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COVID-19: Diagnóstico e Investigación

8 de marzo de 2023 – 00:00 GMT+0000
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La accesibilidad y frecuencia de los medios de transporte en la actualidad son un factor clave del progreso. Una persona puede desplazarse a miles de kilómetros de su país de origen en tan solo unas horas. Esto ha traído consigo mejoras innegables en nuestra calidad de vida, pero también ha facilitado la rápida diseminación y propagación de enfermedades; sin duda, el ejemplo más reciente y grave de este fenómeno es la enfermedad por coronavirus 19 (COVID-19, del inglés Coronavirus Disease) causada por el SARS-CoV-2 (SARS, acrónimo del inglés Severe Acute Respiratory Syndrome-2). En diciembre de 2019, el SARS-CoV-2 se detectó en la ciudad china de Wuhan y, desde allí, se propagó rápidamente al resto del mundo. La pandemia de COVID-19 ha causado graves problemas sanitarios, económicos y sociales a nivel global; tres años después de su aparición ha provocado más de 6 millones de muertes y sigue afectando a la población mundial.

El SARS-CoV-2 es un virus cuyo material genético está compuesto por ácido ribonucleico (ARN). Pertenece a la familia Coronaviridae y al género betacoronavirus (β-coronavirus). Forma parte de este grupo junto con los otros virus SARS-CoV (SARS, acrónimo del inglés Severe Acute Respiratory Syndrome) así como los MERS-CoV (MERS, acrónimo del inglés Middle East Respiratory Syndrome), coronavirus que causan infecciones en el tracto respiratorio superior.

En esta pandemia, la comunidad científica ha desarrollado métodos de diagnóstico a una velocidad sin precedentes. Hasta ese momento la población desconocía lo que era una “PCR”, término que pasó a formar parte de las conversaciones cotidianas y de los medios de información. La PCR (del inglés, Polymerase Chain Reaction) es una técnica que permite obtener un gran número de copias de un fragmento de material genético a partir de una muestra mínima. Su aplicación en laboratorios de diagnóstico e investigación permite la detección del coronavirus SARS-CoV-2. Por su sensibilidad, rapidez y disponibilidad en hospitales y laboratorios es el método de referencia utilizado en todo el mundo para realizar un diagnóstico preciso de la infección activa por COVID-19. 

«Posteriormente se pudo contar con los recursos que permitieron la detección rápida de los casos, y a partir de ahí, el aislamiento y cuarentena de las personas afectadas; medida que contribuyó decisivamente a frenar la escalada de contagios» 

Sin embargo,  para la realización de las pruebas de diagnóstico por lo que fue necesario priorizar el uso de esta para el diagnóstico y detección de los casos más graves o de aquellos producidos entre los colectivos más vulnerables por su elevado riesgo o exposición. Posteriormente se pudo contar con los recursos que permitieron la detección rápida de los casos, y a partir de ahí, el aislamiento y cuarentena de las personas afectadas; medida que contribuyó decisivamente a frenar la escalada de contagios. 

El SARS-CoV-2 puede transmitirse de persona a persona por diferentes vías, siendo la principal mediante el contacto y la inhalación de las gotas y aerosoles respiratorios emitidos por una persona infectada. La transmisión también puede producirse por contacto indirecto a través de las manos u objetos contaminados (fómites) con las secreciones respiratorias del infectado hacia las mucosas (boca, nariz) de la persona susceptible. Esto ha llevado a iniciar líneas de investigación que permitan diseñar procedimientos eficaces de eliminación del virus de superficies y materiales, sobre todo las de uso sanitario. 

La COVID-19 es una enfermedad de sintomatología y gravedad heterogénea. Algunos infectados por SARS-CoV-2 cursan de forma asintomática, otros muchos desarrollan formas leves de la enfermedad, mientras existe un porcentaje de individuos al que afecta con mayor severidad. En este grupo se encuentran las personas de mayor edad, así como individuos que presentan patologías previas (diabetes, enfermedades cardiovasculares, obesidad, enfermedades pulmonares crónicas); son más vulnerables y pueden requerir hospitalización e incluso ingreso en unidades de cuidado intensivo (UCIs). La heterogeneidad de la sintomatología observada en la COVID-19 es una consecuencia de la variabilidad genética individual, que pueden hacer que ciertos sujetos sean más susceptibles o resistentes a la infección viral y la progresión de la enfermedad. 

Un porcentaje alto de personas muestran síntomas prolongados y recurrentes, durante semanas o meses, tras la primera infección por SARS-CoV-2, más allá de la severidad en la afectación. Aunque aún no hay consenso, estos casos de sintomatología prolongada es lo que se ha definido como síndrome de COVID persistente, también denominado COVID crónico o Long COVID. Los síntomas suelen ser diversos por lo que requiere un manejo y supervisión a cargo de distintos especialistas. El COVID crónico afecta gravemente la calidad de vida de los afectados y repercute negativamente en el sistema sanitario, social y económico.

En la Universidad de La Laguna, el Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias (IUETSPC) ha venido contribuyendo a afrontar la COVID-19 a través de varias líneas de trabajo. Su laboratorio de Alertas biológicas sirvió para dar en un primer momento de la pandemia respuesta a la demanda de diagnósticos rápidos a través de un servicio de diagnóstico genético de SARS-CoV-2 mediante pruebas estándar de acuerdo con las directrices del Ministerio de Sanidad recogidas en la Estrategia de detección precoz, vigilancia y control de COVID-19. Este laboratorio fue también el encargado de llevar a cabo el cribado de la comunidad universitaria, lo que permitió aislar precozmente casos asintomáticos o leves, lo que contribuyó al control de la transmisión cuando se retomaron las actividades académicas y administrativas. 

«simuló experimentalmente las condiciones naturales en las que el virus se podría encontrar en diferentes superficies de uso cotidiano en un centro hospitalario lo que permitió ensayar y poner a punto un método eficaz de eliminación del mismo, mediante el uso de ozono»

Por otro lado, nuestro grupo de Investigación de Alertas biológicas, en colaboración con investigadores de la Unidad de Investigación del Hospital Universitario Dr. Negrín de Las Palmas de Gran Canaria simuló experimentalmente las condiciones naturales en las que el virus se podría encontrar en diferentes superficies de uso cotidiano en un centro hospitalario lo que permitió ensayar y poner a punto un método eficaz de eliminación del mismo, mediante el uso de ozono. Otro aspecto en el que se hicieron contribuciones importantes tiene que ver con el problema generado por la escasez de equipos de protección individual (EPI) que se experimentó en los momentos álgidos de la pandemia. Se consiguió determinar cómo eliminar el virus de EPIs infectados, como mascarillas y batas desechables. Mediante dispositivos portátiles de ozono, fue posible esterilizar estos materiales lo que permitió la reutilización de equipo de protección.

Por su parte el grupo de Investigación en Biomarcadores del IUETSPC centró su trabajo en la búsqueda de herramientas/biomarcadores que permitieran caracterizar los diferentes tipos de sintomatología y caracterizar la progresión de la enfermedad. Los biomarcadores o marcadores biológicos son parámetros que permiten definir un estado biológico, como puede ser el grado de infección, o detectar un proceso anormal o la progresión de una enfermedad. Los estudios realizados se basaron en la expresión diferencial de determinados genes relacionados con el sistema inmune y la respuesta viral, así como la de ciertas moléculas de material genético, de pequeño tamaño, llamadas microARN o miRNAs. Los miRNAs son claves para regular la expresión de los genes. Los resultados de estos trabajos han permitido ampliar el conocimiento que teníamos sobre el papel que desempeñan estas moléculas en la patogénesis e infección por SARS-CoV-2 y nos están permitiendo identificar dianas potenciales para desarrollar nuevas estrategias terapéuticas. De igual manera el COVID-19 persistente, que actualmente plantea muchos retos e incertidumbres en cuanto al diagnóstico y el tratamiento, podría encontrar respuestas en el empleo de estas nuevas herramientas moleculares y genéticas en estudio.

AUTORA Elizabeth Córdoba Lanús

ILUSTRACIÓN CARLA GARRIDO


Archivado en: Revista Hipótesis
Etiquetas: Numero 14, Artículo, Ciencia y Sociedad, , Universidad de La Laguna