FECHA: 29/07/2018
AUTOR JUANJO MARTÍN
VÍDEO UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA Aún hoy no se ponen de acuerdo. ¿Son seres vivos o no lo son? Está claro que no son inertes, pero tampoco poseen todos los atributos de un ser vivo. Aunque la definición de vida y las propiedades que éstos deben tener para ser considerados como tales son motivo de discusión, nuestros protagonistas se parecen más a criaturas de otro mundo que a aquellas que esperamos encontrar en el nuestro. Pero no, la realidad es que son muy terrícolas, mucho más que nosotros; inquilinos de este planeta mucho antes de que nuestros antepasados comenzaran a saltar de árbol en árbol. Habitan la Tierra desde antes que los dinosaurios caminaran sobre el planeta; surgieron cuando la vida comenzó a fraguarse.
Desde el primer momento se vienen mezclando, literalmente, con los otros seres vivos. Cuando se secuenció el material genético del ser humano, se descubrió que el 8 % de nuestro ADN provienen de virus, restos “fósiles” conocidos como HERV (Human Endogenous RetroVirus; retrovirus humanos endógenos). Y es más, estos fragmentos primitivos de virus pueden afectar a la expresión de nuestros genes individuo, o sea, que nosotros somos un poco virus.Si algo saben hacer los virus es sobrevivir; son auténticos supervivientes que has sabido adaptarse para “usar” en su beneficio a todas las especies y en todas las condiciones ambientales de nuestro planeta. Estos “no vivos” son en cierta manera parásitos, ya que necesitan de un hospedador para sobrevivir. Son una suerte de chefs de tres estrellas pero que tienen que usar los ingredientes y la cocina de otros: necesitan “colarse” en la casa de otro para reproducirse. Para ello tienen que saber engañar a las células, disfrazándose para conseguir que se ponga a su servicio y dedique sus recursos y energía a replicar o “parir” nuevos virus, copias de sí mismo que, a su vez, repetirán el ciclo de esclavización de otras células.
Uno de los virus más conocidos y mediáticos de las últimas décadas es el VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana). Se presentó entre nosotros en los años 80 provocando el SIDA, siglas del Síndrome de Inmuno-Deficiencia Adquirida. Un equipo de la Universidad de La Laguna lleva muchos años estudiando sus puntos débiles con el objetivo de acabar con él y con la enfermedad que causa.El Dr. Agustín Valenzuela, profesor del Departamento de Medicina Física y Farmacología e investigador de la Unidad de Virología del Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, dirige a un grupo jóvenes investigadores que cada día se acercan un poco más al gran objetivo. Vencer al VIH.
“Nuestro equipo está interesado en entender cómo el virus del VIH es capaz de infectar células del sistema inmunológico y destruirlas y por qué persiste en el genoma de la célula infectada. Para responder a esto, tenemos que entender muy bien cómo son los mecanismos de infección.” Entender las estrategias que utiliza el virus para entrar en la célula, conocer cómo es el “disfraz” que utiliza, es fundamental para establecer futuros tratamientos. “A día de hoy, no existe ningún fármaco que sea capaz de erradicar el virus una vez que ha infectado a una célula; podemos controlar la carga viral en sangre pero no erradicar el virus”. Esto es algo que, afortunadamente, si se ha llegado a conseguir con otras enfermedades como la Polio.
Y no será por no probar. “Con el VIH se han ensayado las estrategias clásicas de desarrollo de vacunas, desde el uso de virus atenuado hasta la utilización de virus enmascarados en forma de Salmonela, un patógeno que hace saltar las alarmas de nuestro sistema inmunológico fácilmente. Pero no han funcionado”. Uno de los motivos es que este virus no es un solo virus. “Cuando infecta a un individuo se integra en el genoma y cuando ocurre un proceso división celular, el genoma del virus produce millones de virus; éstos tienen efectos tóxicos de distintos tipos: la célula acaba reventando por la presión de los millones de virus que tiene en su interior o bien mueren por contacto con los virus, por contaminación”.
En todas las grandes pandemias que ha vivido la humanidad, han existido individuos especiales que se muestran inmunes a la enfermedad. Sucedió con la Peste Negra y también ha ocurrido con el SIDA. “Estamos trabajando con virus de individuos que están infectados pero que no manifiestan la enfermedad; tienen los virus pero éste no replica, lo controlan de forma natural. Queremos saber cómo lo hacen, cómo lo consiguen”.Podríamos pensar que logran domar al virus porque tienen un sistema inmunológico más potente de lo normal, súper glóbulos blancos que mantienen a raya al VIH, pero, ¿y si fuera el propio virus el que no puede replicarse? “Nosotros apostamos que es el virus. Pensamos que el virus con el que se infectaron no ha sido capaz de completar su ciclo porque sus genes no le permiten expandirse, no pueden vencer las barreras de defensa de las células. Hemos encontrado que la proteína que envuelve el virus, la llave que entra en la cerradura de las células, no encaja bien en las células que quiere infectar. Es como si la llave estuviera rota. Hemos encontrado una huella genética que nos ha permitido cambiar la llave buena de un virus por una rota, incapaz de infectar. Ahora estamos en la fase de solicitar financiación para estudiar el un número mayor de pacientes resistentes al VIH y poder así conocer un mayor número de virus que no funcionan bien. A partir de ahí, podríamos diseñar una terapia génica y de anticuerpos que exploraríamos en modelos animales.”
Esta es una prometedora línea de investigación que está dando buenos resultados y que nos permite ser optimistas; en cualquier caso, lo que si es seguro es que nuestro conocimiento sobre estos seres “no vivos” es cada vez mayor.