martes 29 de mayo de 2018 – 00:00 GMT+0000Compartir
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El conocimiento científico y la capacidad de resolver problemas científicamente están en la base del desarrollo y del progreso social. Debemos a la aplicación sistemática de la metodología científica la expansión creciente de la comprensión del mundo y sus fenómenos y la capacidad de predicción. Además, la ciencia contribuye a la emancipación personal a través de sus valores internos, sean estos lógicos, semánticos, metodológicos, morales o actitudinales. Porque que el pensamiento científico sólo es tal desde la actitud crítica, la honestidad, la generosidad, la apertura mental y la convicción de que el valor supremo es la evidencia; todos ellos compatibles con el respeto a la libertad de ideas y opiniones.
Por otra parte estamos siendo testigos de cómo, en muchos sectores de las sociedades cultas y desarrolladas hay una guerra declarada a la ciencia. Este desprecio por la ciencia, que no es ni nuevo, ni está limitado a determinados sectores del espectro político, adopta hoy el ropaje del descrédito creciente al valor de la información factual en favor de la mera percepción. La psicología cognitiva ha demostrado que somos vulnerables a sesgos y engaños. Incluso personas con altos niveles de educación son víctimas de prejuicios y las actitudes acientíficas. Desde el médico, que da como prueba de que un suplemento nutricional es efectivo que “algunos de mis pacientes dicen que les funciona” hasta madres con educación superior que rechazan las vacunas para sus hijos en base a planteamientos sin fundamento empírico. Los movimientos que pretenden evitar esos prejuicios y presentar a la ciencia como un sistema eficaz para dar explicaciones verdaderas del mundo tropiezan sin embargo con la debilidad que supone una pobre apreciación de su valor.
Otro reto que tiene planteada la cultura de nuestro tiempo es la integración de las ciencias con las humanidades. A pocos se les escapa que las humanidades tienen problemas graves. Se reducen los programas universitarios, las perspectivas de empleo son pobres, los estudiantes se alejan de las mismas y se percibe en los campus un creciente pesimismo. Pero nadie debería permanecer indiferente ante el retroceso de las humanidades. Una sociedad sin estudios históricos es como una persona sin memoria: fácil engañar, confundir y explotar. La filosofía surge del reconocimiento de que la claridad y la lógica no nos resultan fáciles y de que estamos mejor cuando nuestro pensamiento es refinado y profundo. Las artes hacen que la vida valga la pena, enriqueciendo la experiencia humana con belleza y perspicacia. Una ciencia que ignore a las humanidades es hoy tan estéril como unas humanidades que den la espalda a la ciencia.
Las consideraciones anteriores sirven para definir HIPÓTESIS, la propuesta de divulgación de la ciencia y las humanidades de la Universidad de La Laguna que se presenta con este número:
HIPÓTESIS surge con la pretensión de combinar Ciencia y Emoción; como un entorno en el que el texto, la imagen y la ilustración se integran orgánicamente al servicio de la más genuina de las comunicaciones; aquella en la que la razón y la emoción van juntas.
HIPÓTESIS quiere ser un medio digital, accesible en cualquier momento y lugar, que comunique ciencia y conocimiento, a pequeños sorbos pero de manera comprensible para el público no especialista.
HIPÓTESIS aspira a ser un espacio en el que se practique la comunicación científica y se propicie el encuentro entre las ciencias y las humanidades; un espacio al que están invitados a participar los que dentro y fuera de la Universidad de La Laguna hacen ciencia, pero también arte, filosofía y sociología; a economistas, lingüistas, historiadores, periodistas y literatos.
HIPÓTESIS quiere ser un medio para divulgación la ciencia y el fomento sus valores: la actitud crítica, la honestidad, la generosidad, la apertura mental y el valor supremo de la evidencia.
HIPÓTESIS será un baluarte frente a la penetración de pensamiento irracional y las pseudociencias y será un medio que ayude a conformar opiniones informadas sobre cuestiones de interés general.
HIPÓTESIS está al servicio de la Universidad de La Laguna: para darla a conocer como una institución de educación superior y como centro de investigación y como un espacio abierto para el debate informado sobre los retos de la sociedad canaria.
El compromiso con la divulgación de la ciencia y con la promoción de sus valores no es algo voluntario o graciable para una institución de educación superior e investigación como es la Universidad de La Laguna.
Con HIPÓTESIS la Universidad de La Laguna da un paso más en la dirección de rendir cuentas a la sociedad canaria de los resultados de su actividad, como institución docente e investigadora y en el cumplimiento de su compromiso de la ciencia y sus valores.
REDACCIÓN NÉSTOR TORRES DARIASDIRECTOR DE HIPÓTESIS
Archivado en: Revista HipótesisEtiquetas: Número 0, Opinión, Editorial, Néstor Torres Darias, General
Licenciado en Química y Doctorado en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad de La Laguna. Miembro del Instituto de Tecnología Biomédica (ITB), ha impartido docencia en varias universidades nacionales y extranjeras. Especializado en Modelización Matemática y Biología de Sistemas.
Bioquímica y Biología Molecular
ntorres@ull.es