Keep Calm, aquí controlamos las Enfermedades Tropicales

REPORTAJE – BIOMEDICINA

VISITAMOS EL INSTITUTO DONDE SE LUCHA CONTRA LAS ENFERMEDADES TROPICALES

AUTOR: JUANJO MARTÍN
ILUSTRACIÓN: CARLA GARRIDO
ANIMACIÓN: TAMO
FOTOGRAFÍA: MIGUEL VENTURA

Hace frío, por eso Basilio Valladares nos recibe pertrechado con chaqueta y bufanda. Nos da la bienvenida al instituto en una primera planta que parece muy tranquila, sin mucho movimiento. Un espejismo de lo que sucede en las plantas superiores. El director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias prefiere subir en ascensor, “así haremos una visita más cómoda, de arriba a abajo”.

Arriba, la paz y tranquilidad que se respiraba en la planta baja, se torna en movimiento. Investigadores que entran y salen de los laboratorios, unas cajas que llevan para allá, unas muestras para acá, unos reactivos para allí.

La primera parada de la visita nos lleva al laboratorio de genómica, un entorno que además pretende albergar una empresa spin-off para el diagnóstico de enfermedades de base genética. Gracias al programa de transferencia de conocimiento; “Agustín de Betancourt” del Cabildo de Tenerife, se han podido contratar a 4 investigadores que están trabajando ya para la trasferencia de esta tecnología a la sociedad.

Salimos del universo del ADN para entrar en un laboratorio contiguo que trata aspectos más cotidianos como el análisis de agua depuradas o gérmenes aerotransportados. Allí nos recibe Cristina González, la investigadora ha pasado los últimos años analizando la Calima en busca de gérmenes y patógenos que vuelan desde ríos secos africanos hasta América, haciendo escala en nuestro archipiélago. Cuando analizan la Calima, además de tierra, encuentran bacterias y hongos patógenos vegetales, algunos de ellos son los responsables de varias de nuestras alergias.

En el mismo pasillo está situado “el laboratorio de los mosquitos” como lo define Valladares. Nada más entrar nos damos cuenta que no les falta trabajo: trampas de mosquitos, cajas con reactivos, paquetes de mensajería, envases de corcho con muestras, etc. Sin duda, es el laboratorio más mediático, más aun después de que se detectaran en Fuerteventura ejemplares del temido mosquito Aedes aegypti, un bicho pequeño pero capaz de trasmitir enfermedades tan serias como el Zika o el Dengue. El gobierno de Canarias ha comenzado una guerra contra este mosquito y la base científica de esta misión está aquí, y se nota. “En este laboratorio se realizan más de 300 análisis cada semana, hay que traer las trampas, separar a los ejemplares adultos de los huevos e identificarlos a cada uno”, un trabajo que no conoce de fines de semana y días festivos.

En estos momentos, la incógnita científica está en la procedencia de los ejemplares hallados en la isla majorera, ¿de donde vinieron? una vez más la ¡genética al rescate!. A todo este arsenal científico se le unirá pronto un insectario situado en el cercano animalario de la universidad. Allí criarán mosquitos para conocer su reproducción, estirpes y mutaciones.

Salimos de zona de guerra para entrar en un lugar que está en proceso de construcción: la sala blanca del instituto. Basilio nos muestra esta sala estéril a la que aun le faltan algunos detalles.

“En este lugar se harán cultivos celulares para macrófagos o infecciones de virus. Ahora podemos entrar pero en cuanto se comience a utilizar, solo se podrá estar aquí con el gorro, bata y funda de calzado. Esta sala tiene una clasificación de bioseguridad de P2, un grado menos que la sala que tenemos en la planta superior de P3, donde se trabajan con patógenos como el VIH o la Tuberculosis”.

Disertando sobre la financiaron de la ciencia, llegamos al laboratorio de Zoonisis, esas enfermedades que pueden saltar del los animales al ser humano. Nada más cruzar la puerta vemos a la investigadora Pilar Foronda examinando el cadáver de un Erizo Moruno (Atelerix algirus). Aquí examinan a animales silvestres en busca de enfermedades que nos puedan afectar, que no son pocas: Gripe Aviar, Rabia, Ébola, Salmonelosis, Toxoplasmisis, etc.

Dejamos los animales para adentrarnos en el apasionante mundo de las amebas de vida libre. En esta nueva instalación vemos que impera la última tecnología. De entre todos los equipos Valladares nos lleva junto a uno que no destaca precisamente por su tamaño pero si por su utilidad. “Nosotros pertenecemos a la Red de Laboratorios de Alerta Biológica (ReLab), una red europea dedicada al bioterrorismo. En caso de algún tipo de ataque de este tipo, con este aparato podemos analizar sustancias como en Ántrax de forma muy rápida, tal y como hacen los grandes laboratorios mundiales” y junto a este pequeño artilugio otro que diagnostica, entre otras enfermedades, el Ébola, y todo en un mismo laboratorio.

El Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias es un centro donde se trabajan asuntos sanitarios sensibles pero ni mucho menos está todo terminado, antes de irnos Basilio Valladares nos desvela un proyecto más, “tenemos previsto ampliar el edificio sobre el parking que tenemos anexo para construir 12 laboratorios más, el instituto tiene que seguir creciendo”.

OPERACIÓN FUERTEVENTURA

A comienzos del pasado mes de diciembre se confirmaba la noticia: el mosquito Aedes aegypti llegaba a Fuerteventura. Varios ejemplares de este mosquito habían caído en las trampas preventivas que existen en todo el archipiélago. Después de confirmar la identidad del sospechoso, la celeridad era vital. En primer lugar, se realizaron análisis genéticos a los mosquitos, había que confirmar su especie y comprobar si tenían mutaciones genéticas que los hicieran resistentes a los insecticidas que existen en el mercado. De forma paralela, se pasó a la acción. La zona donde se detectaron, fue fumigada y se multiplicó el número de trampas para ejemplares adultos y puesta de huevos. Como en los casos de delincuentes peligrosos más buscados, se solicitó la colaboración ciudadana, se distribuyó por internet la foto del sospechoso junto con un correo electrónico donde podías dar avisos de su localización. Inspectores fueron casa por casa haciendo entrevistas sobre picaduras y revisando cada hogar en busca del insecto. El Aedes eegypti suele alimentarse durante el día y por el dolor que produce, su picadura no pasa desapercibida. Se examinaron espacios públicos y privados en busca de agua estancada, lugar preferido para fijar su maternidad. Este trabajo está dando ahora sus frutos, según Valladares “por ahora no solo no ha ido a más, sino que las muestras de mosquitos que están llegando hasta nosotros son negativas, no nos han llegado nuevos Aegyptis. Aunque no hay que cantar victoria, los huevos de este mosquito tienen una viabilidad de un año y medio, eso quiere decir que, si hay huevos, en cuanto tengan un poco de humedad y calor, podemos volver a tenerlos en la zona. Por eso hay que esperar un tiempo, pero por ahora son buenas noticias”.

SE BUSCA: AEDES AEGYPTI

Este mosquito es lo que los técnicos conocen como vector, no provoca la enfermedad pero la transmite. Eso quiere decir que para que este insecto pueda transmitir una patología, necesita que en ese entorno existan enfermos, el mosquito por sí solo es inofensivo. El Aedes aegypti es el responsable de la transmisión de varias enfermedades tropicales graves como el virus del dengue y de la Fiebre Amarilla, así como la fiebre de Zika la Chikunguña, y el Virus Mayaro. La distribución natural de este mosquito está situado en el cinturón tropical del planeta, aunque ya está muy asentado en la costa este de Estados Unidos y el levante de la Península Ibérica. Pero, ¿cómo podemos identificarlo? Es un insecto de hábitos diurnos, pero sin duda, su característica más llamativa son unos puntos blancos que salpican su cuerpo. Sus picaduras producen un dolor e inflamación mucho mayores que los de los mosquitos comunes. Si ves uno, intenta tomarle una foto para informar a las autoridades y luego, si puedes… ¡machácalo!.