Miguel Ángel Ballesteros Martín, director del Instituto Español de Estudios Estratégicos, considera que la Unión Europea debe colaborar en el desarrollo de África para evitar posibles conflictos derivados de flujos migratorios masivos o ataques terroristas, entre otros. El especialista cree, además, que las instituciones europeas deben centrarse especialmente en el área de El Sahel, ya que hasta la fecha los esfuerzos se han focalizado únicamente en el área mediterránea.
Ballesteros Martín ha reflexionado hoy, jueves 31 de marzo, sobre el valor estratégico de las Islas Canarias en una conferencia celebrada en la Facultad de Economía, Empresa y Turismo que ha sido organizada por el Vicerrectorado de Relaciones con la Sociedad. En la inauguración estuvieron presentes el vicerrector anfitrión, Francisco García, y José Alberto Ruiz de Oña, codirector de la Cátedra Cultural General Gutiérrez de la ULL y director del Centro de Historia y Cultura Militar de Canarias.
El ponente reflexionó que la seguridad es un factor clave para el desarrollo económico. Añadió que la situación en ciertos países africanos es muy inestable. Así, el área de Mali, Mauritania, Marruecos, Túnez, Níger y Mauritania ha pasado de sufrir 21 atentados terroristas en 2001 a más de 250 en la actualidad.
Fruto de la inestabilidad y la débil economía, se produce la emigración. En 2006 entraron a Canarias a 31.000 personas, lo cual parecía masivo en su momento, pero se queda en nada si se compara con las cifras actuales registradas, por ejemplo, en Lampedusa. “Mientras no se resuelva el problema en origen, no se frenará la inmigración”.
“Lo que puede hacer la UE”, señaló Ballesteros, “es ayudar a crear infraestructuras: no hay carretera a Tombuctú (Mali). ¿Cómo se va a desarrollar una zona si no hay vías para llevarle materias primas? Europa ya se está convenciendo de que hay que inyectar dinero a esas zonas y la plataforma ideal es Canarias, porque es el territorio europeo más cercano. Es una oportunidad, un potencial de desarrollo para el archipiélago canario”.
Geopolítica y desarrollo
El ponente comenzó su conferencia definiendo qué es una región geopolítica. En un mundo globalizado, el concepto de estado nación clásico se queda pequeño, por lo que no se pueden analizar los intereses de España sin tener en cuenta todo lo que ocurre en el mundo. En el caso de Canarias, sostiene que sería un error considerarla solamente perteneciente a la región geográfica de la Macaronesia. “Hay que atender también a sus situaciones económicas y políticas, por lo que es pertinente incluirla en la región geopolítica atlántica, al pertenecer a la OTAN y al entrar en el tratado de Washington. También a la de la Unión Europa e, incluso, a la mediterránea, dado que lo que está sucediendo en esa zona, como la inestabilidad en Libia, afecta a los intereses españoles y, por tanto, a los canarios”.
El ponente recordó las condiciones que, según el teórico Alfred Mahan, debía tener una región para poseer «poder marítimo»: no se refería a lo militar, sino a la capacidad para basar su economía en el comercio de las rutas marítimas. Estas eran poseer una situación abierta al océano, una configuración física de costas accesibles, un número de habitantes superior al que puede vivir de sus recursos naturales para forzar la apertura y el comercio, una extensión de su territorio proporcional a la longitud de sus costas, el carácter emprendedor y comercial de la población, y una forma de gobierno abierta, demócrata y liberal.
Según Ballesteros, aunque Alfred Mahan formuló esos requisitos del “poder marítimo” pensando en el Reino Unido a finales del siglo XIX, todos ellos se dan ahora mismo en Canarias, lo cual es un indicador de su potencial. Eso sí, Ballesteros también señaló la gran debilidad que supone el hecho de ser islas.
El conferenciante reflexionó acerca de la influencia de la geopolítica en el turismo. Uno de los efectos de la caída del muro de Berlín fue que la entrada de antiguos países soviéticos en la UE favoreció el desarrollo de grandes clases medias, que son las que generan el turismo de peso. Ello favoreció a países que ya tenían infraestructuras turísticas suficientes y el «know how», como era el caso de España y, en especial, Canarias.
En este contexto, el desafío está en convertirse en enlace o “hub” aeroportuario. Para serlo, es necesario poseer la posición adecuada y aeropuertos grandes y con capacidad para realizar trasbordos rápidos (para eso se hizo la T4 de Madrid). Actualmente, las ciudades más interconectadas del mundo son Londres (aeropuerto de Heathrow) y Nueva York (aeropuerto JFK). “Pero ¿cuáles son los puntos claves para interconectar África con América? Casablanca y Canarias”, se contestó.
En cuanto a las rutas marítimas, ocurre algo similar. En este caso, por razones obvias el punto de unión no puede ser Madrid, sino Canarias. De hecho, la ONU ha instalado una base logística en el Puerto de la Luz y de Las Palmas por su posición estratégica.