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La transición energética en Canarias, una visión general

4 de octubre de 2022 – 00:00 GMT+0000
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La creciente preocupación por el cambio climático ha propiciado y estimulado un proceso de transición energética hacia el uso masivo de energías limpias y renovables. El incremento de la concentración de CO2 en la atmósfera, primera causa del efecto invernadero, ha hecho que se planteen como prioritarios la reducción del consumo energético basado en combustibles fósiles y el desarrollo de energías no contaminantes en paralelo con la mejora de la eficiencia energética de cara a mitigar los efectos del cambio climático. Medidas que pueden contribuir también a paliar los problemas de seguridad y dependencia energética de muchos países.

En el año 2019, el Parlamento Europeo declaró la “emergencia climática”. Desde entonces, la Unión Europea ha fijado como objetivo alcanzar la neutralidad en la generación de CO2 para los estados miembros en 2050. La Comisión Europea por su parte estableció en 2018 un Reglamento de Gobernanza por el que todos los Estados miembros debían elaborar un plan nacional donde se fijarán sus objetivos de descarbonización. En el caso de España, se elaboró el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima para el período 2021-2030. Los sectores que más pueden contribuir a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero son el eléctrico y el transporte terrestre.

La transición energética implica profundos cambios en los modos de producción y consumo de energía, así como importantes inversiones en infraestructuras. Implica asimismo un reordenamiento sociopolítico e institucional en el sentido más amplio. 

La agenda política, el marco institucional y los factores específicos de cada país determinan la gobernanza energética, entendida esta como el proceso a través del cual los países dirigen el desarrollo de su sector energético para garantizar que se alcancen los objetivos socioeconómicos propuestos. Este concepto enfatiza el papel de los procesos de formulación e implementación de políticas que rigen el sector energético y reconoce la importancia de los diferentes agentes e instituciones, tanto públicos como privados involucrados. En la actualidad, el proceso de transición energética está auspiciado y diseñado desde arriba por entidades internacionales, gobiernos nacionales y demás niveles de la administración. Por lo tanto, se trata de un proceso tutelado externamente y forzado por las circunstancias. 

En Canarias el desarrollo de energías renovables puede ser una alternativa a los modelos convencionales basados en combustibles fósiles, desde el punto de vista socioeconómico y ambiental. Sin embargo, su carácter interrumpible e irregular condicionan su tasa de penetración en sistemas aislados como los del archipiélago. El archipiélago canario es uno de los territorios españoles donde las actuaciones en materia de transición energética pueden tener un mayor impacto ya que las características de su modelo energético suponen elevados costes para las empresas y la ciudadanía. El transporte terrestre es el sector de mayor impacto en Canarias, suponiendo un 33.7% de la demanda de energía final y un 45.8% de las emisiones de efecto invernadero. La Estrategia Canaria de Acción Climática es la respuesta para alcanzar la neutralidad y la resiliencia climática en Canarias en consonancia con las políticas marcadas por la Unión Europea y España, pero adelantándose en 10 años al objetivo marcado para el conjunto de Europa y España.

«La electrificación de la economía es fundamental y tiene se tiene que conseguir a través de sistemas eléctricos insulares más limpios que emitan menos CO2, junto con la implantación progresiva del vehículo eléctrico»

En el terreno energético el Plan de Transición Energética de Canarias contiene el conjunto de acciones dirigidas a la consecución en plazo, de los objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Estas acciones son el desarrollo de las directrices que, al efecto, haya establecido la Estrategia Canaria de Acción Climática. La electrificación de la economía es fundamental y tiene se tiene que conseguir a través de sistemas eléctricos insulares más limpios que emitan menos CO2, junto con la implantación progresiva del vehículo eléctrico. Para ello se necesita una mayor penetración de las energías renovables acompañada de sistemas de almacenamiento energético. 

Sin embargo, existen una serie de consideraciones previas, a tener en cuenta de cara al cumplimiento de estos objetivos, en los plazos requeridos. Son varias las cuestiones relevantes para lograr el cumplimiento de los objetivos de la transición energética en las islas. Está la cuestión de hasta qué punto son realistas los objetivos de descarbonización en sistemas aislados, tan dependientes de las energías fósiles en la actualidad como es el caso canario. O la relativa a si la gobernanza energética debe entenderse como un proceso diseñado de arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba y por tanto con la participación de todos los agentes implicados. Surgen así preguntas inmediatas ¿Es posible cambiar los comportamientos de los consumidores en este proceso? ¿Cuál es el papel del mercado y hasta donde llega la intervención pública? ¿Cuál es el papel de las energías convencionales como el gas natural en el proceso de transición ¿Cuáles son las fuentes de financiación para transformar el sistema productivo? ¿Son importantes las trabas burocráticas y administrativas?

Desde nuestro punto de vista y, a la vista de que en etapas históricas anteriores, las transiciones energéticas tuvieron lugar de manera natural con la evolución tecnológica, y teniendo en cuenta las experiencias en diferentes contextos geográficos, la gobernanza del sector energético debe ser menos jerárquica (lógica de gobierno), por la vía de dar más peso a los mecanismos de mercado (lógica de mercado) y otorgando un rol central a los consumidores, gobiernos locales y ONG (lógica de la sociedad civil). 

AUTOR Javier Ramos Real

ILUSTRACIÓN CARLA GARRIDO


Archivado en: Revista Hipótesis
Etiquetas: Número 12, Artículo,  Universidad de La Laguna

Doctor por la Universidad de La Laguna con la tesis Economías de integración y productividad en el sector eléctrico español en el periodo 1983-1996. Un enfoque multiproductivo 2000. Dirigida por Dr/a. Sergio Jara-Díaz, Dr/a. Eduardo Martínez Budría.