10 de mayo de 2022 – 00:00 GMT+0000Compartir
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La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad crónica neurodegenerativa que afecta al sistema nervioso central. El sistema inmunológico tiene un papel determinante para explicar su origen si bien factores genéticos y ambientales están implicados en el desarrollo de la enfermedad.
Las primeras manifestaciones clínicas de la EM (trastornos sensitivos, visuales, motores y cognitivos entre otros) suelen aparecer entre los 20 y los 30 años de edad; siendo mucho mayor la afectación en mujeres que en hombres. El curso de la enfermedad es difícil de predecir. En los primeros años son habituales brotes bien definidos, seguidos de períodos más o menos largos de recuperación total o parcial. Esta forma de presentación, la denominada remitente-recurrente, es la más habitual (80% de los pacientes). Su impacto en la vida de los afectados es grande, hasta el punto de que la EM es una de las principales causas de discapacidad en adultos jóvenes.
Un abordaje de la EM desde la neuropsicología es a través del estudio del perfil de las alteraciones cognitivas. Y aunque los pacientes muestran niveles de déficit cognitivo variables y en general leves o moderados, su presencia es alta (40-70%). Se caracteriza por alteraciones de aspectos tales como la atención compleja, la velocidad de procesamiento de la información, el aprendizaje y la memoria y las funciones ejecutivas, lo que los hace especialmente vulnerables a las exigencias académicas o laborales.
El momento de la vida en el que se presenta es determinante para calibrar el impacto del diagnóstico. Es especialmente grave en el caso de personas jóvenes que se encuentran en una etapa en la que se inician proyectos académicos, laborales y familiares. En estos casos la aceptación es difícil; y se complica aún más ante las dificultades para pronosticar las características, gravedad y evolución de los síntomas. La incertidumbre que esto genera, particularmente en las fases iniciales de la enfermedad, genera frecuentemente trastornos psicopatológicos, como son la depresión y la ansiedad. La prevalencia de la sintomatología depresiva es alta (50%), como lo es también la sintomatología ansiosa (40-60%).
La mejores estrategias para el abordaje neuropsicológico de la EM son las integradas; una aproximación que se debe tener en cuenta tanto los cambios cognitivos como los emocionales y sus posibles interacciones. Y si bien los datos avalan la eficacia de la rehabilitación neuropsicológica para tratar el deterioro cognitivo, siguen siendo escasas las investigaciones que incluyan, entre sus objetivos, la observación de la respuesta emocional al tratamiento. Por otra parte, cuando el interés se centra en estudiar la eficacia de la psicoterapia en el tratamiento de los trastornos psicopatológicos asociados a la EM, en general no se suelen tener en cuenta los efectos sobre el deterioro cognitivo. Son precisamente estas carencias de estudios integrados las que el grupo de investigación en Neuropsicología de la Universidad de La Laguna pretende corregir estudiando al mismo tiempo los efectos sobre el deterioro cognitivo y sobre la respuesta emocional. Abordaje que se complementa en nuestro caso con estudios de neuroimagen que permiten observar los cambios en la actividad cerebral.
Nuestros resultados muestran que la terapia cognitivo-conductual es la más eficaz en la reducción de la sintomatología ansioso-depresiva. También hemos comprobado que las técnicas cognitivo-conductuales mejoran las funciones ejecutivas, encargadas de la dirección y regulación de aspectos cognitivos, emocionales y conductuales.
Estos efectos positivos sobre la sintomatología ansioso-depresiva y el rendimiento cognitivo ocurren al mismo tiempo que una reducción en algunos marcadores de neuroimagen asociados con el desarrollo de la enfermedad y con una mejor evolución clínica. Los resultados de esta investigación permitirán diseñar estrategias terapéuticas más eficaces para los pacientes con EM.
AUTORA Teresa Olivares Pérez
ILUSTRACIÓN CARLA GARRIDO
Archivado en: Revista HipótesisEtiquetas: Número 11, Artículo, Universidad de La Lagun
Psicología Clínica, Psicobiología y Metodología
tolivarp@ull.es