martes 2 de agosto de 2021 – 00:00 GMT+0000
Desde hace años es bien conocido el papel de los animales como reservorios de patógenos que pueden afectar a humanos, patógenos a los que se les denomina zoonóticos. En el caso de los roedores, estos se relacionan con más de 60 patógenos zoonóticos, algunos de ellos de gran relevancia como es la bacteria Yersinia pestis, el agente responsable de la peste bubónica.
En las Islas Canarias, localizadas frente al margen noroccidental de la costa de África (Figura 1), habitan varias especies de roedores introducidas, como son la rata negra, la rata gris y el ratón doméstico con una amplia distribución en el archipiélago. Estos animales son portadores de algunos patógenos, bacterias de los géneros Leptospira y Bartonella, que pueden ser transmitidas a humanos a través de la ingestión de agua o alimentos contaminados, a través de heridas en la piel (leptospiras) o por la picadura de pulgas (Bartonella). Estas bacterias causan diversas patologías. Así, la leptospirosis se manifiesta como una simple gripe, aunque se puede complicar y desarrollar la forma severa de la enfermedad, conocida como la enfermedad de Weil, con síntomas como la ictericia, fallo renal agudo, miocarditis y meningoencefalitis. Las Bartonella pueden causar patologías que van desde dolores musculares y fatiga hasta complicaciones serias como endocarditis y trastornos neurológicos.
Entre los parásitos de tipo helminto o “gusano”, es relevante la presencia del parásito del pulmón de la rata, Angiostrongylus cantonensis. Este parásito, considerado de distribución tropical, se encuentra en expansión a nivel mundial. Su relevancia médica radica en que es capaz de causar meningitis en humanos, tras haber consumido sus larvas infectivas, presentes en caracoles, babosas o en vegetales crudos. Otros gusanos muy extendidos en el archipiélago son las “tenias”, causantes de trastornos gastrointestinales que pueden ser transmitidos a través de alimentos o agua contaminados con las heces de los roedores.
En un estudio realizado por nuestro equipo de investigación en el marco del proyecto PAREINS (ref. ProID2017010092) desde 2016 hasta 2020 en las islas de La Palma, El Hierro, Tenerife y Lanzarote, se capturaron roedores (Figura 2) en los que se estudió la presencia de patógenos. Los resultados mostraron una gran variedad de parásitos del tipo helminto (gusanos), entre la que destacan algunas especies de interés sanitario, tanto en el grupo de las “tenias” (Hymenolepis diminuta) en Tenerife y en La Palma, como entre los acantocéfalos o “gusanos redondos con trompa con ganchos” (Moniliformis moniliformis) en Tenerife y El Hierro, causantes de patologías gastrointestinales. Por otro lado, se investigó en los mismos roedores la presencia de especies de Leptospira patógenas. Mediante técnicas moleculares se detectó la presencia de dos con relevancia sanitaria, Leptospira interrogans y Leptospira borgpetersenii, relacionadas con casos de leptospirosis severa, o enfermedad de Weil. Los resultados de este estudio confirmaron la especificidad de las especies de bacteria por su hospedador, apareciendo la primera solamente en ratas y la segunda tan sólo en ratones.
También se encontraron leptospiras en roedores de Tenerife en las ciudades de Santa Cruz y La Laguna, además de en otros núcleos poblacionales importantes en la isla, como es La Orotava. Se trata de un hallazgo de gran importancia sanitaria, ya que en estas zonas urbanas es donde se concentra la mayor parte de la población, lo que implica un mayor riesgo de transmisión a humanos. Otro hallazgo relevante fue la detección de leptospiras en la isla de La Palma, de donde no se tenían evidencias; concretamente en animales capturados cerca de viviendas en zonas rurales, lo que viene a confirmar la amplia distribución de estas bacterias en Canarias.
El conocimiento de las especies de patógenos presentes en la fauna silvestre es de gran importancia para la salud pública y veterinaria. En el caso de Canarias, como en otras muchas zonas se constata que una amplia variedad y distribución de patógenos zoonóticos en roedores, que pueden ser transmitidos por diversas vías, y que deben ser considerados por los analistas clínicos y veterinarios en los diagnósticos de patógenos.Compartir
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AUTOR PILAR FORONDA
ILUSTRACIÓN CARLA GARRIDO
Archivado en: Revista HipótesisEtiquetas:Número 9 Artículo, Universidad de La Laguna
Investigadora del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias
Obstetricia y Ginecología, Pediatría, Medicina Preventiva y Salud Pública, Toxicología, Medicina Legal y Forense y Parasitología
pforonda@ull.es