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La importancia de las extinciones masivas

lunes 8 de enero de 2024 – 00:00 GMT+0000

 

lo largo de la historia natural de nuestro planeta, la fauna y flora ha ido cambiando a medida que la evolución ha ido generando nuevas especies que van sustituyendo a otras que desaparecen. Sabemos que esto es así debido a que la paleontología ha demostrado este recambio lento y continuo de unas especies por otras mejor adaptadas. Pero además de estas extinciones de fondo, en el pasado de la Tierra podemos encontrar cortos episodios de extinción acelerada, con efectos dramáticos sobre la biodiversidad.

Estas extinciones masivas suelen explicarse mediante sucesos catastróficos que afectan a los ecosistemas tales como rápidos cambios climáticos, supervolcanes, explosiones de supernovas, impactos de meteoritos, etc. La extinción de los dinosaurios que tuvo lugar hace 65 millones de años y que marcó el final de la Era Secundaria es sin duda el evento de este tipo más conocido, aunque no el único ni el más importante. Estos eventos no son tan excepcionales como podríamos pensar si tenemos en cuenta que sólo desde que comenzó la Era Primaria (Paleozoico), hace 542 millones de años, el registro fósil muestra cinco extinciones masivas. No obstante, la vida existe en la Tierra desde hace unos 3700 millones de años y parece razonable suponer que eventos de este tipo afectaron a su desarrollo desde sus comienzos.

 

«Estas extinciones masivas
suelen explicarse mediante
sucesos catastróficos que
afectan a los ecosistemas tales
como rápidos cambios climáticos,
supervolcanes, explosiones
de supernovas, impactos de
meteoritos, etc».

La primera de estas 5 grandes extinciones tuvo lugar a finales del Periodo Ordovícico y comienzos del Periodo Silúrico, hace 443 millones de años. Desapareció el 85% de las especies, quizá debido a una intensa glaciación, aunque más recientemente se ha señalado que la explosión de una supernova fue la responsable de que la Tierra fuera alcanzada por radiaciones con efectos letales para la vida.

La segunda gran extinción tuvo lugar en el Devónico Superior, hace unos 370 millones de años. La vida era diferente tras la extinción del Ordovícico, dado que los peces dominaban los mares al mismo tiempo que la vida se abría camino en tierra firme. Se han planteado múltiples hipótesis para explicar esta extinción masiva, que van desde las glaciaciones hasta grandes erupciones volcánicas. Con independencia de su causa, la extinción del Devónico exterminó al 82% de las especies vivientes en el momento, afectando principalmente a la vida marina, produciendo un colapso casi total de las comunidades asociadas a los arrecifes  coralinos.

«Realmente la vida estuvo
al borde de retroceder a una
existencia microscópica».

La extinción de finales del Periodo Pérmico, también conocida como extinción Pérmico-Triásica tuvo lugar hace unos 250 millones de años y marcó el final de la Era Primaria o Paleozoico. Ésta ha sido la más importante de las 5 grandes extinciones, dado que el 96% de las especies y aproximadamente el 50% de las familias desaparecieron. Muchos grupos que habían tenido éxito evolutivo como los trilobites no superaron esta extinción. Su causa es incierta, si bien se especula con el impacto de un meteorito y erupciones volcánicas generalizadas. Con independencia del motivo, la extinción pérmica tuvo consecuencias dramáticas para la biota que cambió radicalmente. Realmente la vida estuvo al borde de retroceder a una existencia microscópica, no recuperándose la biodiversidad hasta bien entrado el Periodo Triásico. No obstante, la fauna de este periodo proporcionó la base a partir de la cual se desarrolló la fauna del Mesozoico o Era Secundaria, que supuso un resurgir reforzado, pues los nuevos animales eran más ágiles y fuertes. De todas formas, ésta no duró mucho debido a que sobrevino la cuarta extinción masiva. La extinción del Triásico tuvo lugar hace 201 millones de años y afectó al 80% de las especies, sin que tampoco hayan quedado claramente establecidas sus causas. Algunos grupos dominantes de reptiles, los últimos grandes anfibios y los Terápsidos (también conocidos como reptiles mamiferoides) se vieron especialmente afectados, por lo que esta extinción supuso la consolidación de los dinosaurios como grupo dominante ya en el Periodo Jurásico.

 

«Realmente la vida estuvo
al borde de retroceder a una
existencia microscópica».

L

a mejor conocida extinción del Cretácico Superior tuvo lugar hace 66 millones de años y es sin duda la más famosa por la desaparición de los dinosaurios. Como causa se acepta el impacto de un meteorito de grandes dimensiones, estando esta explicación avalada por la presencia de iridio (un elemento químico escaso en la corteza terrestre) en una capa de sedimento que marca el final del Mesozoico. Al igual que sucedió en las extinciones masivas anteriores, muchos grupos que habían tenido gran éxito fueron casi o totalmente exterminados para dejar paso, en este caso a los mamíferos que hasta entonces no habían tenido opción alguna en una Era dominada por los grandes reptiles. Entre los supervivientes también estaban las aves, grupo que surgió en el Periodo Jurásico a partir de los celurosaurios (un grupo de dinosaurios Terápsidos).

Los cinco episodios de extinción masiva que ha experimentado la vida en nuestro planeta en los últimos 542 millones de años han supuesto, en mayor o menor medida, el rápido y abrupto exterminio de muchos grupos de éxito, tras el cual ha tenido lugar la diversificación de los supervivientes que han dado lugar a faunas y floras diferentes a las que las precedieron. Los rápidos y cada vez más evidentes cambios ambientales que está sufriendo nuestro planeta debido a la actividad humana han llevado a hablar de una posible sexta gran extinción o extinción masiva del Holoceno (Época actual del Periodo Cuaternario) en la que nuestra especie podría engrosar la lista de especies fósiles, tal como hemos visto que ha sucedido con muchos otros seres vivos que en el pasado dominaron el planeta.

 

REDACCIÓN ARIANNA BRITO, RICARDO FERNÁNDEZ

ILUSTRACIÓN HIPÓTESIS


Archivado en: Revista Hipótesis
Etiquetas: Número 16, Sección, General, Proyecto Educativo Hipótesis, Revista Hipótesis