FECHA: 29/07/2018
AUTORA Y FOTÓGRAFA VERÓNICA PAVÉS Con tan solo 30 años, la astrofísica alemana Marja Seidel ha recorrido medio mundo hasta llegar a la NASA. No obstante, una de las paradas más importantes de su carrera la hizo en la Universidad de La Laguna (ULL) y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) donde la, aún estudiante, pudo formarse hasta convertirse en una reconocida investigadora doctorada. Premiada hasta en 10 ocasiones, Seidel optó hace unos pocos meses al galardón Nature Research Award 2018 con su firme reivindicación para el empoderamiento de las niñas en la ciencia. A pesar de no haber resultado ganadora, asegura que el haber estado nominada ya fue todo un premio.
¿Qué tal le va fuera de la Isla?
Extraño la isla, pero todo me va muy bien. Mi sueño de trabajar en Estados Unidos se ha hecho realidad. Sin embargo, un día me gustaría mucho volver a Tenerife, ya que nunca me sentí tanto “en casa” como allí.
¿Cuál fue la razón por la que se aventuró estudiar en la Universidad de La Laguna?
Mientras estudiaba en Alemania, busqué un lugar para poder pasar un cuatrimestre de intercambio. Quería ir a un centro astronómico de excelencia y además, quería aprender español. En esa búsqueda, encontré la ULL. Desafortunadamente, no existía un convenio de Erasmus o de otro tipo entre mi universidad (Jacobs University) y la ULL. Así que organicé todo el programa yo misma y gané una beca del Servicio Alemán de Intercambio Académico que me permitía estudiar en el extranjero durante seis meses. Durante ese tiempo, no solo me dediqué a mis estudios en la ULL, sino que también realicé un proyecto sobre planetas extrasolares en el IAC dirigida por el Dr. Hans Deeg. Cuando acabé, quise volver, así que solicité una beca R y así tuve la suerte de empezar mi tesis de máster y doctorado con el Dr. Jesús Falcón-Barroso.
¿Cree que su formación en la ULL le ayudó a llegar a la NASA?Creo que la conexión entre la ULL y el IAC es una oportunidad única y muy especial para los estudiantes de astronomía en Tenerife. Dentro del IAC hay muchos grupos dedicados a temas específicos y científicos e investigadoras de todo el mundo visitan el centro e imparten charlas interesantes e inspiradoras. Además, si quieres involucrarte ya sea en ciencia como en la divulgación, el IAC ofrece muchas oportunidades. Todo esto seguramente ayuda en la formación para ser un/a astrónomo/a “completo/a”.
¿Cómo empezó a trabajar en la NASA?
A través de una oferta de empleo. En la NASA, los puestos de trabajo tienen una componente de “obligaciones” y otra de “tiempo para la ciencia”. Es similar al de una profesora, solo que entre las obligaciones no está la enseñanza. Sin embargo, se debe desarrollar una parte de una misión, de un centro de datos, etc. En mi caso, me dedico a la comunicación de la ciencia. Trabajo para el programa “NASA Universe of Learning” e investigo sobre galaxias y la materia oscura. Antes de empezar aquí, trabajé como investigadora a tiempo completo, pero incluso entonces, dediqué mucho de mi tiempo libre a la divulgación de ciencia. Creo que mis experiencias en ambos sectores fue realmente lo me sirvió para ganar la plaza.
Su proyecto, por el que fue nominada por Nature Research, “Cielo y Tierra”, ¿qué le impulsó a hacerlo?
Como comentaba antes, siempre me he dedicado a la divulgación y quiero llegar a toda esa gente que normalmente no tiene la oportunidad de aprender porque carecen de recursos, a los que en ocasiones ni siquiera llegan las ONG. Por esta razón, al acabar mi doctorado, decidí dedicar más tiempo a eso. Es algo que me parece muy importante y me sentí muy afortunada de haber podido llevarlo a cabo.
Cuénteme un poco más a fondo en qué se basa el proyecto.
“Cielo y Tierra” es un proyecto educativo con muchas vertientes. Principalmente, hacemos expediciones educativas con el objetivo de llegar a zonas rurales remotas, donde nadie ni nada llega. Una vez allí, realizamos actividades del tipo “inquiry” o investigación astronómica, pensada para promover la curiosidad por la ciencia, enfocándonos especialmente en las niñas. Hemos hecho un gran esfuerzo para llegar especialmente a este colectivo. Otra parte de “Cielo y Tierra” consiste en mostrar formas de transporte que reduzcan emisiones contaminantes. Nos desplazamos a pie, en caballo o incluso en parapente, con esto conseguimos inspirar a las personas para que piensen más allá de lo establecido.
¿Por qué cree que es tan necesario empoderar a las niñas, especialmente de zonas rurales?
Hay todavía una gran brecha entre chicos y chicas en cuanto al interés por la ciencia. Nuestra sociedad hace que muchas niñas piensen que esta rama de conocimiento no es para ellas y, en ocasiones, las actitudes de los hombres tampoco ayudan en este sentido, especialmente en las zonas rurales. En estos casos, las familias tienden a ser muy tradicionales y, por esta razón, es importante ir a estos lugares y ofrecerles modelos a seguir de mujeres que se salen de los modelos clásicos. Para mí, una buena educación es clave para el desarrollo en la sociedad. Muchas veces, una no conoce todos los caminos posibles o cree que algunos son imposibles, hasta que ve que realmente sí están a nuestro alcance. Con las actividades que desarrollamos no pretendemos que todo el mundo se dedique a la astronomía; sino transmitir el interés por la ciencia en general y conseguir que las chicas se sientan capaces de poder decidir sobre su propio destino, sea el que sea. ¿Ha podido poner en marcha el proyecto o lo pondrá en marcha próximamente? Si, empezaremos en 2015 y ya hemos hecho varias expediciones.
No ha resultado finalmente premiada, pero ¿con qué se queda de esta experiencia? El haber estado en la lista de nominadas ya fue genial porque nos dieron la oportunidad de interactuar entre nosotras. Conocí a mujeres con proyectos firmemente afianzados, ya que llevaban trabajando en ellos desde hace años. Para mí, eso fue muy inspirador. Continúo trabajando en “Cielo y Tierra”, y en otras iniciativas, al margen de los premios. Siempre está bien recibir un reconocimiento y más si supone un apoyo a los proyectos a los que una se dedica, pero yo voy a continuar con ellos sí o sí. El premio igual nos hubiera ayudado a darle más visibilidad al proyecto y a financiar la siguiente etapa, pero estar entre las 10 seleccionadas ya fue una gran alegría.
¿Piensa presentar de nuevo su candidatura el próximo año?
Este año, mi colaborador y antiguo jefe Dr. Barry Madore me animó y me nominó para el premio, lo que le agradezco muchísimo. Jamás hubiera pensado que pasaría la primera fase. No sé aún si este próximo año participaré de nuevo, puesto que voy a tener mi primer bebé y quiero dedicarle tiempo. Sin embargo, ¡todavía soy muy joven y seguramente participaré en el futuro!