La décimo cuarta promoción del Programa Universidad para Mayores celebró recientemente su acto de graduación, presidido por primera vez por Antonio Martinón como rector de la Universidad de La Laguna. Esta iniciativa, que depende del Vicerrectorado de Relaciones con la Sociedad, está pensada para personas con más de cincuenta años que quieran renovar sus conocimientos o, en el caso de que nunca hayan acudido a la universidad, realizar un programa de tres años, de carácter interdisciplinar, que les permita abarcar las distintas ramas del saber y obtener una visión amplia y versátil sobre multitud de aspectos relacionados con la ciencia, la literatura, el arte, la geografía, la lengua o la informática, por ejemplo.
Uno de los elementos clave de este programa es la reincidencia de los alumnos, de tal forma que muchos de ellos, una vez han finalizado los tres años, vuelven a matricularse en el programa, bien para repetir aquellas materias que más les han gustado, bien para probar con otras que no habían cursado con anterioridad.
Este programa constituye una de las apuestas del centro académico para formar a lo largo de la vida y a públicos diversos, cuestión que ya hoy es ampliamente reconocida por las universidades, quienes están dedicando esfuerzos para ampliar su radio de acción a otros colectivos con intereses variados. El propio rector enfatizó que ese es uno de los retos de la institución universitaria, la formación permanente, incluso para aquellas personas que ya han titulado, pero que, lógicamente, en un mercado de trabajo tan cambiante y diverso, han de continuar formándose durante toda su trayectoria profesional.
En esa idea abundó el director académico del programa, José Arnay, para quien esta iniciativa se ha convertido en “la conciencia crítica de que la universidad debe estar al servicio de quienes en cualquier momento de la vida necesitan, quieren o desean tener acceso al conocimiento, no a un título oficial profesionalizador, sino al conocimiento y la cultura en estado puro”.
El rector recalcó la necesidad de que el programa sea más conocido entre el sector de la población al que va destinado y que se trata de una acción de sumo valor, que no solo provee de bienestar al colectivo de personas que se matriculan cada año, sino que además supone contar en las aulas de la universidad con alumnos de mucha experiencia vital, y que ese potencial debe por tanto de aprovecharse.
Arnay apuntó asimismo que la universidad para mayores es una oferta formativa específica y diferenciada del resto de propuestas de formación que se llevan a cabo en las universidades, pero que debe tener el correspondiente reconocimiento institucional y que su alumnado ha de estar reconocido a través de los créditos realizados y mediante el correspondiente diploma. Solicitó igualmente la participación de estos estudiantes en el Claustro universitario, al tiempo que precisó la necesidad de hacer más visible esta oferta académica.