10 de mayo de 2022 – 00:00 GMT+0000Compartir
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Para entender el concepto de historia de la medicina en toda su profundidad conviene acudir a la etimología de la palabra historia. En griego clásico, historia significa investigación. Visto así, se hace patente que la historia de la medicina es la investigación, el estudio completo de la medicina. En este sentido, nunca se podrá decir que la historia de la medicina es un cementerio donde vamos a leer los epitafios, ni un museo de doctrinas del pasado. Al contrario, se trata de algo vivo, que hay que escribir, pensar y reinterpretar continuamente. Porque, este complejo sumatorio de tentativas para resolver el problema de la salud y de la enfermedad que es la medicina, no se reduce a la medicina de este momento, ni puede aplicarse solo a nuestro tiempo ni a nuestro espacio occidental, sino que es la resultante de la lucha que toda persona ha entablado, entabla y entablará contra la enfermedad, algo que trasciende el tiempo y el espacio.
La historia de la medicina es la única instancia que global y armónicamente nos permite preguntarnos, en profundidad y extensión: ¿qué es la medicina? Trata plenamente de medicina y hace medicina, quien plantea y contesta a esta pregunta. No es esta una cuestión previa a la medicina; al contrario, es eminentemente médica y se sitúa en el centro mismo de la medicina. No es solo una parte de la medicina sino su núcleo: porque la medicina es su historia.
La historia de la medicina, al estudiar la medicina en toda su complejidad, es una disciplina médica, básica y fundamental; tiene por tanto un grado máximo de troncalidad, pues, es el tronco del árbol de la medicina. Por eso, es una asignatura que debe estudiarse en el grado de medicina. En este sentido, si la comparamos con el resto de asignaturas, solo se le asemeja, en parte, la patología general. Porque, si la patología general es la ciencia de la enfermedad, la historia de la medicina es la ciencia de la medicina. Todas las disciplinas que conforman la intrincada red de la medicina miran a aspectos particulares de la medicina como fenómeno; pero sólo la historia de la medicina versa de la medicina en su conjunto.
De este modo, la historia de la medicina proyecta una nueva mirada a la ciencia médica, al ser la única asignatura general del grado frente a todas las demás, especiales y particulares. Contribuye así a contrarrestar las consecuencias negativas del desproporcionado crecimiento de las especialidades y, por tanto, a evitar la atomización, la fragmentación de la medicina. La historia de la medicina proporciona una perspectiva integradora ante la multitud de asignaturas que conforman el grado. Sin la historia de la medicina no se puede percibir adecuada y acertadamente la maravillosa realidad colectiva que es la medicina.
Finalmente, no se debe olvidar el papel clave que la historia de la medicina juega como factor humanizador de la medicina frente al riesgo de una medicina hipertecnificada y despersonalizada. Desde finales del siglo XIX está presente la idea de que la historia de la medicina puede y debe servir para hacer la medicina más humana en todos los sentidos. Durante muchos años se ha señalado que el éxito técnico y cultural de la medicina podría poner en riesgo los valores humanísticos fundamentales para la profesión médica, el arte de la medicina y la cohesión de la cultura. La visión de la historia de la medicina como fuerza humanizadora es mayor en nuestros días y se ha visto revitalizada desde los años setenta del pasado siglo como parte de una crítica cultural más amplia en relación con la deshumanización del establishment médico. Sobre todo, a raíz de que algunos promovieron la historia de la medicina como una herramienta al servicio de una concepción del médico humanista y un recurso para afrontar las desigualdades sociales en el sistema de atención médica.
AUTOR Justo Hernández
ILUSTRACIÓN CARLA GARRIDO
Archivado en: Revista HipótesisEtiquetas: Número 11, Universidad de La Laguna
Doctor por la Universitat de València con la tesis Cristobal de Vega (1510-1573) y su Liber de arte medendi (1564) 1997. Dirigida por Dr/a. José María López Piñero, Dr/a. Juan Antonio Paniagua Arellano.
Física
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