Skip to main content

El desafío de enseñar y aprender con las tecnologías digitales

miércoles 19 de marzo de 2025 -12:03 GMT+0000
ompartir

Los investigadores de la Universidad de La Laguna Belén San Nicolás, Manuel Area Moreira, Carina González y Ana Luisa Sanabria.

El concepto de educación mediada a través de las nuevas tecnologías, siempre cambiantes, adquirió una especial relevancia durante la pandemia de COVID 19, en la que las infraestructuras digitales de los sistemas educativos a todos los niveles se convirtieron en un elemento clave para hacer frente a la disrupción de la presencialidad.

Esta crisis marcó así un antes y un después en el enfoque de las tecnologías en el ámbito educativo y reforzó la necesidad de integrar el componente digital en los modelos pedagógicos. Tal y como señala la catedrática Carina González, investigadora principal del grupo ITED: Interacción, TIC y Educación, la pandemia evidenció que el aprendizaje digital “no se limita a la simple digitalización de contenidos, sino que exige un rediseño metodológico”, en el que formación actualizada del profesorado es clave.

Manuel Area

El Laboratorio de educación y nuevas tecnologías (EDULLAB), creado en 1999 y dirigido por el catedrático Manuel Area, desarrolla varias líneas de investigación relacionadas con el impulso del uso educativo de las nuevas tecnologías. Una de las áreas de trabajo vigentes en el grupo tiene como objetivo estudiar los nuevos materiales didácticos en formato electrónico utilizados en el aula como alternativa al libro de texto. Se trata de un proyecto de I+D nacional en colaboración con las universidades de Santiago de Compostela y Valencia con más de diez años de recorrido, en los que se han explorado las etapas educativas de infantil, primaria y, actualmente, secundaria.

Del mismo modo, la oferta formativa de la Universidad de La Laguna también se adapta a las potencialidades educativas de las nuevas tecnologías, a través de los programas de Experto en Competencia Digital Docente y Experto en Docencia Universitaria. A esto se suma la propuesta del ‘Catálogo de aplicaciones para la docencia universitaria’ (DocApp) , así como el Programa Acompaña TIC, con el que la institución avanza en su integración de un nuevo modelo de aprendizaje y enseñanza sobre el que aún existen muchas incógnitas.

Incertidumbre tecnológica

En junio de 2024 el Gobierno de España aprobó el Anteproyecto de Ley Orgánica para la protección de las personas menores de edad en los entornos digitales, con el objetivo de garantizar los derechos de los menores en el ámbito digital, así como el derecho a la protección de sus datos personales y al acceso a contenidos adecuados para su edad. El texto, destinado a proteger a la infancia frente a los riesgos que surgen en entornos digitales y fomentar el uso responsable de la tecnología, recoge propuestas de expertos y expertas, entre las que se incluye una destinada a desarrollar investigaciones relativas a los efectos de la tecnología en el desarrollo cognitivo de niños, niñas y adolescentes. Esto responde a una preocupación social acerca de los efectos del uso que niños y jóvenes hacen de las herramientas digitales a su alcance y que conduce a muchos padres y madres a mostrar reticencias acerca de la inclusión de estas competencias digitales en el aula.

Para Manuel Area, investigador principal de EDULLAB y director de la Cátedra de TECNOEDU de Tecnología y Educación, la adaptación de los programas educativos a los nuevos entornos digitales es una consecuencia coherente de la sociedad mediatizada en la que se está formando la infancia y la juventud de hoy en día. “La educación debe formar al alumnado en la cultura de la época que les toca vivir, de manera que estén preparados para enfrentarse a ella”, apunta el investigador.

Señala que la preocupación de muchas familias acerca de la sobreexposición a una tecnología desregulada y los fenómenos peligrosos que se pueden derivar de esta es muy válida, pero añade que la respuesta no puede ser dar la espalda y prohibir, sino regular este uso y comprender cómo adaptarlo a las dinámicas de aprendizaje. En este sentido, la supervisión y guía del docente es primordial, de manera que el alumnado de todas las etapas educativas aprenda a hacer un uso crítico de estas tecnologías. Es lo que la investigadora del departamento de Didáctica en Investigación Educativa Belén San Nicolás denomina “capacidad de autorregulación del propio aprendizaje por parte del estudiante”, que resulta imprescindible a la hora de trabajar en un contexto digital en el que actualmente se desarrollan la mayoría de profesiones.

Nuevos entornos virtuales para una mayor inclusividad

La irrupción de las tecnologías en la educación no es un fenómeno tan reciente como muchos podamos imaginar. De hecho, la Universidad de La Laguna conmemora en 2025 el vigésimo aniversario de la instauración de su campus virtual, una herramienta que se ha convertido en fundamental para el aprendizaje diario.

Para Carina González, la flexibilidad que aporta el entorno virtual para acceder a contenidos desde cualquier lugar y a cualquier hora, en diferentes formatos, es uno de los principales aspectos que caracterizan el aprendizaje digital. Esta adaptabilidad del proceso formativo también se traduce, según Manuel Area, en una mayor personalización de los contenidos al estudiante. Esto proporciona al docente una herramienta para ofrecer más opciones y motivar de manera más individualizada al alumnado, a través de itinerarios y tareas diseñados específicamente para este entorno didáctico.

Ana Luisa Sanabria

En este panorama educativo, la responsabilidad del profesorado como orientador de los usos es imprescindible. En opinión de la investigadora y profesora Ana Luisa Sanabria, es necesario prestar atención a los efectos nocivos que el uso prolongado y sin objetivos claros de ciertos formatos digitales pueden conllevar para las aptitudes del alumnado, como la falta de concentración en tareas prolongadas como la lectura, la búsqueda de la inmediatez en la resolución de tareas o el riesgo de caer en dinámicas de desinformación.

Según Belén San Nicolás, es el desarrollo de metodologías activas desde una perspectiva innovadora, y no simplemente como recurso accesorio de procesos educativos tradicionales, donde reside el verdadero valor añadido del uso de tecnologías en el aprendizaje. Del mismo modo, Carina González, apunta que “no se trata solo de trasladar las clases tradicionales a entornos virtuales, sino de crear experiencias educativas enriquecidas con tecnología”.

En este sentido, dentro de EDULLAB se desarrolla una segunda línea de trabajo, en colaboración con la Universidad de Valladolid y la de Extremadura, que examina los usos del aula virtual. Por un lado, se realiza un análisis de los datos generados en las aulas virtuales en busca de patrones o modelos de comportamiento que permitan vincular el uso que hace el alumnado de estos recursos con su rendimiento académico. Paralelamente, se explora la percepción tanto de este alumnado como del profesorado, así como sus expectativas acerca del aprendizaje digital en la universidad.

Las innovaciones tecnológicas que el profesorado puede incorporar a estos entornos virtuales abarcan desde rutinas de aprendizaje basado en proyectos, a prácticas de flipped classroom (aula invertida) o estrategias de gamificación. Según Carina González, la dinámica lúdica, los sistemas de recompensas y el avance por niveles son elementos de la gamificación, es decir, la aplicación de elementos propios de los juegos a entornos educativos, que pueden beneficiar a diversos sectores del alumnado. La investigadora señala además que la posibilidad de incorporar sistemas de retroalimentación y progresión personalizada facilita la adaptación de contenidos a distintos niveles dentro de un mismo grupo, favoreciendo la inclusión de todos los estudiantes.

Belén San Nicolás

Otro aspecto relevante acerca de la inclusividad a través de las nuevas tecnologías en la educación es el relativo a la eliminación de las barreras que puedan experimentar estudiantes con necesidades educativas especiales. Ana Luisa Sanabria destaca las potencialidades de la tecnología para ofrecer recursos al profesorado con los que apoyar un aprendizaje más personalizado. Dentro del ámbito universitario, Belén San Nicolás señala otra brecha que el aprendizaje digital permite reducir, como es la del acceso a la educación en un territorio insular disperso como el archipiélago canario. “La posibilidad de desarrollar titulaciones en formato híbrido o en línea puede favorecer la disminución de posibles desigualdades en cuanto al acceso a la formación en distintas etapas universitarias”, señala San Nicolás. Actualmente, la Universidad de La Laguna oferta diversas titulaciones semipresenciales, así como titulaciones 100% online, como el Máster Universitario en Educación y Tecnología de la Información y Comunicación.

Complejidad amplificada en la carga docente

Según los expertos, sin el adecuado reajuste de las dinámicas de trabajo, este amplio abanico de posibilidades facilitadas por las nuevas tecnologías también puede conllevar una carga extra de trabajo para el profesorado. Para Manuel Area, la creación de nuevos entornos virtuales personalizados al alumnado, que le permitan llevar a cabo tareas de manera autónoma y recibir una respuesta directa, conlleva una complejidad quizás menos evidente aún que la derivada de modalidades de enseñanza tradicionales, para las que la mayoría de profesorado continúa desarrollando materiales. “La carga docente de enseñanza presencial debería compensarse en relación al aumento de horas de trabajo virtual”, apunta, poniendo el foco en la necesidad de adaptar los reglamentos para evitar una sobrecarga laboral de los profesores.

A esto se suma además la urgencia de formar al profesorado en competencias digitales, no solo en lo relativo al uso de herramientas tecnológicas, sino especialmente en lo que corresponde a la concepción de diseños educativos desarrollados para estos entornos virtuales, para lo que resulta imprescindible tener un conocimiento pedagógico de la funcionalidad de cada uno de los elementos de este nuevo espacio de enseñanza.

Uno de los aspectos definitorios de las nuevas modalidades de enseñanza no presencial es la manera en la que se establecen canales de interacción entre el alumnado y el profesorado. Area considera que la innovación en el aprendizaje también debe traducirse a los modos de evaluación, para lo que el docente debe saber adaptar los objetivos de su docencia a una evaluación continua a lo largo de todo el cuatrimestre, mediante la cual la comunicación con el alumnado es constante, tanto mediante videotutorías como a través de una retroalimentación que responda a cada actividad planteada.

En el ámbito de la educación del profesorado, la Cátedra TECNOEDU presta especial atención a la labor docente en el sistema escolar, a través de seminarios en los que se ofrece formación en competencia digital a los docentes y se abordan fenómenos sociales relacionados, como la irrupción de la inteligencia artificial en educación.

Fomentando un uso crítico de la inteligencia artificial

Según estos especialistas, las lecciones magistrales y los sistemas de evaluación final en base a un manual único producen cada vez peores resultados en un espacio de enseñanza donde la inteligencia artificial convierte muchas tareas en ineficaces desde el punto de vista pedagógico. El trabajo del alumnado debe orientarse hacia el desarrollo del pensamiento crítico y hacia retos que les exijan la exposición de las fases de verificación y comparación seguidas a partir de los datos proporcionados por los motores de inteligencia artificial. Este tipo de prácticas docentes permiten evaluar “no solo el producto final, sino el proceso de resolución que les ha llevado a esa conclusión”, señala Area.

Carina González

Para Carina González, la irrupción de la inteligencia artificial en la educación es un fenómeno inevitable y en crecimiento, en el que las instituciones educativas y docentes deben adoptar una postura proactiva que incluya una integración responsable de estas nuevas herramientas en los procesos de enseñanza. Con este objetivo, es necesario que los docentes comprendan su funcionamiento y limitaciones y las transmitan al alumnado.

No obstante, afirma que existe un peligro real de que la IA afecte al desarrollo de competencias cognitivas y provoque una dependencia excesiva en la resolución de determinadas tareas, lo que hace imperativo que se rediseñen estos procesos evaluativos. Por ello, González propone la utilización de modelos que pueden ayudar a evaluar el impacto pedagógico de las nuevas tecnologías de aprendizaje y herramientas de IA. Estos son el modelo SAMR (Sustitución, Aumento, Modificación y Redefinición), una herramienta que puede asistir al profesorado para evaluar la incorporación de las TIC en el aula, o el modelo TPACK (Technological Pedagogical Content Knowledge), que orienta al profesorado sobre cómo integrar tecnologías, incluida la IA, de forma adecuada.

En un contexto en el que gran parte del alumnado convive día a día con estos asistentes de búsqueda en sus casas, Belén San Nicolás también aboga por una educación en nuevas tecnologías que ofrezca pautas para un uso crítico de estas herramientas e inculque una necesaria fase de reflexión sobre el proceso de aprendizaje, ya que prohibir la IA no va a impedir que la usen. “Es importante que hablemos explícitamente con nuestros estudiantes del impacto que el uso de la IA puede tener en su aprendizaje y la necesidad de no engañarse a sí mismos acerca de los retos conseguidos en el desarrollo de sus actividades académicas apoyadas en esta herramienta”, añade San Nicolás. En este punto coincide con Ana Luisa Sanabria, quien considera necesario inculcar un uso de estos recursos digitales amparado en valores.

Como parte de la exploración de las dinámicas de trabajo que la inteligencia artificial conlleva en la educación universitaria, los investigadores de EDULLAB desarrollan actualmente una línea de trabajo en torno a los usos de inteligencia artificial en el desarrollo de proyectos de innovación educativa en la ULL. Según Manuel Area, a través de su implementación en distintas asignaturas de la universidad, se persigue articular un modelo didáctico para favorecer el desarrollo del pensamiento crítico en estudiantes.

Los especialsitas coinciden en que sólo mediante un conocimiento transversal y una comprensión profunda del funcionamiento, usos y riesgos de las nuevas tecnologías aplicadas al ámbito educativo podrán, tanto alumnado como profesorado, beneficiarse de las importantes ventajas de flexibilidad, inclusión y acceso a la información multiformato que sin duda ofrecen.

NOTA: Este reportaje es una iniciativa enmarcada en el Calendario de Conmemoraciones InvestigaULL, un proyecto de divulgación científica promovido por la Universidad de La Laguna.

Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (Cienci@ULL)


Archivado en: Reportajes
Etiquetas: Ciencia y Sociedad, Ciencia y Tecnología, Día Internacional del Aprendizaje Digital, Manuel Area Moreira, Ana Luisa Sanabria Mesa, María Belén San Nicolás Santos, Carina Soledad González González, Marzo, 2025

Manuel Area Moreira
Catedrático de la Universidad de La Laguna Área de Didáctica y Organización Escolar

Dr. en Pedagogía y Catedrático de la Universidad de La Laguna (Islas Canarias. España) en el Departamento de Didáctica e Investigación Educativa en la Facultad de Educación.

Mi ámbito de investigación y docencia es la Tecnología Educativa (Cultura digital y educación, Enseñanza con medios y tecnologías, eLearning, Alfabetización y TIC, Políticas educativas y ciudadania digital, …).

Didáctica e Investigación Educativa

manarea@ull.edu.es

Ana Luisa Sanabria Mesa
Profesora Contratada Doctora de la Universidad de La Laguna en el Área de Didáctica y Organización Escolar

Doctora por la Universidad de La Laguna con la tesis La formación permanente del profesorado para la integración de las tecnologías de la información y la comunicación en la Comunidad Autónoma de Canarias 2004.

Didáctica e Investigación Educativa

asanabri@ull.edu.es

María Belén San Nicolás Santos
Profesora Ayudante Doctora de la Universidad de La Laguna en el área de Didáctica y Organización Escolar

Doctora por la Universidad de La Laguna con la tesis La perspectiva del alumnado sobre la enseñanza y el aprendizaje a través de las aulas virtuales. El caso de la Universidad de La Laguna 2017.

Didáctica e Investigación Educativa

bsannico@ull.es

Carina Soledad González González
Catedrática de la Universidad de La Laguna en el Área de Arquitectura y Tecnología de Computadores

Es Profesora Catedrática de Arquitectura y Tecnología de Computadores en la Universidad de La Laguna, Ingeniería informática (1995), Doctora en Informática (2001) por la Universidad de La Laguna y Doctora en Ciencias Sociales y Educación por la Universidad de Huelva (2020), además de certificada por la Universidad de Tufts (Massachusetts, USA) en Educación y Tecnología (2018) y en Human-Computer Interaction por el Massachusetts Institute of Technology (2020).

Tiene 5 Sexenios de Investigación y Transferencia evaluados por la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (CNEAI). Ha desarrollado su actividad investigadora en la aplicación de técnicas de Inteligencia Artificial (IA) e interfaces accesibles e inteligentes en la Educación en el Departamento de Ingeniería Informática y de Sistemas de la Universidad de La Laguna.

Ha dirigido y participado en más de 50 proyectos de I+D+i competitivos europeos, nacionales y autonómicos y de transferencia tecnológica. Es autora de más de cuatrocientos artículos científicos (Ver Perfil Researchgate /​​​​​​Perfil Google Scholar, Web personal: https://carinagonzalez.es).

Dirige el Grupo de Investigación consolidado de Interacción, TIC y Educación (i-TED).

Ingeniería Informática y de Sistemas

cjgonza@ull.edu.es