La Facultad de Química acogió hoy viernes 29 de enero la celebración de las II Jornadas de Prácticas Externas de la Universidad de La Laguna, una iniciativa organizada por el Vicerrectorado de Ordenación Académica destinada a informar acerca de la importancia cada vez más creciente de este tipo de formación en el contexto de la convergencia europea. La conferencia inaugural estuvo a cargo del director general de Universidades del Gobierno de Canarias, Juan José Martínez, quien no dudó en resaltar el papel crucial que juega esta formación aplicada en el mundo de la empresa o de las instituciones y el beneficio que reporta tanto para los alumnos como para la propia universidad.
Juan José Martínez declaró que los trabajadores del futuro deben tener una vida profesional "promiscua", es decir, que el cambio de vida profesional ha de convertirse en algo relativamente habitual durante toda su trayectoria laboral, muchas veces derivado de los cambios tecnológicos, lo que supondrá una mayor necesidad de desarrollar nuevas competencias. "Es importante establecer alianzas e interacciones tanto a nivel personal como profesional", añadió, "así el trabajo en red se convierte en un elemento fundamental".
El director general hizo hincapié en la idoneidad de disponer de un catálogo de buenas prácticas, y de incorporar a las pymes, los principales empleadores en muchos casos. También lo es el espíritu de innovación o emprendedor, "algo que no se aprende con una lección magistral, sino enfrentándose a problemas reales, o emulando situaciones complejas que se dan en todas las empresas". Hay que entender que el emprendedor debe ser un líder, apuntó.
Las prácticas externas deben parecerse lo más posible a la vida real, para que los estudiantes aprendan a trabajar en entornos multidisciplinares, por eso resulta crucial la formación a lo largo de toda la vida que deben procurar las universidades. "Hay formación práctica como la de los maestros o los médicos que ya forman parte de la cultura universitaria, por lo que no estamos hablando de un entorno completamente nuevo o ajeno a la universidad".
El responsable político se preguntó si esta formación redunda en ser mejor profesional, a lo que se respondió afirmativamente sin ningún género de duda, entre otras razones porque ayuda a responder a la demanda de los empleadores.
De hecho, a su juicio, el gran salto que ha dado la Formación Profesional ha venido dado de las prácticas en empresas. Se trata de una cuestión claramente facilitadora de un primer empleo, ya que el alumno se forma en capacidad de análisis, toma de decisiones y habilidades directivas. Además, añadió, esta formación puede incluso reorientar el curriculum del estudiante, tras haber tenido un contacto real con el mundo laboral. "El contacto con situaciones inciertas constituye un elemento clave, y para los empleadores, supone un valor añadido a la hora de la contratación, no en vano más del 70% de los empleos se genera a través de los contactos o redes sociales".
Otra virtualidad es que el estudiante tiene también la oportunidad de contrastar sus conocimientos y, a su vez, a los empleadores les facilita la captación de personal, porque en buena medida elimina la incertidumbre a la hora de contratar, las personas contratadas conocen de antemano la cultura de la empresa y se gana así mucho tiempo.
Para la universidad, estas prácticas no sólo contribuyen al desarrollo de uno de sus fines, sino que puede haber una retroalimentación a la hora de identificar competencias y conocimientos requeridos por la empresa, al tiempo que sirven también para detectar nuevos espacios de colaboración.
Más reconocimiento con el EEES
Con la adaptación de las titulaciones al Espacio Europeo de Educación Superior, las prácticas externas cobran un reconocimiento pleno en los currículos, y dejan de ser por tanto una mera formación de carácter optativo, como venía sucediendo hasta ahora. Además, se incorporan en los diseñados de los sistemas de garantías de calidad, verificados por la ANECA, por lo que no sólo tienen efectos académicos plenos, sino que se convierten en un elemento de evaluación de las cotas de calidad de una titulación.
Sobre el tan mentado riesgo de mercantilización de la formación universitaria que propugna la llegada del nuevo modelo, el director general de Universidades sostuvo que parece improbable, dado que el coste para una empresa de formar a un alumno y tenerlo medianamente operativo para asumir tareas profesionales puede ser de un mínimo de seis meses, por lo que no resulta viable un aprovechamiento económico por parte de la empresa de este tipo de formación. Por el mismo motivo, ningún programa de prácticas europeo incorpora sueldo entendido como tal, pero sí ayudas al transporte y manutención.
Compromiso institucional
Por su parte, el rector de la Universidad de La Laguna, Eduardo Doménech, señaló al comienzo de la sesión que de todos es sabido que hasta no hace demasiado tiempo, las prácticas externas eran una cuestión que competía a la voluntad de cada facultad o escuela que, en función de sus contactos con entidades del sector, contaba con un cierto número de acuerdos.
"La reforma educativa en la que estamos inmersos propone un nuevo modelo, auspiciado desde la institución, que ha de hacerse responsable de la formación práctica en empresas e instituciones de sus alumnos. Es por tanto una obligación de todas las titulaciones contar con al menos un porcentaje del total de créditos de cada plan de estudios dedicado a esta materia, así que la celebración de estas jornadas no puede ser más oportuna", afirmó.
Se trata, en su opinión, de una cuestión clave, "que a buen seguro va a revelar muchos aspectos de la relación entre universidad y empresa que hasta ahora nos resultan ajenas o desconocidos, y constituye sin duda una buena oportunidad para que las empresas conozcan de primera mano la formación universitaria y la propia universidad tenga constancia de las demandas formativas de las empresas".
Doménech indicó que en breve la estructura del gobierno universitario de la ULL contará con un director que se ocupará de prácticas externas y empleabilidad y que dependerá del Vicerrectorado de Ordenación Académica, con lo que la institución se dedicará más intensamente a esta tarea, concluyó.
"Las prácticas externas son un ejemplo de la propia identidad de las universidades y de su relación con la sociedad de su entorno, de ahí la gran diferencia de modelos en toda Europa", dijo al comienzo de su intervención. En su opinión, la economía europea nunca podrá competir vía costes, por lo que tendrá que hacerlo a través de la generación de conocimiento. En este ámbito, la adquisición de competencias se torna fundamental, agregó, y buena parte de estas competencias vienen dadas por las prácticas externas de los estudiantes en su etapa formativa.
