2 de diciembre de 2021 – 00:00 GMT+0000Compartir
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¿Que las dos erupciones anteriores de La Palma fueran de poco impacto nos hizo pensar (a la sociedad) que las próximas también serían así? ¿Bajamos la guardia durante 50 años?
Es cierto que el Teneguía no supuso un impacto social y se veía como una atracción. Sin embargo, la erupción del San Juan en 1949 sí que tuvo efectos. Hubo, como ahora, desplazamiento de evacuados hacia el sur. La isla se cortó en dos y la mitad sur tuvo que ser abastecida por vía marítima, etc. El problema real radica en que el periodo intereruptivo está en torno a los 40 años y eso hace que la percepción de la peligrosidad volcánica decaiga aquí y en muchas otras zonas del mundo.
¿Por qué se recordará esta erupción? ¿Su impacto social? ¿Su seguimiento en directo?
El tiempo y los medios harán una selección natural y ya se verá, pero lo que es obvio es hasta ahora ninguna había tenido el impacto social sobre viviendas que ha causado ésta y eso perdurará para siempre. Conviene recordar que algo similar sucedió entre 1730 y 1736 en Lanzarote, donde la erupción ocupó un tercio de la superficie de la isla, sepultó diez núcleos de población y veinte caseríos.
Científicamente, después del amplio despliegue internacional que hemos visto en La Palma, ¿qué ha aportado este evento al conocimiento de la volcanología canaria?
Ésta es la primera erupción en Canarias en la que nuestro país tiene la capacidad
tecnológica de hacer un seguimiento de los observables geoquímicos y geofísicos: hasta ahora eso no había sucedido. En 1949 y 1971 perdimos la oportunidad de hacerlo por la ausencia de esa capacidad. Es cierto que la parte de fenomenología superficial, de aspectos petrológicos… está muy estudiada en Canarias, pero no se sabía nada de cómo era el onset, es decir, el proceso de reactivación volcánica y su caracterización geofísica: profundidades, velocidades, etc. Sin duda, hay todo un mundo de cosas acerca de la volcanología de las Islas Canarias que aprenderemos de esta erupción.
AUTOR Juanjo Martín
ILUSTRACIÓN CARLA GARRIDO
Archivado en: Revista HipótesisEtiquetas: Número 8, Artículo, Energía, Biodiversidad y Medioambiente, Manuel Ferraz Llorenzo, Universidad de La Laguna
Fundación General de La Universidad de La Laguna
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