El próximo jueves 14 de mayo, el alumnado, PDI y PAS de la ULL estamos llamados nuevamente a las urnas para elegir al equipo que gestionará nuestra Universidad en los próximos cuatro años. Los resultados de la primera vuelta, celebrada el pasado 29 de abril, han expresado un deseo inequívoco de cambio, al apoyar mayoritariamente nuestra propuesta de futuro. Es una muestra de la voluntad de recuperar la ilusión colectiva, durante largo tiempo perdida, por parte de nuestra comunidad universitaria. Ello nos coloca ante la perspectiva de una gran oportunidad, ya que estamos ante las que probablemente sean las elecciones más trascendentes de nuestra historia reciente. Y ello es así, en la medida que nos hallamos ante un nuevo contexto, un nuevo tiempo, tanto en nuestra sociedad como en nuestra Universidad.
Aspectos como el ataque frontal al sistema público universitario, que se viene registrando en nuestro país desde hace algunos años, junto con la asfixia financiera a la que nuestra universidad está siendo sometida por parte del Gobierno de Canarias, nos colocan ante una situación de extrema gravedad. Ello se desarrolla de manera paralela a la obligación insoslayable de adaptarnos a la dinámica de cambio profundo que se vive en el contexto educativo en general y en la educación superior en particular.
En nuestra universidad, en época más reciente se han tomado decisiones que han provocado un estrés institucional que en poco o en nada han ayudado a realizar estas imprescindibles adaptaciones. Aspectos como la imposición de un modelo uniforme de fusiones de centros y departamentos; la aprobación de una normativa rígida sobre permanencia y evaluación del alumnado; la instauración de procesos largos y tediosos en la programación docente y la inexistencia de criterios claros y transparentes en la ordenación académica y de profesorado, son sólo algunos ejemplos de la ausencia de rumbo institucional congruente en la que hemos vivido. Todo ello ha provocado en el conjunto de la comunidad universitaria una profunda sensación, fácilmente perceptible, de desasosiego, insatisfacción, desmotivación, falta de identificación institucional y conflictividad.
Como he venido comentado a lo largo de la campaña, es esta situación la que nos ha llevado a un amplio grupo de mujeres y hombres, de diferentes orígenes y tradiciones académicas, a promover esta candidatura, con objeto de facilitar un cambio de rumbo que supere el inmovilismo, que actúe en el corto y medio plazo, y que tenga un horizonte estratégico de 15 o 20 años. Representamos un amplio espectro de adscripciones e ideas, incluyendo universitarias y universitarios de diferentes grupos claustrales, y contamos con el apoyo de personas que han sido participantes en diferentes equipos de gobierno de la ULL, en el pasado y en el presente. Para todo ello, hemos diseñado un ambicioso programa de gestión, accesible en nuestra web (www.amartinonrector.es). Dicho programa se asienta en el diálogo y la transparencia como principios básicos de acción.
En él se recogen medidas para posibilitar que el profesorado universitario desarrolle armoniosamente la docencia y la investigación de calidad, dependiendo de sus capacidades personales y de su ciclo de vida académica. Se apuesta por generar un ambiente propicio, con incentivos adecuados para una investigación de relevancia y la adecuada proyección internacional, así como afrontar los grandes retos que se plantean en el ámbito de la docencia (acreditación de las titulaciones, potenciación de la formación de posgrado y doctorado), y abordar las reformas necesarias para mejorar aspectos como la normativa de trabajos fin de grado y master, la racionalización de las prácticas de empresa, la revisión de las materias básicas de rama, etc.
Realizamos además una apuesta clara en dos áreas claves: la internacionalización y las relaciones con la sociedad. Por un lado se trata de mejorar la visibilidad, reconocimiento y posicionamiento internacional de la ULL, de cara a atraer el talento y de convertir la movilidad internacional en un elemento básico en la carrera profesional tanto del PDI como del PAS.
En lo que a las relaciones con la sociedad se refiere, apostamos por intensificar los vínculos con el mundo social y económico. Para ello, exploraremos de manera efectiva fórmulas de mecenazgo, e intensificaremos y facilitaremos la colaboración con las empresas, mejorando la eficacia y la coordinación de los servicios de empleabilidad y dotando de mayor conexión con el entorno a las actividades culturales y de extensión universitaria.
Estamos convencidos de que las seis mujeres y cuatro hombres que constituiremos el Consejo de Dirección de la ULL, en el caso de que la comunidad universitaria nos dé su apoyo el próximo jueves, conforman, como puedes comprobar en nuestra web, el equipo ideal para afrontar estos retos. Sabemos la responsabilidad que asumimos y queremos participar de manera decidida en la construcción de una Universidad con la que nos identifiquemos y de la que nos podamos sentir orgullosos todos y todas.
El pasado 29 de abril, la comunidad universitaria de la ULL optó claramente por el cambio frente a la continuidad. El próximo jueves estamos llamados nuevamente a las urnas para refrendarlo. Te invitamos a que te sumes a esta opción integradora de personas de diferentes criterios y tradiciones académicas unidas en torno a la convicción de que es imprescindible un cambio profundo en nuestra institución con un objetivo apasionante: recuperar la ilusión de trabajar y estudiar en la Universidad de La Laguna.