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Carlos Andrés Navarro Martínez es el director de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI) desde mayo del año pasado. Ha vivido la transformación forzosa de las empresas y el auge del interés por la investigación. Anteriormente asumió la dirección de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y de la Unidad de Promoción de la Innovación de la Fundación Universitaria de Las Palmas. Nos citamos con el director, a través de videoconferencia, para conocer sus planes para la agencia y visión del contexto actual. Por fin, la ciencia y la tecnología están en el foco de atención, lo que convierten a estos tiempos en decisivos para el futuro.
Desde muchos sectores se ha instado a cambiar el modelo productivo de Canarias, muy dependiente del turismo, por otro basado en el conocimiento. ¿Es esto posible?
No es ninguna condena vivir del turismo. El turismo es el sector tractor en Canarias y seguramente eso no lo vamos a cambiar en los próximos 20 años. Tenemos que estudiar de qué forma podemos diversificar también ese turismo, por la vía de introducir procesos de innovación y digitalización; hay que establecer cómo vamos a poder controlar la seguridad tanto sanitaria como la digital. Trabajamos para crear nuevos nichos de mercado en el sector turístico que aporten nuevos valores, es el caso del turismo digital; el turismo basado en el talento, como es el caso de los nómadas digitales. Es otra forma de diversificar el turismo. Un turismo que vaya más allá del sol y la playa. Tenemos recursos que pueden ayudar a mitigar los efectos del despoblamiento rural. No hay que demonizar al turismo, hay que verlo como una oportunidad; un escaparate de Canarias que debemos aprovechar para que vengan atraídos por el sol, pero también por los otros servicios. El turismo tiene que mantenerse, pero afinado y orientado a las nuevas tendencias y apoyando a otros sectores de la economía.
Una de las principales críticas que se hace al Gobierno de Canarias, por parte de universidades e investigadores, es la escasa inversión en investigación. ¿Cómo se puede trasladar esta preocupación a los tienen capacidad de decidir los presupuestos en I+D?
Cuando se percibe que hay un aprovechamiento económico y social de lo que se está produciendo se vacila menos en apostar por esas políticas. Hay un informe de la Fundación COTEC en el que se muestra la correlación de lo que la gente quiere con la inversión realizada. La prioridad a mucha distancia del resto es la sanidad; es lo que queremos todos. Cuando tengamos la percepción de la importancia de la ciencia, la inversión aumentará. En este momento de pandemia sube el interés por la ciencia; una muestra de la mayor importancia percibida de que la ciencia sirve para algo más que para avistar planetas. Como resultado aumenta el capítulo dedicado a la investigación en vacunas y enfermedades. Porque ahora nos preocupa, igual que cuando hay terrorismo nos preocupa la defensa. En la medida que podamos hacer visible la contribución que se hace desde las universidades esa inversión llegará.
El el ámbito académico lo tenemos muy claro, pero no tanto desde la parte de investigadora. Quizás porque nos falta la aplicación económica y social de la investigación a la cual muchas veces no se llega. Tenemos que hacer mucha pedagogía y traducir todo ese lenguaje científico a la ciudadanía. Por otro lado, está la parte de la política, en la cual se trata de priorizar lo urgente y a veces se descuida lo importante. Por ejemplo, fenómenos como los que se están viviendo en Canarias con la inmigración, cuestiones que tienen que ver con el empleo y con la pérdida de derechos sociales etc. Son cuestiones de urgencia. Si tenemos ese tipo de problemas encima de la mesa, en el orden de prioridades, pueden quedar relegada la inversión en investigación; lo urgente no nos deja ver lo importante, y siempre hay urgencia, siempre. Yo creo que esto es lo que tenemos que empezar a visibilizar en Canarias. Con el tipo de economía que tenemos, nuestras empresas tradicionalmente no han tirado de la I + D; no ha sido como en la industria farmacéutica o como la automovilística. Fallamos en los indicadores de la aportación que hacen las empresas de las islas al I+D, de tan solo un 0,3%, muy por debajo de las medias nacionales y europeas.
¿Y qué se puede hacer para aumentar esa cifra? ¿Cómo se puede convencer a los empresarios de que a medio largo y plazo puede ser muy rentable económicamente?
En España se han aumentado los fondos para ciencia y tecnología un 60 %, algo inédito en la historia de este país. Esto tiene bastante que ver con la llegada de fondos europeos y con el plan de recuperación. El Gobierno de España ha suscrito el pacto por la ciencia, que plantea que en 2030 lleguemos al 3% de la contribución a la ciencia en el PIB. Es un camino que se ha marcado coyunturalmente, ayudado por estos fondos europeos. Pero lo que se está planteando es que ese esfuerzo se mantenga y perdure. En Canarias también estamos en la misma línea. Probablemente dentro de poco tengamos un acuerdo de todos los grupos políticos en el que podamos blindar esa contribución que se hace en Canarias a la ciencia y la tecnología. Para esto nos va a ayudar determinadas estrategias que estamos elaborando, como son las que llegan en el próximo programa operativo de la nueva RIS3 (Estrategia de Especialización Inteligente en Investigación e Innovación) donde vamos a enmarcar todos los fondos estructurales que llegarán para los próximos años hasta el 2027. Y ahí tendremos que hacer un replanteamiento. Otro elemento importante será la Agenda Digital. Estamos elaborando, y presentaremos en estos próximos meses, una estrategia digital que ayudará a sentar las bases de todo esto y hacer una apuesta única y regional que debe ser de todos los partidos. La ciencia y la tecnología son cuestiones transversales, no es negociable ni es política. Hay una apuesta por acompasarse con las medias europeas y nacionales en todos estos indicadores. Este camino se toma porque estamos diversificando la economía que va a demandar I+D+I. El fenómeno de la pandemia ha visibilizado la necesidad que tienen las empresas de innovar tanto en la productividad y competitividad, pero también innovar en el campo digital.
AUTOR JUANJO MARTÍN
Archivado en: Revista HipótesisEtiquetas: Número 8, Entrevista, Ciencia y Sociedad, Juanjo Martín, Universidad de La Laguna