lunes 16 de octubre de 2023 – 14:14 GMT+0000Compartir
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La Tierra, con sus innumerables misterios enterrados en las capas de su historia, ha sido durante mucho tiempo un cofre del tesoro para los apasionados cazadores de fósiles y los incansables buscadores de respuestas sobre la vida que existió mucho antes de nuestra propia existencia.
Esta travesía tiene una parada obligada en Canarias, lugar sobre el que no caminaron los dinosaurios, pero donde sí se han encontrado restos coetáneos de estos majestuosos animales. La Paleontología, como la disciplina que desafía el paso del tiempo y explora la vida prehistórica, ha encontrado en esta tierra un terreno abonado.
Una pasión que no solo consiste en la recolección y colección de fósiles. La Paleontología estudia nuestro pasado más remoto para entender cómo era la vida en la Tierra y hasta, por qué no, predecir cómo será en el futuro. Los fósiles de Canarias, testimonios silenciosos de un pasado ancestral, revelan secretos enterrados bajo su suelo volcánico. Son más que simples curiosidades geológicas. Son piezas fundamentales en el rompecabezas de la evolución de la vida en estas islas volcánicas. Los científicos han estado trabajando incansablemente para desentrañar los misterios que rodean a estas criaturas prehistóricas y los ambientes en los que vivieron.
Lejos de la espectacularidad cinematográfica de los dinosaurios, los fósiles en estas islas son mucho más discretos, pero solo en cuanto a su tamaño. Desde el punto de vista de su interés científico están a la par. Por eso, nuestras dos protagonistas se afanan en desenterrar y estudiar estas ventanas al pasado con el objetivo de ir completando el puzle prehistórico de Canarias, aquel que existía mucho antes de la llegada del ser humano al archipiélago, antes incluso de que las islas estuvieran formadas tal y como las conocemos hoy en día.
A primera vista parecen piedras, pero ¿qué hacen tantas piedras en un departamento de Zoología? Si afinamos la vista damos con la solución. Empotrados en esas rocas se pueden observar animales. Seres que hace millones de años habitaban nuestro territorio y que ahora, son solo, por ejemplo, una impresión de su concha en una piedra. También hay fósiles de plantas, lagartos, ratas e incluso huevos fosilizados. En medio de todos estos testigos de la historia están Carolina Castillo Ruiz, profesora titular del área de Paleontología de la Universidad de La Laguna, y Penélope Cruzado Caballero, profesora ayudante doctora de la misma área. Gracias a su trabajo se conoce cada vez más la riqueza fósil de las islas y su especificidad.
El registro fósil de Canarias
El catálogo fósil de las islas Canarias es muy variado y se remonta a la época del mesozoico, momento en el que los dinosaurios dominaban la tierra. “Tenemos fósiles marinos de hace más de 145 millones de años, como los ammonoideos, ammonites, faraminíferos, algas, etc. Son tan importantes que se han utilizado para datar la edad de los terrenos. Hablamos de los fondos marinos del Protoatlántico, es decir, de lo que era África y América del Sur cuando estaban unidas”.
¿Cómo podemos tener fósiles marinos en la superficie de las islas? La respuesta está en el paso del tiempo y los movimientos de la corteza terrestre. Lo que ahora son barrancos, montañas y valles, hace millones de años formaban parte del fondo marino. Con el paso de los milenios estos territorios han emergido y ahora podemos caminar sobre unos materiales que en el pasado descansaban a cientos de metros de profundidad.
Fuerteventura es uno de los grandes ejemplos de territorios emergidos, pues casi toda la isla estuvo en algún momento bajo el lecho marino. De esta manera ahora podemos encontrar fósiles que vivieron en esas aguas. “Hace 23 millones de años ya existía Fuerteventura y se comenzó a colonizar por los animales y plantas que ahora encontramos en forma de fósil y que era muy diferente a la que vemos hoy en duda”.
Para estudiar Paleontología no se debe tener vértigo temporal, hablar de millones de años es lo más habitual. La franja de tiempo que vive una persona es tan insignificante que ni entra en sus parámetros. Un siglo es un suspiro tan corto que no es manejable, solo trabajan con miles y millones de años. Por eso, pensar que toda la biodiversidad que nos rodea ahora es reciente nos parece sorprendente, pero para un paleontólogo, no.
Fósiles endémicos
Todos conocemos la gran biodiversidad de Canarias. Este es un enclave privilegiado de la naturaleza. En un territorio tan pequeño existen más especies de animales y plantas endémicas que en toda la Península Ibérica. Las especies, para diferenciarse genéticamente de sus homólogos de otros territorios, necesitan un determinado tiempo, que no es corto precisamente. ¿Hace millones de años Canarias ya tenía especies únicas? Los restos fósiles indican que sí.
“Los endemismos fósiles que más encontramos son los terrestres. Tenemos especies endémicas de lagartos, tanto parientes de las especies que viven actualmente, como de dos especies que están extintas, que son el lagarto gigante de El Hierro y el de Tenerife, originalmente descrito solo para Tenerife, y el lagarto gigante de La Palma. Además, están dentro de los mamíferos dos ratas gigantes, una de Tenerife y otra de Gran Canaria. También tenemos aves extintas y muchos invertebrados terrestres”, aseguran las investigadoras.
Desde las construcciones realizadas por coleópteros hasta los lagartos gigantes, parece que estas islas se llenaron de vida rápidamente. No solo la tierra firme estaba habitada por animales únicos, también las aguas que nos bañaban contenían especies endémicas de gasterópodos que han llegado hasta nuestros días en forma de fósil.
Los múridos, que engloban a ratas y ratones, también tienen sus representantes en este mundo del pasado isleño. Conocida entre estos es la Rata Gigante de Tenerife, encontrada por el famoso geólogo Telesforo Bravo. Esta rata, que data del Plioceno y Pleistoceno, tenía el tamaño de un conejo y nos da una idea del gigantismo evolutivo que tenían algunas especies encontradas en Canarias.
Pero hay otros ratones que no llegaron solos. Datar los restos de algunos animales nos puede ayudar a situar el momento en el que el ser humano arribó a nuestras costas. Esto es así porque existen animales que son nuestros compañeros de viaje, nos guste o no. Uno de los que está allí donde estamos nosotros es el ratón común.
“Si te encuentras el Mus musculus o ratón común eso implica que ha tenido que llegar con el ser humano, lo que quiere decir que este comensal puede ayudar a datar la llegada de humanos, no necesariamente para vivir, quizás de paso, pero nos está dando el mensaje de que había ser humanos por aquí. Pero también podemos estudiar cómo afectan estas nuevas especies exóticas en los ecosistemas de las islas, vemos esa afectación”.
Los fósiles nos pueden ayudar a conocer cómo eran las interacciones entre los animales y plantas de cada época y cómo las nuevas especies se iban asentando en cada nicho. Pero también los
Impresión en 3D de restos de lagartos escaneados en uno de los proyectos. Foto de Emeterio Suárez.
restos nos pueden hablar de la relación depredador/presa. “Hemos visto aves con alas pequeñas que, con los años, reducen el diámetro del ala. Eso nos indica que se sentían seguros, no se sienten en peligro por la presencia de otros depredadores y no necesitan usar un instrumento tan caro energéticamente como el ala. Pasan de volar a caminar porque no es preciso huir de los depredadores”.
El tipo de organismos nos dice mucho de cómo era su entorno natural. Por ejemplo, un lugar con muchos Gasterópodos nos indica que tuvo una naturaleza rica en fauna y flora, con un suelo fértil ya que estos organismos ayudan a mejorar los nutrientes. “Esos paleosuelos nos pueden hablar del cambio climático y de las temperaturas que tenía un lugar hace millones de años”.
Los yacimientos, en peligro
Como sucede con sus yacimientos primos, los arqueológicos, los yacimientos paleontológicos de las islas están en peligro. La explotación turística, la construcción y, por qué no decirlo, la desidia e ignorancia, hacen que estos lugares cuajados de fósiles estén abandonados, en el mejor de los casos o sepultados por un edificio en el peor. Los hay bien conservados, como la cueva del Llano en Fuerteventura u otros ya desaparecidos en la misma isla. También es un problema legal, ya que no existe una figura específica para proteger los yacimientos paleontológicos.
El patrimonio paleontológico siempre había estado junto con el patrimonio histórico. A partir del 2000 la ley lo transforma en patrimonio cultural, muy asociado al arqueológico. Se acuerda estar englobado en patrimonio natural, eso quiere decir que si queremos proteger un yacimiento solo podemos hacerlo a través de la figura de Monumento Natural, «pero el problema es que hay yacimientos muy importantes que son muy pequeños en extensión”.
La alternativa puede pasar por los “Paleoparques” una figura que comenzó en Azores con muy buenos resultados. En la isla Santa María existe un paleoparque que es un gran atractivo turístico. “Tener un paleoparque significa tener una figura exclusiva para la paleontología, nosotros propusimos este sistema, en la nueva ley de diversidad canaria se introdujo esta posibilidad, pero como esa ley aún no se ha aprobado no sabemos qué pasará. Queremos garantizar el desarrollo de las tres grandes propiedades del patrimonio paleontológico: el científico, el sociocultural y el socioeconómico”, añaden Castillo y Cruzado.
En el mundo de la paleontología cada fósil es un eslabón en la cadena que nos conecta con el pasado de nuestro planeta. A medida que los científicos desentierran y estudian estos tesoros fósiles, el panorama de la historia de la vida en la Tierra se vuelve más claro y fascinante. Según avanzamos en el siglo XXI, la tecnología continúa desempeñando un papel fundamental en la investigación paleontológica. Nuevos métodos de datación, análisis químicos y la creciente capacidad de modelado 3D están revelando detalles asombrosos sobre las criaturas prehistóricas y sus entornos. Sin ir más lejos, el área de Paleontología de la Universidad de La Laguna fue pionera en la aplicación de la impresión 3D de fósiles canarios en la investigación y la divulgación.
Si miramos hacia el futuro, es evidente que la paleontología seguirá desempeñando un papel vital en nuestra comprensión del mundo natural. Los fósiles continuarán inspirando a científicos y científicas, estudiantes y amantes de la historia natural, desafiando nuestras suposiciones y revelando historias que aún no hemos imaginado. En última instancia, estos vestigios del pasado continúan siendo una fuente de asombro y humildad, recordándonos la profundidad del tiempo geológico y la maravillosa diversidad de la vida que ha poblado nuestro planeta. La búsqueda de fósiles nunca se detendrá, ya que cada hallazgo nos acerca un poco más a descifrar los misterios del pasado y a comprender nuestro lugar en el mundo.
Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (Cienci@ULL)
Archivado en: ReportajesEtiquetas: Ciencia y Tecnología, Día Mundial del fósil, Carolina Castillo Ruiz, Penélope Cruzado Caballero, octubre, 2023
Doctora en Ciencias por la Universidad de Granada. Profesora titular de Paleontología desde 1992 y actualmente coordina el grupo de investigación Estudio de la Fauna Fósil y Actual de Canarias. Forma parte del equipo de Paleontología de la Universidad de La Laguna.
Doctora en Ciencias por la Universidad de Zaragoza especializada en Paleontología de vertebrados, evolución, paleobiogeografía y paleobiología, con énfasis en faunas reptilianas terrestres mesozoicas y cuaternarias. Profesora Ayudante Doctora del Área de Paleontología de la Universidad de La Laguna.
Biología Animal, Edafología y Geología
pcruzado@ull.edu.esccruiz@ull.es