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La verdad sobre el ornitorrinco

lunes 8 de enero de 2024 – 00:00 GMT+0000

 

Siempre hemos oído hablar de estos animalitos con un tono burlesco, como con desprecio; en algunos casos hasta con asombro por su aspecto y hasta con extrañeza. Para un grupo de la población es conocido por la serie de dibujos en la cual el ornitorrinco era un espía.

Cuando en el siglo XIX se encontró el primer ejemplar de esta especie, sugirieron que era fruto del último instante de la creación, el

último esfuerzo divino, formado con las piezas sueltas que le sobraron a Dios tras crear al resto de animales. Otros lo consideraron un fraude ya que no podía existir un animal con piel de topo, cola de castor, patas de rana, espolón de gallo, pico de pato y dientes. La verdad que es un animal bastante raro y para rematar , aún siendo mamíferos ¡¡¡ ponen huevos como las gallinas!!!

 

«el último esfuerzo divino,
formado con las piezas sueltas
que le sobraron a Dios tras crear
al resto de animales». 

Hace unos 166 millones de años que la línea evolutiva que nos unía se bifurcó, de ahí las diferencias. Aunque hace tanto tiempo que dejamos de evolucionar juntos, los ornitorrincos continúan siendo mamíferos, por lo que tienen muchos genes en común con nosotros. No es sólo que el bicho sea raro, es que además es una combinación brutal de genes relacionados con los reptiles, las aves y los mamíferos. Por ejemplo, su capacidad para producir veneno se debe a la presencia en su genoma de múltiples genes de defensinas, muy similares a los de los reptiles. Los receptores olfativos y los genes del sistema inmune se han incrementado de tal forma que superan ampliamente en número a los de otros mamíferos.

Además de ser tan extraño, este singular animal ovíparo podría ser también terapéutico, ya que su organismo produce ciertas sustancias con las cuales pueden desarrollarse nuevos remedios para algunas de las principales amenazas de la salud, según han descubierto dos centros de investigación australianos. Ahora, este espécimen podría convertirse en un héroe en la lucha contra la resistencia a los antibióticos. Esto se debe a su leche. Ya en 2010, los científicos descubrieron que la leche de ornitorrinco contiene propiedades antibacterianas únicas que pueden ser utilizadas para combatir a las superbacterias resistentes a los antibiótico, dice Ali Green, asesora de comunicación del CSIRO, la agencia del gobierno federal para la investigación científica en Australia.

«este singular animal ovíparo
podría ser también terapéutico,
ya que su organismo produce
ciertas sustancias con las
cuales pueden desarrollarse
nuevos remedios para algunas
de las principales amenazas de
la salud».

Este descubrimiento se ha efectuado replicando en un laboratorio una proteína especial contenida en la leche de ornitorrinco “Los ornitorrincos son tan extraños que tendría sentido que también tuvieran una bioquímica diferente”, señala la doctora Janet Newman, científica de CSIRO y autora principal de esta investigación.

“Analizando más de cerca su leche, hemos establecido las características de una nueva proteína que tiene propiedades antibacterianas únicas con el potencial de salvar vidas” dijo la científica.

 

«su veneno podría servir de
inspiración bioquímica para
desarrollar nuevos tratamientos
para la diabetes».

Aparte de este descubrimiento también se está investigando que su veneno podría servir de inspiración bioquímica para desarrollar nuevos tratamientos para la diabetes, de acuerdo con otro reciente trabajo de un equipo encabezado por la Universidad de Adelaida (UoA), en el sur de Australia. Durante la secuenciación del genoma del ornitorrinco, en 2008, se descubrió una hormona metabólica clave contenida tanto en el veneno como en el intestino de este animal.

Al final resulta que ese animal tan raro y tan gracioso del que decíamos que posiblemente no servía para nada puede ayudar a millones de personas, e incluso ayudar salvar vidas gracias a una combinación brutal de diferentes genes. Como dice en el título, esta es la verdad sobre el ornitorrinco.

 

REDACCIÓN SERGIO BACALLADO MONTESDEOCA

ILUSTRACIÓN HIPÓTESIS


Archivado en: Revista Hipótesis
Etiquetas: Número 16, Sección, General, Proyecto Educativo Hipótesis, Revista Hipótesis