Diversidad Genética de las Poblaciones Canarias

Héctor Cerrajero Dóniz

IES Las Galletas

 

Las primeras poblaciones llegan en torno al siglo V a.C, eran unas tribus bereberes del norte de África, una población de la que actualmente mantenemos en nuestros genomas, habitaron las Islas Canarias hasta la conquista del Reino de Castilla entre los años 1402 y 1496.

En la región de La Macaronesia los aborígenes canarios  fueron el único pueblo nativo que habitó, se ha descubierto que la mayoría vivían en cuevas, aunque en algunos estudios y exploraciones actuales se han encontrado algunos restos de poblados en Gran Canaria y Lanzarote.

Tenían una economía basada en la agricultura, ganadería y también contaban con una buena técnica de caza. Se alimentaban y lograban subsistir gracias a varios animales autóctonos como la oveja y la cabra ya que les aportaban alimentos como el queso, carne o mantequilla.

En el presente conocemos un poco más en profundidad la genética aborígen gracias a que practicaron el rito funerario de la momificación, gracias a algunos estudios se ha demostrado que tenían una gran técnica y que tenían un grado de perfección y detalles comparables a la cultura egipcia aunque sí es cierto  que este ritual solo se practicó en Tenerife y Gran Canaria. 

La genética aborigen está caracterizada por una única diversidad que refleja la historia migratoria y la adaptación a diversos entornos a lo largo del tiempo. Estudios genéticos han revelado que las poblaciones aborígenes muestran ancestros comunes con poblaciones antiguas y han contribuido a la diversidad genética global. Además, la genética aborigen se puede rastrear en el ADN de las poblaciones indígenas contemporáneas, proporcionando evidencia de continuidad y resiliencia a lo largo de los siglos.

Los antiguos canarios compartían una herencia genética con algunos países africanos como los de algunos de los pueblos que habitaban Marruecos hace aproximadamente 5.000 años, durante el Neolítico. Esta similitud genética sugiere que los antiguos pobladores de Canarias eran bastante similares a sus contrapartes en el norte de África en ese momento.

Algunos estudios actuales  revelan  diferencias genéticas entre las islas. Los aborígenes de las islas más cercanas al continente (Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura) presentan una mayor contribución genética del componente asociado a las poblaciones prehistóricas de Europa. Por otro lado, en las islas occidentales (El Hierro, La Palma, La Gomera y Tenerife), predomina más la contribución genética del componente prehistórico del norte de África. Estas diferencias genéticas respaldan la idea de un modelo de colonización más complejo de lo que se pensaba anteriormente, con migraciones asimétricas desde diferentes regiones del norte de África hacia las diferentes islas del Archipiélago.

La evolución postcolonial en Canarias se caracteriza por ser un cambio demográfico donde la población aborigen fue reemplazada de manera gradual por los colonos europeos. Este proceso se vio reflejado genéticamente, donde los linajes maternos aborígenes pervivieron y se encontraron  en mayor medida que los paternos, mostrando una diferencia asimétrica sexual en la mezcla de poblaciones. Con el tiempo, la influencia genética europea se hizo más predominante, especialmente a través del cromosoma Y y el locus AB0.

Los linajes maternos aborígenes han sobrevivido con un ligero descenso, los paternos han disminuido progresivamente, siendo reemplazados por linajes europeos.

Al estimar la proporción de linajes europeos presentes en la actual población canaria, se encontró que representan más del 90%,sin embargo, los estudios del ADN mitocondrial en la población actual demostró una notable pervivencia de linajes aborígenes, donde la aportación europea es de entre un 36 y un 62%, según varios estudios realizados por la investigadora Rosa Fregel.

Durante los siglos XVII y XVIII, los hombres de Canarias tenían más genes ibéricos y europeos, representando el 63% de su patrimonio genético, que luego aumentó al 83% en la actualidad. En cambio, los genes aborígenes disminuyeron del 31% al 17%, y los subsaharianos del 6% al 1% en hombres. Para las mujeres, la influencia europea se mantuvo constante alrededor del 48% al 55%, mientras que la aportación aborigen bajó del 40% al 42%. Solo hubo un descenso en la contribución genética de las mujeres subsaharianas, del 12% al 3% en los últimos tres siglos. La adaptación y evolución genética de los aborígenes en Canarias es un reflejo de su aislamiento y las condiciones únicas del archipiélago.  En términos de adaptación al medio natural, los aborígenes canarios durante casi dos mil años poblaron las islas y trataron de adaptarse a sus particularidades medioambientales, creando con ello formas culturales  propias.

Algunos de Los análisis hechos por universidades sobre el ADN mitocondrial y cromosoma  sugieren que hubo al menos dos oleadas migratorias desde el noroeste africano y que estas no tuvieron fuertes efectos fundadores, ya que la ausencia de deriva y la similitud entre las poblaciones aborígenes apuntan a la existencia de migraciones secundarias entre islas . Además, la conquista y posterior colonización de las islas por parte de los europeos afectó de forma diferente a las poblaciones masculina y femenina.

Definitivamente podemos afirmar que la historia genética de los aborígenes canarios es un testimonio de la complejidad y riqueza de las migraciones humanas y su adaptación a entornos insulares. La evidencia genética sugiere que las Islas Canarias fueron pobladas por oleadas migratorias desde el norte de África, con una notable influencia de las poblaciones prehistóricas europeas en algunas islas. A pesar de la conquista y colonización europea, que introdujo un cambio demográfico significativo, los linajes maternos aborígenes han mostrado una resiliencia notable, persistiendo hasta el día de hoy.