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En el jardín de Ockham

Han abierto una nueva tienda en mi calle. Vende piedras mágicas

10 de mayo de 2022 – 00:00 GMT+0000
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Han abierto una nueva tienda en mi calle. Con esto de la crisis económica post-covid, el trajín de bultos y mercancías fue un acontecimiento vecinal. Hacíamos cábalas sobre a qué se dedicaría. Por las cajas se podía intuir que no sería una tienda textil, tampoco de electrodomésticos. Cuando pusieron el cartel en la fachada, sobre la puerta, los operarios, como queriendo alargar la emoción, lo colocaron envuelto en un papel de embalar. Nada, habrá que esperar a la apertura. Al día siguiente, cambié mi camino habitual rumbo al contenedor de basura  para pasar por delante de la tienda y descubrir que podría ofrecerme la buena nueva. Al llegar a su altura, observé, con cierta desilusión, un escaparate lleno de péndulos, piedras de todo tipo, cartas de tarot, material para hacer Yoga, inciensos y estructuras de pirámides. Un batiburrillo de mercancía que, de ahí mi tristeza, no necesitaba.

«Las llamo mágicas porque le atribuyen propiedades fantásticas, y para mí eso es mágico»

Esta nueva apertura, a la que le deseo la mejor de las suertes, porque se ve que creen en la suerte, me ha dado pie para hablar de algo que nunca falta en estas tiendas esotéricas y misteriosas: las piedras mágicas. Las llamo mágicas porque le atribuyen propiedades fantásticas, y para mí eso es mágico. Hablemos de piedras con poderes. En un artículo de Los Angeles Times he encontrado esta lista de minerales y sus habilidades:

Cuarzo rosa (la piedra del amor): Buena para encontrar, mantener y cultivar todo tipo de amor.

Labradorita (la piedra mágica): Buena para las habilidades psíquicas, trabajo de chamán.

Amazonita (la piedra del coraje): Buena para el equilibrio entre el intelecto y la intuición.

Citrino (la piedra del dinero): Buena para la abundancia, la riqueza y la estabilidad.

Amatista: Una piedra de purificación, buena para calmar y equilibrar.

Ágata: Buena para cultivar la estabilidad interior, aliviar la ansiedad.

Granate: Buena para el metabolismo, la creatividad y la exploración de sí mismo.

Kyanita: Puede ser usada para limpiar otras piedras, buena para la relajación emocional y física.

Lapislázuli: Buena para el sistema inmunológico.

Ónice: Buena para fortalecer la vitalidad después de una enfermedad prolongada o agotamiento.

Piedra lunar: Vonsiderada la piedra femenina, buena para mejorar la intuición y la sabiduría.

Sodalita: Estimula la mente, buena para la percepción y la autoconciencia.

Muchas de las propiedades que dicen poseer estas piedras se les debe a su “energía”. Esta energía, que nadie ha visto, es una vieja conocida de esta sección. Los amantes del misterio lo explican todo con la “energía”. Para alegría de los que venden las piedras, esta energía no se mide, no se ve, no se detecta, pero ahí está. Para la ciencia la energía es algo muy serio. Si consultamos un manual de Física leemos que la energía es “la capacidad de los cuerpos para realizar un trabajo y producir cambios en ellos mismos o en otros cuerpos. Es decir, el concepto de energía se define como la capacidad de hacer funcionar las cosas”.

La unidad de medida que se utiliza para medir la energía es el joule (J), en honor al físico James Prescott Joule. Existen muchos tipos de energía, potencial, mecánica, cinética, eléctrica, térmica, electrodinámica, nuclear, etc. Pero por mucho que busco no encuentro la energía mágica que emana de las piedras. Debe ser una energía muy evidente si es capaz de hacer tantas cosas, como animarte en un día gris, proporcionarte dinero, o incluso, curar alguna enfermedad. A pesar de todas estas cualidades, nadie ha medido dicha energía. Quizás sea porque no las hemos cargado bien. Los manuales que se adjuntan a estas piedras hablan de la necesidad de limpiarlas y cargarlas. Para lo primero nos recomiendan lavarlas con agua y sal, sin embargo, otros solo lavarlas con agua del grifo, eso sí, tibia. Hay que lavarlas cuando llegan a nuestras manos no porque estén sucias, es que, como han pasado por otras manos, estas se han contagiado ”de las energías” de otras personas. Cuentan que allá por donde van, absorben la negatividad energética. Pero si solo absorben negatividad, ¿cómo la libera al llegar a tus manos? ¡Qué mala suerte! de las otras personas absorbe lo malo y justo cuando llega a las tuya vuelca todo ese mal rollo. 

«Por mucho Silicio que tenga un mineral este podría servir para hacer paneles solares, pero no para almacenar energía» 

Quizás es porque no están cargadas. Las piedras, como las pilas, hay que recargarlas. Existen varias maneras, la más común es exponerlas al Sol. El Sol emite mucha energía, esa si que la medimos con facilidad. Básicamente el Sol emite luz visible, radiación infrarroja y ultravioleta. Convertir la luz del Sol en energía es algo que se hace desde hace tiempo, los paneles solares lo hacen calentando agua y generando electricidad. Vaya, los paneles fotovoltaicos tienen Silicio, y muchos minerales también lo tienen. ¿Podrá venir de aquí esa energía? Veamos, cargar algo significa básicamente acumular energía en su interior, almacenar energía para luego ir dosificándola como hacen las baterías. Pero el silicio no tiene capacidad de almacenaje. Si hay luz produce electricidad, si pasa una nube por delante, deja de hacerlo. O sea, que por mucho Silicio que tenga un mineral este podría servir para hacer paneles solares, pero no para almacenar energía. 

Lo que sí hace una piedra al Sol es calentarse. ¿Será este el secreto?. Algo caliente si que se mantiene así durante un tiempo. Gracias a eso comemos caliente. Pero el calor que emite un cuerpo es indiferente del cuerpo que está caliente. O sea, que el calor que emite un Cuarzo caliente es el mismo calor que puede emitir un zapato caliente, quizás algunos minerales oscuros puedan retener el calor unos minutos más, pero solo eso. 

Pero vayamos un poco más allá. Si indagamos en las páginas que venden estas piedras encontramos que, por ejemplo del Cuarzo Rosa, le identifican las siguientes propiedades:

Este tipo de cuarzo fortalece el corazón y el sistema circulatorio. Situado sobre la glándula timo, alivia los problemas pulmonares. Sana los riñones y las glándulas adrenales. También mejora los problemas de vértigo. Se dice que el cuarzo rosa potencia la fertilidad. Alivia la ansiedad y apacigua el estrés físico, emocional y ambiental. Por sus magníficas propiedades relajantes, está indicado en las enfermedades nerviosas y para las personas con problemas de insomnio. Las prisas y los temores sin fundamento (imaginarios), pierden importancia cuando contemplamos la belleza de un cuarzo rosado y dejamos que actúe sobre nosotros sus vibraciones”.

Al parecer sirven para todo, es la clásica técnica de abarcar mucho para acertar siempre. ¿Imaginas lo arriesgado que es vender una piedra que solo sirve para bajar el colesterol? eso es muy fácil de validar. Pero si protestas al vendedor porque tienes el corazón mal después de llevar la piedra colgada un mes te puede decir “es que te estaba sanando los riñones”. Pero hay algo que me llama la atención, un término que también se utiliza mucho en los ambientes esotéricos: las vibraciones. Cuando consultamos a los que saben de esto nos dicen que una vibración “es una oscilación mecánica en torno a una posición de referencia”. Las cuerdas vibran, los puentes vibran, hasta la tierra durante un terremoto vibra ¿pero una piedra vibra? Si no está actuando sobre ella ninguna fuerza una piedra no vibra, porque toda vibración genera ondas, y estas no se observan en las rocas que venden en estas tiendas, la famosa energía tampoco. Rocas normales que se suelen vender a precio de otro mineral: el oro. Pobres rocas normales, de campo, de río, callaos de mar, que por su abundancia no son comerciales, y por ende, nada mágicas.

AUTOR Guillermina O. JJMS

ILUSTRACIÓN CARLA GARRIDO


Archivado en: Revista Hipótesis
Etiquetas: Número 11Universidad de La Lagun

Guillermina O.
Investigadora