Skip to main content

Las empresas de transporte marítimo se interesan por la contaminación acústica

13 de noviembre de 2024

 

 

La contaminación acústica marina, junto a otras presiones sobre la biodiversidad marina como la sobreexplotación pesquera o la contaminación química,  afecta a los animales marinos en muchos aspectos tanto para alimentarse como para reproducirse o socializar debido a que nosotros, los seres humanos, no lo estamos poniendo del todo fácil a los animales marítimos, ya que el ruido de las actividades humanas en el mar influye negativamente en la fauna marina. Esto ha llegado a llamar la atención de diversas empresas y compañías las cuales quieren mitigar y acabar con este problema que provoca la contaminación acústica marina sobre el entorno marino.

Cuando escuchamos sobre la contaminación en los océanos y aguas del planeta, llegamos a pensar en la contaminación por residuos, plásticos, basura y objetos que en general no se descomponen fácilmente, si bien estos son los casos más comunes y que más daños hacen, existe otro tipo de contaminación que pasa desapercibida del ojo público, la contaminación acústica marina. Este tipo de contaminación es producida por la actividad humana que se realiza en los mares, el transporte en barcos y las embarcaciones de recreo como lanchas o motos acuáticas emiten un ruido que afecta a las especies marinas que habitan en sus alrededores y su investigación es mucho más interesante de lo que podríamos pensar.

Para introducirnos en el tema, debemos conocer las propiedades del sonido, y para ello tuvimos que entrevistarnos con el Profesor de la Universidad de la Laguna especializado en Bioacústica física, Fernando Luis Rosa González. 

El sonido es capaz de viajar en el aire a unos 340 m/s o 1224 Km/h; sin embargo, en el agua, el sonido es capaz de viajar  una sorprendente velocidad de 1500 m/s o de 5400 Km/h, sin duda, son cifras impresionantes e incluso en objetos sólidos el sonido es capaz de viajar a mayor velocidad. La razón por la cuál ocurre esto es la disposición de los átomos en los gases y en los líquidos, los átomos en los líquidos y en los sólidos se encuentran más cercanos entre sí, esto le proporciona mayor rigidez que permite que el sonido viaja más rápido y recorra una mayor distancia. También se debe mencionar que en el agua y en los medios sólidos es más difícil crear sonido, un mismo ruido en el aire no suena igual de fuerte que en el agua y para crearlo hace falta más energía pero se transmitirá a mayor velocidad y mayor distancia que en el agua.

El ruido provocado por los motores de los barcos, cruceros y/o ferrys, entre otros, puede provocar la desorientación de los peces, los cuales usan el sonido tanto para comunicarse entre ellos como para detectar a sus presas. Ese sonido que emiten los barcos, por ejemplo, provoca que las especies marinas tengan que competir con dichos sonidos y aumentar su frecuencia para poder luchar contra estos sonidos. Todo esto provoca que, en zonas con gran paso de buques, el número de peces disminuye ya que es una zona en la cuál sufren mucho estrés por el sonido y no pueden desarrollar las funciones de los seres vivos del todo bien. 

En Canarias hace varios años ocurrió un episodio que tuvo que ver con el uso de sonares militares en aguas de Canarias. Buques militares usaron durante sus maniobras sonares que son aparatos que emiten ruido para ecolocalizar objetos cercanos como otros barcos, estos sonares emitieron un sonido muy insoportable para una especie de cetáceos que allí habita. Estos seres marinos por el estrés que se les impuso subieron a la superficie desde una gran profundidad y a gran velocidad provocando una descompresión interna de los gases matándolos por síndrome de descompresión.

En el archipiélago canario, a pesar del gran tránsito de barcos, la gran profundidad del océano permite la circulación del sonido en un espacio más amplio, no afectando demasiado a las especies que allí habitan a menos que estas se acerquen mucho a los barcos.  Generalmente, los peces al verse afectados por un ruido molesto se alejan de él por lo qué este no es un  problema tan grave como uno podría pensar interiormente pero que aún así sigue siendo un problema el cual hay que eliminar.

La investigación del sonido en los fondos marinos es una de las más complicadas por el medio en el que se realizan, los instrumentos de medición tienen que soportar la salinidad del agua, los golpes y pueden ser víctimas de extravío en el fondo marino. El clima de la zona en la que se realizan las mediciones debe permanecer en ciertas condiciones que permitan tanto la colocación como la recuperación de los instrumentos como los hidrófonos que graban el sonido o planeadores que son vehículos que transportan los hidrófonos por el agua planeando y realizando un trayecto en forma de S.

Existe mucho interés de parte de los gobiernos y de las empresas para la investigación de este fenómeno. Desde 2005 se están realizando mediciones del sonido en las aguas de Canarias, proyectos como CanBio o Buoypam, este último organizado por el propio Fernando Rosa, se proponen la investigación del ruido submarino en Canarias, no solo investigan el sonido externo hecho por los humanos sinó que también graban los fondos marinos de las aguas de las Zonas de Especial protección aprendiendo mucho sobre cómo suena la naturaleza marina y se tiene todavía mucha más tela que cortar. Dentro de la colaboración con estos proyectos se encuentra el interés de empresas como Loro Parque que a través de su fundación invierte estas investigaciones con interés en el bienestar animal, empresas navieras como Fred Olsen O Nisa Marítima apoyan y se interesan por esta investigación y expresan  preocupación ante este problema queriendo que no escale hacia mayores consecuencias.

Autores: Frank Arley Viamonte Rodríguez, Sergio Negrín Borrás , Daner Martínez González.


Archivado en: Revista Hipótesis
Etiquetas: Número 17, Artículo