El Instituto de Bio-Orgánica Antonio González de la Universidad de La Laguna (IUBO) y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) han celebrado hoy, jueves 24 de noviembre, una jornada en la que la organización civil presentó sus ayudas para la investigación. En su convocatoria pasada uno de los proyectos seleccionados fue “Pro-fármacos inteligentes auto-inmolativos como nuevos agentes antitumorales”, y en la sesión de hoy su autor, el investigador del IUBO Romén resumió de una manera muy divulgativa esta propuesta financiada con 135.000 euros por la AECC para ser desarrollada durante tres años.
Carrillo explicó que la motivación de este proyecto fue una cita de 1906 de Paul Ehrlich, padre de la química médica, que postulaba que en un tiempo no muy lejano, los químicos serían capaces de construir un compuesto capaz de atacar el tejido enfermo y esquivar el sano, como si de una «bala mágica» se tratara. Algo que, obviamente, no se ha logrado un siglo después.
Este es el propósito del proyecto, crear lo que en términos anglosajones se conoce como un “targeted drug delivery”, que no es otra cosa que llevar el fármaco adonde se necesita, esquivando el tejido sano y llegando al tumor. “Si se lograra, el fármaco sería más eficiente y tendría menos efectos secundarios”, explicó el investigador.
La idea surgió en otro proyecto diferente, cuando los investigadores de la ULL repararon en que con vitamina C, vitamina la K3 y oxígenos, se podían hacer oxidaciones. Haciendo reaccionar estos productos es posible crear un antioxidante como es el agua oxigenada (H2O2), que es una sustancia considerada ROS (Especie Reactiva de Oxígeno, en sus siglas inglesas). Y se da la circunstancia de que los antitumorales producen ROS. De ahí que el equipo se preguntara si sería posible obtener un fármaco antitumoral a partir de esas dos vitaminas.
Explicado sucintamente, se trataría de proteger el oxígeno de este compuesto y hacer que éste solamente se activara cuando se dieran ciertas condiciones, específicas del tumor. Es decir, que no “funcionaría” hasta llegar a la célula afectada, y sería solamente entonces cuando actuaría. Según Carrillo, “este diseño tiene muchas posibilidades: es muy sencillo de hacer, muy barato de producir y se puede modificar”.
Tras la explicación, el investigador aprovechó la ocasión para hacer un llamamiento de apoyo al a investigación. También agradeció a la asociación que le ha becado: “Si yo estoy aquí es porque la AECC creyó en mí y financió el proyecto. Y tras ella están los voluntarios que aportan su dinero e, incluso, los enfermos”.
Presentación de la AECC
El acto estuvo presidido por el rector de la ULL, Antonio Martinón, que cerró la sesión con una intervención en la cual se sumó a la petición dirigida a los poderes públicos acerca de una mayor financiación para la ciencia. “Cuesta mucho trabajo poner en marcha un equipo y que acabe siendo puntero, y se puede retroceder todo lo avanzado en muy poco tiempo”.
Señaló, en este sentido, que junto con el vicerrector de Investigación, Francisco Almeida, que también estuvo presente en el acto, se estaba tratado de motivar a los investigadores de la ULL a presentarse a más convocatorias europeas y ya se ha logrado doblar el número de solicitudes con respecto al año pasado. “Precisamente porque hay menos recursos, debemos ser más exigentes con la investigacion y a ser lo suficientemente competitivos”.
En el acto también participó Enrique Quintero, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario de Canarias y profesor de Medicina en la ULL, que actualmente colabora en dos proyectos de investigación también financiados por la AECC.
El primero, iniciado en 2009, es un estudio para evaluar la eficacia de un test no invasivo de detección de cáncer de colon alternativo a la colonoscopia. Han participado 60.000 personas de toda España y 17 hospitales de 8 comunidades autónomas. Con casi un millón de euros de financiación, seguirá activo hasta 2020. Recordó que el cáncer de colon es el tumor maligno más frecuente en España, con 38.000 casos cada año, pero que si se detecta a tiempo, hay altos índices de supervivencia.
El segundo proyecto de la AECC en el que está involucrado Quintero cuenta con la participación de cuatro centros nacionales: la Universidad de Vigo, el Hospital universitario de Alicante, el Hospital Clínico de Barcelona y el HUC. Pretende detectar e identificar bio-marcadores que puedan predecir el diagnóstico y el pronóstico de cáncer de colon y cuenta con 1,2 millones de euros.
Quintero destacó el rigor de estas convocatorias, muy difíciles de conseguir y con tribunales muy exigentes tanto en la concesión como en el seguimiento de los proyectos. También se refirió a la falta de fondos en la actualidad: “La investigación biomédica pasa por extraordinarias dificultades por los recortes de los ochos últimos años: para el año que viene, la inversión prevista será un 34% menos de la que era en 2009”.
Tras la presentación de los casos de éxito de Carrillo y Quintero, participó la presidenta de la Fundación Científica de la AECC, Isabel Oriol, quien presentó las líneas maestras de plan estratégico de su organización para el periodo 2016-2020 y recordó que este mes estaban abiertas las convocatorias de todas las ayudas de investigación que concede la asociación.
Oriol señaló que la AECC apuesta por la investigación por ser “una inversión, no un gasto”, y porque está constatado que cuanto más se ha explorado científicamente la enfermedad, mayores cuotas de supervivencia se han logrado. Así, se ha pasado de un índice de supervivencia del 25% en 1953 al 60% en 2014, y se espera llegar al 75% en los próximos veinte años.
El nuevo plan estratégico ha variado la estructura de su programa de ayudas. Ahora hay dos grandes líneas, una destinada a proyectos y otra a personas; dentro de cada una de ellas, hay diferentes convocatorias específicas: para generar ideas, para grandes proyectos interdisciplinares, para investigadores de diferentes niveles académicos, etc.
En la jornada también participaron Manuel Norte, director del IUBO; Juan Julio Fernández, Presidente AECC en Santa Cruz de Tenerife; y Francisco Almeida Rodríguez, vicerrector de Investigación de la ULL.