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Fernández Prieto alerta de los peligros medioambientales y sociales de los modelos basados en el monocultivo agrícola

viernes 20 de julio de 2007 - 00:00 GMT+0000

«Los modelos basados en el monocultivo agrícola pueden generar daños medioambientales como la erosión, el agotamiento de la capacidad productiva o el abandono de las tierras, así como costes sociales importantes, como el incremento del desempleo y el consecuente estancamiento económico, tal y como ha ocurrido en Cuba explicó la doctora en Historia e investigadora de la Academia de Ciencias de Cuba, Leida Fernández Prieto en el marco de los cursos de Verano de la Universidad Ambiental de La Palma.

En su ponencia, en la que analizó el trasvase de modelos agrícolas entre Canarias y América en los siglos XIX y XX valoró los efectos positivos y negativos que el monocultivo del tabaco o la caña de azúcar han generado en la economía cubana, fundamentalmente tras la crisis de comercialización experimentada y la incapacidad de los productores para afrontar los nuevos tiempos y demandas del mercado.
El problema aseguró Fernández Prieto es que los cubanos no hemos sabido adaptar nuestro modelo agrícola de producción y exportación generando industrias transformadoras ni de potenciar modelos de desarrollo alternativos a la agricultura, capaces de garantizar la estabilidad de nuestra economía.

Durante su intervención, la historiadora analizó las estrechas relaciones que han mantenido Canarias y Cuba y las consecuencias socioeconómicas y estructurales derivadas de los procesos migratorios a destinos como Santo Domingo o Puerto Rico donde los canarios, al igual que ocurrió en Cuba y otros países del entorno sentaron las bases de los actuales modelos agrícolas.

Fernández Prieto destacó la importancia que cultivos como la caña de azúcar, el plátano, la piña o el tabaco han tenido tanto en la economía canaria como cubana e hizo especial alusión a los efectos del denominado imperialismo ecológico que la importación de plantas y animales ha generado en ambos ecosistemas.
La investigadora calificó el tabaco como un cultivo de doble vertiente que, a medida que contribuía al despoblamiento de Canarias, donde la población emigraba en busca de nuevas oportunidades, fomentaba la repoblación y el desarrollo de Cuba, donde llegó a convertirse en unos de los principales motores del sector agrario.

Asimismo, aclaró que productos como el ñame, la batata o la malanga, esenciales en la alimentación cubana, lejos de lo que tradicionalmente se piensa, no fueron traídos desde Latinoamérica a Canarias sino llevados por los canarios que viajaron al continente americano.

Destacada investigadora

Leida Fernández es investigadora del departamento de I+D del Museo Nacional de Historia de las Ciencias Carlos J. Finlay, miembro de la Academia de Ciencias de Cuba e Investigadora del Instituto de Historia (CSIC), del Tribunal de Grados Científicos en Cuba y de diversos Comités Científicos cubanos e internacionales, así como de la Junta Directiva de la Sociedad Cubana de Historia de la Ciencia y la Tecnología.

Es autora diversas monografías, capítulos de libros y artículos de investigación en revistas especializadas, firmados tanto de forma individual como colectiva, de la colaboración científica con otros investigadores sobre los temas esenciales de especialización. Ha organizado y participado en numerosos eventos científicos internacionales con más de 60 ponencias.

En la actualidad, combina la docencia con el estudio de la historia social de la ciencia e historia agraria de los siglos XVIII-XX y, en concreto, sobre los procesos de modernización, pensamiento, institucionalización agrícola, campesinado y otros grupos socioeconómicos vinculados a la agricultura, así como las relaciones científicas entre Cuba y España.


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