4 de octubre de 2022 – 00:00 GMT+0000Compartir
FacebookXWhatsAppCopy Link
La desigualdad en educación es un mal ubicuo. Los sistemas educativos son una respuesta a la aspiración de una sociedad más equitativa, y socialmente justa. Por ello, se han enfrentado siempre con el problema de la desigualdad en la educación. Y lo han hecho en, al menos, tres planos: a) político; b) práctico; y c) experiencial.
En el plano político hay una evolución progresiva hacia políticas educativas más igualitarias. En su discurso hay una clara apuesta por la equidad en educación como puede observarse en las sucesivas leyes educativas de nuestro país. Podríamos decir que en el plano político hay un cierto consenso en torno a la necesidad de salvaguardar un sistema equitativo, sea cual sea la interpretación que se haga del término.
En el plano de la práctica educativa las cosas son diferentes. Aquí aparecen más matices y contradicciones que hacen más poliédrica la realidad de la equidad en la educación. Es aquí donde se hacen más evidentes las fisuras de la equidad: repeticiones de curso, abandono, inclusividad incompleta, fracaso en los aprendizajes, etc.
Y en el plano existencial, la vivencia individual de la equidad educativa es muy variopinta. No hay una clara línea de demarcación. Los éxitos y fracasos son relativos y dependen de muchos factores. En este plano las condiciones materiales y la pertenencia a una determinada clase social son determinantes.
Todas estas preocupaciones se recogen en el proyecto “Nuevas políticas educativas y su impacto en la equidad: gestión de las escuelas y desarrollo profesional docente” (NUPE). El objetivo principal de este proyecto es identificar, describir y comprender -asi como transferir a sectores de interés-, políticas y prácticas relacionadas con la promoción de la igualdad (y con la reducción de la desigualdad y discriminación) que están influenciadas por una gobernanza transnacional y, particularmente, por Organismos Internacionales (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos; Banco Mundial, UNESCO, Comisión de la Unión Europea) que intentan reforzar la eficiencia y la equidad, que a su vez son sometidas a reinterpretaciones específicas a nivel nacional, regional y local.
De ahí nuestro interés por produndizar en contextos educativos y formativos en diferentes comunidades de España (Andalucía, Canarias, Cataluña, Valencia y Madrid), para comprender fenómenos políticos que se están desarrollando a partir de políticas supranacionales (como la Unión Europea) y nacionales (Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa del 2013) y qué factores favorecen o dificultan la reducción de las desigualdades. Conocer el análisis de las políticas puestas en acción y cómo los actores sociales (directivos, profesorado, alumnado, familias, administración educativa, políticos, empresas, organizaciones sociales, sindicales) le otorgan sentido, median, las cuestionan o redefinen y, muchas veces, las marginalizan o desconocen, siempre dentro de los límites y posibilidades del marco discursivo global de actuación.
Nuestro objetivo es transferir políticas y prácticas de innovación relacionadas con la promoción de la igualdad, por lo que tiene una influencia fundamental en el impacto económico y social en las comunidades autónomas que están implicadas en este proyecto y en todo el Estado. También contribuye a generar una base de información disponible para la comunidad educativa internacional. Tanto las nuevas políticas de gestión en las escuelas, como las de formación del profesorado tienen unos efectos reales y profundos en las prácticas educativas.
Tres aspectos ocupan nuestra atención. En primer lugar el desarrollo profesional docente por su centralidad en las agendas educativas de la Comunidad Europea y los Estados Iberoamericanos a la hora de introducir políticas que mejoren la educación y los logros de los estudiantes. En segundo lugar, el liderazgo escolar, porque se sitúa como el segundo factor interno en las escuelas que más efectos tiene en los logros educativos, después del propio profesorado. Y, en tercer lugar, la autonomía y la descentralización, como un requisito necesario para conseguir una mayor eficacia y entornos competitivos.
Algunos conclusiones provisionales -pues el proyecto aún no ha terminado- señalan que mientras que la LOE se alinea mucho más con planteamientos de justicia relacionados con el modelo rawlsiano (en particular, con la idea del principio de diferencia de Rawls), la LOMCE viene a enfatizar mucho más un planteamiento meritocrático, basado en la idea de “justa igualdad de oportunidades”. Sin embargo, parte de los efectos negativos de la LOMCE se han podido evitar, en Canarias, gracias a la Ley Canaria de Educación, aprobada en el año 2014.
Por otra parte, se ha destacado también la tendencia a la restricción en la autonomía, tanto de los centros como del profesorado, con una creciente presión burocrática que ordena, uniformiza y limita el margen de decisión de centros y profesorado. Todo ello acompañado de una sensación de creciente autoritarismo, vinculado al incremento de las capacidades ejecutivas de las direcciones de los centros.
Por último, la “proletarización” progresiva del profesorado (o movimiento de “desempoderamiento”) se combina con el contexto de precariedad económica que hemos vivido y las modificaciones introducidas en los sistemas de contratación de profesorado interino, lo que ha ido confiriendo a la composición de los claustros de los centros de canarias un carácter cada vez más frágil, desigual y dependiente de la “autoridad”.
La mejora de la educación es un ámbito destacado internacionalmente como uno de los aspectos cruciales para la mejora de las sociedades por su impacto positivo en la economía y la calidad de vida en general. La preocupación del proyecto por la equidad no deja lugar a dudas de la pretensión de buscar un cambio, sirviéndonos de las prácticas educativas, para que nos acerquen a un modelo social más solidario y con mayor cohesión.
AUTORES Javier Marrero Acosta, Ana Vega Navarro, Juan José Sosa Alonso y José Diego Santos Vega
ILUSTRACIÓN CARLA GARRIDO
Archivado en: Revista HipótesisEtiquetas: Número 13, Artículo, Ciencia y Sociedad, Universidad de La Laguna
rborges@ull.edu.es