La producción de carne de cordero tiene una importancia cada vez mayor, y debido a este interés, el departamento de Ingeniería, Producción y Economía Agraria de la Universidad de La Laguna ha firmado un convenio con la Asociación de la Raza Ovina de Pelo (OVICAN) para desarrollar un estudio sobre el desarrollo del esquema de selección y libro genealógico de esta especie.
Según los investigadores Luis Bermejo y ángeles Camacho, «la raza ovina canaria cuenta con un gran potencial debido a que su adaptación a las condiciones climáticas y agronómicas del archipiélago es excelente. Además reúne tres cualidades muy valoradas: la rusticidad; bajo costo y productividad aceptable».
El estudio tiene dos partes. En una primera se va a trabajar en la valoración morfológica e inscripción de los animales ganaderos de OVICAN en el libro genealógico, basado en un registro en el que se inscriben aquellos que cumplen el patrón morfológico de la raza, y que es imprescindible en todas las razas reconocidas.
Una segunda parte del proyecto consiste en la elaboración del esquema de selección. De las hembras ya valoradas y registradas, se trabajará con un total de 1.500, elegidas por productividad y morfología para a partir de éstas mejorar la obtención de carne, el número de crías por parto y el incremento de la producción láctea. Y con respecto a los corderos, lo que se busca es mayor velocidad de crecimiento y mejor calidad de canal y carne.
La valoración genética permite ver, a través de la descendencia, si los buenos caracteres de los padres pasan a las crías y poder así crear un núcleo de «animales mejorantes» que transmitan genéticamente las cualidades que hay que mejorar.
El ganado ovino, como especie productora de piel y leche, convivía con los aborígenes canarios cuando los españoles iniciaron la conquista de las islas, según recogen diferentes historiadores. Sin embargo, cuando en el siglo XV concluye la conquista de Canarias y se descubre América la colonización de las islas trae consigo la entrada de ovino de lana que comienza a cruzarse con el substrato de pelo existente. El propósito de los cruces entre el ovino de lana y peninsular se encontraba en la obtención de materia prima para confeccionar tejidos y en la producción de leche para los quesos de cabra, circunstancia que provocaba que la lana fuera sustituyendo al pelo y que el ovino aborigen de pelo despareciera.
Ahora bien, el ovino de pelo ha vuelto a hacer acto de presencia en las islas a través de la introducción de este tipo de ganado desde Venezuela aunque los procesos genéticos han hecho que los animales actuales no coincidan con los que salieron de Canarias en 1493. Sin embargo y a través de diferentes propuestas se ha aceptado reconocer este ganado como raza autóctona de Canarias.
Desde su aparición de nuevo en las islas, el ovino de pelo transforma en abono orgánico de calidad los restos vegetales del cultivo de la platanera, además de proporcionar carne de excelente calidad. «El que no se tenga que esquilar, su gran rusticidad y la adaptación a las altas temperaturas, fueron los aspectos que determinaron que los agricultores se fijaran en este ganado», comenta Camacho. El interés por el ovino se centró en producir estiércol pero con los años la producción de carne ha alcanzado cotas muy altas de consumo y se presenta como una alternativa económica.