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La bioprospección y la cura de enfermedades

lunes 8 de enero de 2024 – 00:00 GMT+0000
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¿Te has preguntado de dónde provienen los medicamentos que consumimos para tratar las enfermedades? Todos los medicamentos contienen un principio activo, la sustancia química que, una vez administrada, es capaz de actuar en algún punto del organismo (la denominada diana terapéutica) y ejercer su efecto, con el resultado de aliviar o curar la enfermedad. Si bien existen fármacos que son resultado de la síntesis química en laboratorio, que no se encuentra en la naturaleza, se calcula que cerca del 70% de los principios activos tienen relación directa con algún producto natural, una actividad a la que nos referimos como “bioprospección”. La bioprospección, sin embargo, va más allá de la búsqueda de fármacos; en realidad el concepto tiene un sentido más amplio ya que se extiende a la búsqueda sistemática y el desarrollo de nuevos compuestos químicos, genes, proteínas, microorganismos y otros productos con valor económico actual o potencial presentes en la biodiversidad.

«La investigación de productos
naturales, como el Taxol®, ha
generado el 30% de los fármacos
modernos, provenientes de
plantas medicinales»

La bioprospección implica, pues, la búsqueda de los recursos genéticos y bioquímicos que nos ofrece la naturaleza para su aprovechamiento.

Se trata de una actividad ancestral que se remonta al origen mismo de la civilización y que tuvo su origen muy probablemente en la identificación de sabores de las raíces de algunas plantas, que luego fueron seleccionadas en función de esta. Desde entonces la bioprospección (en la que es muy frecuente contar con informantes locales que aporten información sobre el uso y aplicaciones potenciales de organismos completos o parte de ellos) se ha venido practicando en la medicina, la agricultura y la industria alimenticia.

En medicina, se exploran los productos naturales de interés para la producción de vacunas, faboterápicos (los productos que sirven para neutralizar los efectos del veneno de serpientes y otros animales ponzoñosos), analgésicos y antibióticos, entre otros. También se hace bioprospección en agricultura, a la búsqueda de fungicidas, insecticidas, bactericidas y de microorganismos potencialmente útiles para el crecimiento de especies vegetales y en la industria alimenticia para la identificación de microorganismos para la fermentación de la leche o el jugo de las uvas para la producción de queso, yogures y vino. Actualmente existen productos comerciales resultado de la bioprospección que son producidos por las industrias farmacéutica, cosmética, alimenticia, textil y de biocombustibles.

«La investigación de productos

naturales, como el Taxol®, ha

generado el 30% de los fármacos

modernos, provenientes de

plantas medicinales»

La bioprospección se despliega a través de dos modalidades de descubrimiento, el predirigido y el sistemático. El primero se inicia con el acceso al conocimiento médico tradicional sobre el uso de sustancias naturales para el tratamiento de una enfermedad dada.. El segundo consiste en la recolección sistemática de muestras procedentes de un área de biodiversidad específica para su empleo en ensayos terapéuticos. La investigación de productos naturales de plantas incluye la recolección de material botánico, la preparación de extractos crudos y su posterior fraccionamiento, previa a la extracción de sus componentes químicos, y la determinación de su actividad biológica y estructura química y el examen de su potencial terapéutico. El Taxol® es un ejemplo de fármaco obtenido por este procedimiento. Se trata de un medicamento utilizado para el tratamiento del cáncer que se obtuvo a partir del tejo del Pacífico (Taxus brevifolia). Salió al mercado después 22 años de investigación, un trabajo realizado por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés, parte del Instituto Nacional de la Salud, de los Estados Unidos de América) en el que evaluaron aproximadamente 35000 especies de plantas terrestres. A su vez el Taxol ha permitido generar otros compuestos como el Taxotere® también con efecto antitumoral. Se puede afirmar que la bioprospección vegetal, específicamente de plantas medicinales, ha permitido a la industria farmacéutica la elaboración de casi el 30 % de los productos farmacéuticos que se utilizan en la medicina moderna.

«A pesar de las nuevas metodologías,

la bioprospección vegetal sigue

siendo clave en el desarrollo de

medicamentos, realizada por

instituciones académicas y empresas

farmacéuticas con enfoques

científicos y comerciales.»

La aproximacioón bioprospectiva a la búsqueda de fármacos la llevan a cabo instituciones académicas y empresas farmacéuticas. En las instituciones académicas, los trabajos se centran sobre todo en la recolección de muestras y la realización de estudios biológicos básicos: se investiga sobre la taxonomía, la ecología así como en aspectos biogeográficos y químicos entre otros, cuyos resultados se publican en revistas científicas. En las instituciones privadas el enfoque es distinto y tiene una orientación claramente comercial: los resultados se patentan. Cuando se produzca una colaboración de estas con las primeras, se desarrolla en el marco de contratos en los que las empresas farmacéuticas financian completa o parcialmente la investigación.

A pesar del desarrollo de nuevas metodologías para la búsqueda de fármacos (entre las que se encuentran algunas basadas en estudios estructurales y computaciones) la bioprospección vegetal seguirá siendo un pilar importante en el desarrollo de medicamentos.

 

Proceso fermentación del vino: bioprospección en la industria alimentaria

REDACCIÓN MÓNICA CALDERÓN OROPEZA / ROSA E. DEL RÍO TORRES


Archivado en: Revista Hipótesis
Etiquetas: Número 16, Artículo, Ciencia y sociedad, Mónica Calderón Oropeza, Rosa del Río Torres, Universidad del Mar, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo Hipótesis

 

Mónica Calderón Oropeza
Profesora e Investigador en la Universidad del Mar (México)

Universidad del Mar (México). Instituto de Genética

Biología Experimental

monicalderon@zicatela.umar.mx

Rosa E. Del Río Torres
Profesora en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

Química y Farmacolobiología

cacojime@ull.es