miércoles 2 de octubre de 2019 – 00:00 GMT+0000Compartir
FacebookXWhatsAppCopy Link
Muy pocos centros de investigación en el mundo han conseguido que su marca se luzca con orgullo en camisetas y pegatinas. Su logo y nombre se pone siempre como ejemplo de centro de investigación de primer nivel, líder en las isla y ocupando el tercer puesto entre los centros científicos españoles. El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) tiene una dilatada historia; si repasamos su bitácora encontramos sus orígenes en unos barracones anexos a la Facultad de Física de la Universidad de La Laguna. Jóvenes y entusiastas investigadores, ellos y ellas, testigos de cómo las cumbres de Tenerife y La Palma se iban ganando con su trabajo y dedicación, la atención de la Ciencia del mundo gracias a su extraordinaria transparencia atmosférica. Fue su primer director, el profesor Francisco Sánchez, quien se encargó de convencer a científicos, políticos y hasta la alta aristocracia europea de que las islas eran un paraíso también para la observación astronómica. Y vaya que lo consiguió. Uno tras otro, decenas de países comenzaron a instalar sus telescopios y realizar sus observaciones en unas instalaciones que hoy juegan en la primera división astronómica mundial.
Mientras un ojo estaba puesto en la atracción internacional, el otro miraba a la formación y la investigación. Hornadas de brillantes astrofísicas y astrofísicos salían cada año y otros tantos venían de fuera, atraídos por la calidad de las investigaciones y las condiciones que ofrecía, lo que hizo que gradualmente se acabara posicionando entre los grandes del mundo.
Luego llegó el Gran Telescopio Canarias, su apuesta por la tecnología e ingeniería y su compromiso con la divulgación. Un testigo que recogió, un caluroso día de agosto de 2013, el profesor Rafael Rebolo. Con su llegada a la dirección del IAC de este prestigioso investigador, la maquinaria no solo ha mantenido la marcha, sino que ahora el motor marcha a toda máquina, con más proyectos de investigación, más publicaciones y nuevas líneas estratégicas.
El IAC es el tercer centro de investigación del país, detrás del CSIC y el Instituto de Salud Carlos III. Pero cuenta con un presupuesto que ni siquiera se le acerca a los dos anteriores ¿Cómo lo hace?
Nosotros miramos los ranking con cierta distancia; pero es verdad que tenemos un presupuesto mucho mejor de unos 15 millones de euros. A esto le debemos sumar lo que conseguimos a través las convocatorias competitivas a las que concurrimos, de lo que conseguimos casi el doble de esa cantidad. Con ello hacemos nuestros programas de desarrollo, pagamos a nuestro personal, dotamos los laboratorios y asumimos los gastos generales. También contamos con más de sesenta acuerdo internacionales en virtud de los cuales otros centros aportan personal o tiempo de observación, lo que contribuye a aliviar los gastos de funcionamiento a la vez que genera actividad económica en las islas. Nuestro principal objetivo es la investigación; de este trabajo surge un conocimiento que publicamos en revistas de primer nivel, y cada año superamos al anterior en número de publicaciones. No creo que exista en España otro centro de investigación con tantas publicaciones y de un impacto científico tan alto.
¿Ha mejorado la gestión tener un Ministerio de Ciencia?
Ha mejorado bastante, por lo menos nos sentimos respaldados en algunas de las iniciativas que ha tomado el actual ministro para mejorar la estabilidad del personal técnico que durante la crisis ha estado bloqueada. Muchos ingenieros que se decidieron a trabajar con nosotros han visto pasar diez años de su vida con contratos temporales. El gobierno aprobó la estabilización de dieciséis tecnólogos. Hemos podido estabilizar al personal científico si bien poco a poco.
¿Qué le pediría al Ministro de Ciencia en la nueva legislatura?
Le pediría que pongan a la ciencia en el lugar que le corresponde en el presupuesto. La Ciencia debe recibir un porcentaje mayor del presupuesto nacional. Estamos en este sentido muy por debajo de los niveles de los países de nuestro entorno y Canarias muy por debajo de la media nacional. Yo le pido que haga ese esfuerzo que, por otro lado, nos han prometido: si así fuera se debería llegar al 1,5 % del Producto Interior Bruto (PIT). Y es que en Canarias ahora estamos en el 0,7 del PIT; lo ideal sería llegar al doble al final de la legislatura, lo que significa un crecimiento del 20% anual, que parece mucho pero es que tuvimos recortes de hasta el 30% durante la crisis. Tenemos mucho terreno que recuperar.
El IAC trabajaba para captar la instalación de grandes telescopios en las islas, el último ha sido el TMT. Sus directivos han anunciado que se construirá en Hawaii, pero aun así continúan preparando su llegada, ¿es que no está todo decidido?
Tienen el derecho, reconocido por el Tribunal Superior de Justicia de EE.UU, de construirlo en Hawaii. También está claro que siguen teniendo una oposición muy activa por parte de agentes sociales locales; lo que nadie sabe es el grado de oposición y mientras la construcción no se inicie ellos tampoco han podido valorar cómo será la respuesta de la sociedad. En el caso de que ese nivel de oposición fuera intolerable podrían reconducir su decisión, y eso en estos momentos, es impredecible.
Y si eso sucediera ¿La Palma está lista para albergar el TMT?
No, lamentablemente no porque se ha encontrado una objeción por parte del juzgado. Este ha dictaminado que hay que revisar la concesión del terreno, por varios motivos de carácter formal. Uno tiene que ver con una declaración de impacto ambiental, que ya existe, y otro por el valor del terreno. Son asuntos administrativos pero ahora mismo no estamos en condiciones de hacerlo. Las obras en Hawaii no comenzarán antes de dos meses y espero que en este plazo lo tengamos solucionado.
Si el TMT finalmente no viniera ¿Cuál sería el próximo reto?
Si el TMT no viene les aseguro que vamos a comenzar a trabajar para traer a las islas el mayor telescopio del mundo y pensar ya con qué socios podemos trabajar para hacerlo. En estos momentos aspiramos a construir un telescopio de 50 metros en La Palma con China como gran aliado, pero esto es algo a largo plazo y en lo que ahora estamos dando los primeros pasos.
¿Y cuál será el futuro del Observatorio del Teide?
Este observatorio está especializado en física solar. Además, tenemos el mayor conjunto de telescopios robóticos del mundo en funcionamiento. Este mes (junio 2019) se incorpora otro de un metro de diámetro. Nuestra intención es que el Observatorio del Teide sea, en gran medida, robotizado en el caso de los telescopios de tamaño medio; para telescopios de hasta dos metros es un magníficos observatorio. Si pudiéramos controlar la contaminación lumínica que produce Santa Cruz de Tenerife podríamos albergar telescopios más potentes. Pronto se instalará uno de cuatro metros en La Palma porque con la polución de Santa Cruz es inviable. Si decidieran tomar medidas contra esta contaminación podríamos optar a telescopios mayores.
La buena noticia es que, al contrario a que otros tipos de contaminaciones la lumínica se puede solucionar simplemente apretando un botón, apagando las luces; además, se trata de una contaminación reversible. La contaminación lumínica no solo impide la instalación de telescopios en un observatorio, también nos cercena el derecho que tenemos todos a disfrutar de un cielo oscuro.
REDACCIÓN JUANJO MARTÍN
Archivado en: Revista HipótesisEtiquetas: Número 4, Entrevista, Ciencia y Tecnología, Juanjo Martín, Instituto de Astrofísica de Canarias
Astrofísico español, ex-director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Se licenció en Ciencias Físicas por la Universidad de Granada en 1984 y obtuvo su doctorado en Astrofísica por la Universidad de La Laguna en 1987. Es profesor de investigación de Ciencias Físicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) desde 1998. Desde 2002 es miembro de la Sociedad Max Planck y profesor externo del Instituto Max Planck de Astronomía en Heidelberg.
Astrofísica
rrl@iac.es