Principales retos para colonizar el inhóspito planeta rojo

Situado en el límite de la conocida como zona de habitabilidad, Marte es el cuarto planeta en distancia desde el Sol y el último
de los planetas rocosos del Sistema Solar. Se trata de un mundo polvoriento y frío, parecido a los desiertos pedregosos de nuestro planeta. Entre sus características más distintivas está su color rojo, que se debe a la presencia de minerales que contienen óxidos de hierro, siendo ésta la razón por la que los romanos le dieron el nombre de su dios de la guerra. Hace unos 4.000 millones de años Marte tenía agua líquida y se especula con la existencia de un océano poco profundo, mayor que los actuales océanos de La Tierra. Es posible que el Planeta Rojo albergara vida en sus comienzos, si bien a día de hoy no resulta evidente. Esto quizá se debe a que los métodos de búsqueda no han sido lo suficientemente sensibles para detectarla, tal como sugieren las recientes investigaciones del Centro de Astrobiología (centro mixto de CSIC e INTA), llevadas a cabo por Armando Azua-Bustos y colaboradores, tras analizar un lecho fluvial en el desierto de Atacama, que guarda cierto parecido al cráter Jerezo de Marte.

 

«La cuestión de si hubo o no
vida en Marte es sin duda muy
interesante, aunque quizá lo sea
aún más si la habrá en el futuro». 

La cuestión de si hubo o no vida en Marte es sin duda muy interesante, aunque quizá lo sea aún más si la habrá en el futuro. Los problemas medioambientales que afectan cada vez más a nuestro planeta y la superpoblación parecen indicar una necesidad, a medio o corto plazo, de colonizar otros mundos. Pese a lo inhóspito que nos pueda parecer el planeta rojo, resulta ser, por su proximidad y “parecido con La Tierra”, el lógico objetivo de nuestras miradas.

Desde los años 70 los científicos han enviado naves no tripuladas a Marte, por lo que disponemos de mucha información sobre sus características planetarias. Los más importantes y conocidos son los denominados rovers, robots provistos de ruedas que han permitido conocer la composición del planeta y sus condiciones en superficie. Hasta ahora se han enviado 5 rovers: Sojourner (1997), Opportunity (2004), Spirit (2004-2011), Curiosity (2012) y Perseverance (2021), que dispone de un pequeño helicóptero llamado Ingenuity, siendo la primera vez que un dispositivo de este tipo opera en otro planeta.

«¿cuáles son los principales
retos a los que se enfrentaría
la humanidad para
colonizar Marte?».

Habitar en Marte suena a ciencia ficción, pero si esto resultara posible en el futuro ¿cuáles son los principales retos a los que se enfrentaría la humanidad para colonizar Marte?

Para responder a esta cuestión, debemos considerar varios aspectos del planeta rojo entre los que se encuentra su atmósfera, muy diferente a la de la Tierra. La tenue atmósfera marciana es irrespirable, pues está compuesta principalmente por dióxido de carbono (CO2) y una pequeña parte de nitrógeno (N2) y argón (Ar). Dado que la atmósfera se ha ido perdiendo, debido principalmente al viento solar, la presión atmosférica es mucho menor que la de la Tierra. Además, se trata de un mundo mucho más frío que el nuestro; su temperatura media se sitúa en torno a los -55º C, con máximos de 0ºC y mínimos de -129º C, muy lejos de la temperatura media de la Tierra que es de unos 15º C. Por otra parte, los humanos tendríamos que enfrentarnos a un clima extremadamente variado, con enormes tormentas de polvo que frecuentemente azotan la superficie del planeta.

El pequeño tamaño del planeta rojo no le ha impedido contar con dos lunas (Phobos
y Deimos), con el mayor volcán del Sistema Solar (Monte Olympus) y un sistema de cañones conocidos como Valles marineris, que por sus dimensiones, hacen palidecer al Gran Cañón del Colorado. No obstante, sus menores dimensiones son responsables de que su interior se haya enfriado, dando lugar a una realidad perturbadora: Marte carece de campo magnético, lo que deja al planeta expuesto frente al viento solar. Al contrario que la Tierra que consta de una magnetosfera protectora, estas partículas energéticas procedentes del Sol golpean la superficie marciana lo que sería letal para la vida.

«sus menores dimensiones son
responsables de que su interior
se haya enfriado, dando lugar a
una realidad perturbadora: Marte
carece de campo magnético».

Marte no debe contener combustibles fósiles, por lo que tendría que recurrirse a la energía solar, la energía eólica o quizá la energía

nuclear. No obstante, también requiere agua en estado líquido, esencial para la supervivencia de los futuros colonos y cultivos. El relieve marciano indica que el planeta tuvo agua líquida, aunque debido a las bajas temperaturas actuales, ésta debe de encontrarse principalmente en estado sólido en el subsuelo, además de ser salada. En cuanto a la alimentación de los futuros pobladores del planeta rojo, Leo Marcelis, especialista de la Universidad de Wageningen, investiga sobre el proceso de fotosíntesis artificial que se puede llevar a cabo con luces LED, para que frutas y verduras sean cultivadas en Marte, garantizando un suministro continuo de alimentos, ya que el autor considera que ser vegetariano es la única forma de vivir en Marte. En cualquier caso, dado el avance de la robótica, parece razonable suponer que los primeros pobladores podrían ser robots, que podrían encargarse de preparar la llegada de los primeros humanos, lo que puede tardar varias décadas. Habitar Marte no parece tan sencillo como podríamos imaginar. La necesidad de disponer de energía, agua y alimentos, la presencia del implacable viento solar, la ausencia de un atmósfera desprovista de oxígeno, las bajas temperaturas y las duras condiciones climatológicas plantean numerosos problemas técnicos a los que la ciencia y la ingeniería deben encontrar solución.

REDACCIÓN MISHELL CORRALES, FABIÁN MACHADO, DIEGO MART´ÍN, MANUEL GONZÁLEZ, JOSE LUIS SANTANA

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