídeos el número de veces necesarias, y llevar el ritmo que requieran para asegurar el aprendizaje. No obstante, también señalan que el método presenta riesgos, y es que la responsabilidad del alumnado es esencial para que todo funcione. Si el alumnado se compromete a utilizar el material y finalmente no lo hace estaría rompiendo la “cadena de aprendizaje”. Para paliar este problema potencial sugieren vincular la visualización del video con algún tipo de obligación, como puede ser la resolución de un cuestionario relativo al contenido visto.
El alumnado es dueño de su aprendizaje
Técnicas de filtración por membrana
El equipo encargado del proyecto destaca la gran importancia del apoyo audiovisual en la docencia, especialmente en la situación de crisis sanitaria que atravesamos, en la que la enseñanza telemática ha ocupado un papel protagonista. Aseguran que este modelo agiliza el proceso docente, ya que tras la facilitación del material educativo es fácil comprobar si el alumnado han asimilado el contenido, y pasar a la parte práctica de las distintas materias. Finalmente comentan el alto grado de éxito y aceptación del formato por parte de el alumnado reflejado en los cientos de visualizaciones de los vídeos elaborados y publicados en el Canal de ULL Media. Destacan especialmente la video práctica de Cristobalina Rodríguez, una de las integrantes del proyecto, cuyo vídeo ha obtenido más de 14.000 visitas, y ha despertado el interés de otras instituciones educativas al otro lado del océano Atlántico También argumentan que, tras la implementación de este método, los resultados de el alumnado en la resolución de ejercicios prácticos han mejorado considerablemente.
Sin duda, el avance de las tecnologías de la información es cada vez mayor, y supone un evidente interés para la juventud, por lo que la implementación de estas herramientas en la docencia, y su adecuación a la misma, parecen ser una de las fórmulas clave para lograr que la enseñanza universitaria se adapte al avance tecnológico y social.
Galería de fotos
Cintia Hernández Sánchez
Doctora en Ciencias Ambientales por la Universidad de La Laguna y profesora ayudante Doctor del área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la misma universidad. Imparte principalmente docencia en los grados de Farmacia, Ciencias Ambientales, Náutica y Transporte Marítimo, Tecnologías Marinas e Ingeniería Radioelectrónica Naval, además del máster universitario de Investigación y Diagnóstico de Enfermedades Tropicales. Durante 4 años trabajó en la Consejería de Educación, mayoritariamente como profesora de Formación Profesional. Ha participado en diversos proyectos de investigación nacionales e internacionales. Sus principales líneas de investigación están relacionadas con la contaminación y el medio ambiente.
Javier González Sálamo
Doctor en Química por la Universidad de La Laguna (ULL) e investigador del Programa Agustín de Betancourt en dicha universidad. Ha impartido docencia en los grados en Química, Farmacia e Ingeniería Química Industrial de la ULL y en el grado en Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), habiendo codirigido diversos Trabajos de Fin de Grado. Ha participado en varios proyectos regionales, nacionales e internacionales, publicando 25 artículos en revistas internacionales indexadas y siendo coautor de 8 capítulos de libro publicados en editoriales internacionales.
Cristobalina Rodríguez Álvarez
Licenciada en Medicina por la Universidad de La Laguna, en 1984. Doctora en Medicina por la Universidad de La Laguna en 1992. Profesora Titular de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de La Laguna. Ha participado en diversos proyectos de investigación, como investigadora principal y colaboradora. Ha publicado medio centenar de artículos en revistas internacionales y nacionales y dirigido 14 Tesis Doctorales. Sus líneas de investigación principales son: Enfermedades infecciosas, especialmente relacionadas con alimentos y con la atención sanitaria, Microorganismos multirresistentes, Educación para la salud, Enfermedades no transmisibles e Higiene alimentaria.
Javier Hernández Borges
Doctor en Química por la Universidad de La Laguna y Profesor Titular de Química Analítica en dicha universidad, donde imparte docencia en los grados en Química, Ciencias Ambientales y Farmacia y en los másteres universitarios en Química y en Formación del Profesorado de Secundaria. Ha publicado más de 100 artículos en revistas internacionales indexadas y es coautor de 27 capítulos de libro publicados también en editoriales internacionales. Ha dirigido 7 tesis doctorales, todas ellas con Premio Extraordinario de Doctorado, y ha sido investigador principal de varios proyectos del Plan Nacional.
Ángeles Arias Rodríguez
Doctora en Farmacia por la Universidad de la Laguna. Acceso al Cuerpo de Catedráticos de Universidad en noviembre de 2004, dentro del Área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de La Laguna. Coordinadora del Grupo de Investigación de la Universidad de La Laguna “Medicina Preventiva y Salud Pública” desde el año 2004. He dirigido 24 Tesis Doctorales y publicado más de 80 artículos internacionales y nacionales, así como 18 capítulos de libros y he sido coeditora de tres ediciones del libro Piédrola Gil. Medicina Preventiva y Salud Pública, libro referente para el alumnado de Ciencias de la Salud en el campo de la Salud Pública y la Medicina Preventiva.